Bocígano - Lomo del Picaño - Pico del Santuí - El Cardoso (3 de febrero de 2024)

Fue una ruta lineal por la Sierra Norte de Guadalajara, en la que unimos las localidades de Bocígano y El Cardoso, casi despobladas, sobre todo la primera. Para llevarla a cabo tuvimos que dejar coches al principio y el final. El terreno se puede calificar, sin ánimo de exagerar, de rompepiernas. 

Plaza de Bocígano

Salimos de Bocígano, nos encaramamos al cordal y tras horas de andar, subimos hasta el Lomo del Picaño (2.044 m), la máxima cota del día. Comemos en la misma cumbre, aprovechando las temperaturas bonancibles que nos regala el día. Entretanto, hace cumbre otro grupo, si cabe más carrozas que nosotros.

Lomo del Picaño

Bajamos después al collado de la Calahorra, en el que hay un rústico y pequeño chozo construido con lajas de pizarra y acometemos por fin la última subida del día hasta el pico del Santuí (1.930 m). 

Pico del Santuí

La bajada a El Cardoso la hacemos en su mayor parte por robledal, pasando junto a una balsa de agua y apurando las horas de luz. Nos salen casi 13 kilómetros, con 850 metros de desnivel positivo y 950 metros de desnivel negativo.

En El Cardoso, entramos en el bar del centro cultural. Predominan los colores pardos y de camuflaje. Hoy ha habido una batida de cazadores por la zona. Afortunadamente, no ha entorpecido los planes que traíamos.

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Track de la ruta en Wikiloc

De Vegas de Matute a los Calocos (27 de enero de 2024)

En un día de invierno inusualmente cálido, fuimos a la localidad segoviana de Vegas de Matute para subir desde allí a la Sierra del Caloco o de los Calocos, que un geólogo definiría como un buen ejemplo de montes-isla. 

Saliendo del pueblo en dirección sur, pasamos junto a los hornos de cal del Zancao. Esta antigua explotación, en la que se elaboraba cal a partir de la calcinación de la piedra caliza. Gran parte de la cal aquí producida se destinaba al suministro del Monasterio del Escorial. En varios carteles se explica cómo era el duro oficio de calero. El recinto, en el que se conservan varios hornos, no está sujeto a horario y puede visitarse a cualquier hora (autovisita).

En el plano propiamente montañero, subimos primero a la Peña del Cardo y de ahí pasamos al Caloco Grande, sobrevolado por los buitres. Vimos restos de reses muertas. Comimos en la cumbre del Caloco Mediano. Al llegar al pie del Caloquillo o Tomillarón, optamos por no subir y bajar hacia el pueblo, ya que no conocíamos el terreno. Luego resultó que la bajada fue más fácil de lo esperado.

En total, hicimos 12,5 kilómetros, con 700 metros de desnivel. El bar Las Vegas no era lo que pensábamos. No había ruleta, ni tampoco se podía jugar al Black Jack.

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