lunes, 18 de enero de 2021

De Aranjuez al Mar de Ontígola y el cerro de Valdelascasas (16 de enero de 2021)

Este invierno tiene mucho de insólito. No solo es insólito que nieve en Aranjuez, aún lo es más que la nieve caída se mantenga una semana después.


Desde el tren


Río Tajo a la entrada de Aranjuez


Por tanto, no hacía falta coger el coche y meterse en el atasco de Navacerrada para pisar la nieve. Bastaba con sacarse un billete de tren hasta Aranjuez para poder hacerlo.










En nuestro paseo, nos acercamos en primer lugar al Mar de Ontígola, un embalse construido en tiempos de Felipe II, que se encuentra a unos 3 kilómetros del casco urbano. En 1994 fue declarado reserva natural, debido a que acoge a cientos de aves acuáticas, algunas de las cuales son residentes permanentes, en tanto otras son estacionales y vienen aquí para invernar o para hacer una escala en sus migraciones.










A continuación, ascendimos a los cerros de El Mirador (624 m) y de Valdelascasas (642 m). En algunos momentos tuvimos que abrir huella en la nieve y echamos de menos no habernos traído las raquetas. Quién lo iba a decir. En la cima del último de estos cerros hay un vértice geodésico. Las vistas de la vega del Tajo, de los campos de olivos o de la Mesa de Ocaña, cubierto todo de nieve, tenían un aire surrealista y me trajeron a la mente algunas imágenes de la película Doctor Zhivago.







Nevados campos de olivos


Casas del Mirador








Apenas se distingue el pueblo de Ontígola detrás de los campos de olivos




En el cerro de Valdelascasas




A la bajada, caminamos a lo largo del Jardín del Príncipe, aunque por fuera, siguiendo un paseo flanqueado a ambos lados por plátanos.







Calle Menéndez Pelayo


domingo, 10 de enero de 2021

Una vuelta a la laguna del Campillo con raquetas (10 de enero de 2021)

Nos abandonó Filomena, pero en herencia nos ha dejado un paisaje nevado que hay que aprovechar porque en breve será solo un recuerdo. Se abrían hoy posibilidades insospechadas, como dar la vuelta a la laguna del Campillo con las raquetas. Si me lo dicen hace diez días, me entra un ataque de risa. Se puede llegar hasta aquí con el metro, en concreto con la línea 9 (estación de Rivas-Vaciamadrid).


Calle Ibiza


Calle Narváez


Desde el metro


Desde el metro




Lo primero es tomar la pista que permite subir hasta la mesa que se extiende sobre los acantilados. Desde aquí se tiene una visión de conjunto sobre la laguna del Campillo y la vega del Jarama. Algunas personas hacen fotos y pasean con los perros.
















Luego, toca bajar y rodear la laguna. Una vez abajo, decido ponerme las raquetas. Hay más huellas de raquetas, quién sabe si de ayer o de hoy mismo temprano. En los 5 o 6 kilómetros que supone rodear la laguna no me cruzo con nadie, a excepción de unos cuantos conejos que pasan dando saltitos sobre la nieve. En una de las orillas se siguen las marcas del Camino de Uclés, que habrá que recorrer en algún momento.









La laguna del Campillo es de origen antrópico. En los años 50 y 60 se explotaron aquí unas graveras. La intensa extracción de áridos a lo largo del tiempo acabó por perforar la capa freática y a resultas de ello se formó la laguna, que se ha convertido en un refugio para las aves.





























Paro a comer un poco casi al final del rodeo, en un observatorio de aves que hay a orillas de la laguna. Un montadito de jamón y unos sorbos de té me permiten matar el hambre y aguantar hasta la hora de comer. Un día increiblemente. Pasarán seguramente muchos años para volver a ver un espectáculo de este tipo en la laguna del Campillo.


Observatorio de aves



Puesto de pesca







Avenida Doctor Esquerdo


Calle Sáinz de Baranda






Enlaces

Senda Laguna del Campillo