domingo, 28 de febrero de 2016

De Tablada a la Peña del Arcipreste y Cercedilla (27 de febrero de 2016)

Daban mal tiempo. Temporal con frío, nieve a partir de 700 metros y ventarrón. Pero volvió la épica a Sendas. No nos íbamos a arredrar por tan poquita cosa. No se iba a arredrar un Paco al que se las hicieron pasar canutas en la mili. Tampoco se iban a arredrar los lemkos, acostumbrados como están a un medio hostil y a sobrevivir a unos inviernos terroríficos. Ni mucho menos iba a achantarse Alberto, que se ha reinventado en más de una ocasión. Y tres cuartos de lo mismo cabría decir del que suscribe estas líneas, que como saben es de buen talante, de un talante zapateril y optimista.
 
No obstante, se eligió una ruta en consonancia con las circunstancias. Lo primero era no tocar el coche, ante el riesgo de quedarnos bloqueados en carretera, y utilizar el tren para desplazarnos. Lo segundo era asegurarnos de pisar nieve sin subir a cumbres y sin hacer apenas desnivel.
 
Optamos por unir en nuestra caminata las estaciones de ferrocarril de Tablada y Cercedilla, incluyendo un corto desvío para acercarnos a la Peña del Arcipreste. Al inicio de la ruta seguimos un sendero local (marcas blancas y verdes), balizado por el ayuntamiento de Guadarrama, que parte del mismo apeadero de Tablada y asciende hasta la Peña del Arcipreste, superando un desnivel ligeramente inferior a los 250 metros. A la bajada de esta última, empalmamos con el PR-M 30 (Camino de la Solana), que viene del alto de los Leones y se dirige al puerto de la Fuenfría. En este tramo es una ancha pista que se mantiene largo tiempo sobre la cota de los 1.400 metros para luego ir rodeando la cumbre de La Peñota.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fue bajarnos del tren y pisar ya nieve virgen, recién caída durante la noche. Durante más de la mitad de la ruta tuvimos que ir abriendo huella en la nieve, cuyo grosor alcanzaba en muchos momentos los 20 centímetros, la media nacional.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fuente La Piedra
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Las ráfagas de viento levantaban la nieve en remolinos, en un escenario cinematográfico que nos ha recordado en más de una ocasión la mítica película de Doctor Zhivago. Ha habido también momentos en los que caminábamos entre el pinar y el aire amainaba. E incluso nos ha lucido el sol.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 






 
 


 
 


 Embalse de los Irrios



 
 
 
 
 


 
 
Tras abandonar la pista en una curva para seguir de frente, comemos medio de pie, medio sentados junto a unas rocas semicubiertas de nieve. Ya nos quedan menos de cuatro kilómetros para completar nuestro recorrido.


 
 


































Sobre las tres y cuarto de la tarde damos por concluida la ruta en Cercedilla. En el bar nos comunican que el servicio de trenes con Madrid está suspendido. Al parecer, sobre la doce y media de la mañana hizo su aparición la Bruja Avería, quedándose un tren averiado entre las estaciones de Los Molinos y Cercedilla, en un tramo de vía única.

Hay quien apunta si no habrá tenido algo que ver con la avería la presencia de Paco en la ruta. Dicen las malas lenguas que Paco tiene el curioso don de romper las cosas con solo mirarlas.
 
Frente a la estación, la gente guarda cola esperando a los autobuses que llevan a Los Molinos, punto a partir del cual los trenes funcionan normalmente. Hay un caos considerable. Tras algunas llamadas infructuosas a números de taxi, decidimos ponernos también a la cola. Pero los autobuses puestos por RENFE llegan con cuentagotas y es que vienen desde Segovia. Menos mal que están también los autobuses verdes que hacen el servicio regular entre Las Dehesas y Madrid. Aún así, nos tiraremos en la cola casi hora y media hasta que encontramos acomodo en uno de los autobuses. Hubo más de un conato de altercado, al intentar algunos espabilados saltarse la cola para subir a los autobuses. Un espectáculo muy celtibérico. Tuvieron que venir los polis municipales de Cercedilla y la guardia civil para poner un poco de orden y apaciguar los ánimos.
 
 
 
 


Es irónico que cogiéramos erl tren para evitar la carretera en un día como hoy y que al final fuera el tren el que sufrió la avería. Los impondeables son así.
 
Tablada
Es un lugar que ya aparece mencionado en varios textos medievales por la existencia de una venta, que daba servicio a los viajeros que cruzaban la sierra de Guadarrama por el paso que los omeyas llamaron Balat Humayd, que dos siglos después aparece citado como Valathomé en documentos del reinado de Alfonso X el Sabio y que finalmente pararía a denominarse paso de la Tablada.
A mediados del XIX comenzaron a levantarse los primeros hotelitos o chalés, concebidos como espacios de salud y descanso. Surgen también varios sanatorios para el tratamiento de distintas dolencias, principalmente la tuberculosis. La apertura en 1889 de la línea de ferrocarril de Villalba a Segovia supone el espaldarazo definitivo, gracias a la construcción de la estación de tren de Tablada, en torno a la cual se construirían nuevas viviendas familiares.
 
Peña del Arcipreste
Fue bautizada así en honor a Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, autor de una las obras más influyentes de la literatura medieval en lengua castellana, el Libro de Buen Amor.
Se encuentra junto al antiguo puerto de la Tablada y es que en el Libro de Buen Amor se menciona este paso como el lugar en que el despendolado Arcipreste tuvo un encuentro o encontronazo, quién sabe si real o ficticio, con una de las serranas, la que atendía por Aldara.
 
 
 
 
Folletos
 
Bibliografía
Ruta nº 33 (Tras las huellas del Arcipreste) del libro Caminando por las sierras y pueblos de Madrid, escrito por Alberto Recio y publicado por Desnivel. Se describe prácticamente la ruta que hicimos, salvo la bajada final a Cercedilla, que es ligeramente distinta.
Ruta nº 8 del libro Excursiones en tren y a pie por la sierra de Guadarrama y su entorno, escrito por Domingo Pliego y publicado por Desnivel. Se describe la subida a la Peña del Arcipreste desde Tablada para bajar luego a Los Molinos.