domingo, 29 de septiembre de 2019

De Castañar de Ibor a los Castaños de Calabazas (28 de septiembre de 2019)

Tomando como centro de operaciones nuestra base en El Gordo, nos acercamos hasta Castañar de Ibor, en la comarca cacereña de Los Ibores, para realizar una ruta circular bastante moderada en cuanto a longitud y desnivel (13 kilómetros y casi 650 metros respectivamente), que en buena parte discurre bajo la sombra (robledales y castañares).




Dejemos los coches junto al Hostal o Venta Solaire. Allí mismo arranca el Camino de las Hontanillas, que asciende hasta el collado de Postuero (896 m.). Más adelante nos adentramos en la Garganta de Calabazas y llegamos al paraje en que se encuentran los Castaños de Calabazas, un conjunto de 17 ejemplares centenarios y monumentales, que forman parte del catálogo de Árboles Singulares de Extremadura. Algunos de ellos tienen una edad de 700 años.








Camino de las Hontanillas


Otro castaño vivo





Nos sentamos a comarca junto a la Chorrera de Calabazas, que en esta época del año se halla totalmente seca, como por otra parte era previsible. Después, volveremos a parar a echar la siesta bajo unos olivos.




Tras perder durante un rato a algunos integrantes del grupo, reanudaremos la marcha para completar esta ruta circular, que hicimos en sentido antihorario. El calor apretó algo, pero la abundante sombra nos sirvió de protección.













sábado, 14 de septiembre de 2019

Camino del Ingeniero (7 de septiembre de 2019)

El Camino del Ingeniero discurre por los pinares de la vertiente norte de Cueva Valiente y de la Sierra de Malagón. Se trata de una senda utilizada en el siglo XIX por los ingenieros de montes para hacer prácticas y estudios sobre el terreno. Tiene un trazado de tendencia horizontal, pero en el que abundan los repechos, tanto de subida como de bajada. Está balizado con unas curiosas señales de pintura en los troncos de los árboles (sobre fondo blanco destaca una flecha roja que apunta hacia arriba). No obstante, estas señales están ya medio borradas, especialmente en lo que respecta al color rojo.





Nosotros vamos a recorrer el Camino del Ingeniero en un itinerario lineal con inicio en San Rafael y final en El Espinar. Son, en total, 16 kilómetros, con 350 metros de desnivel.





Tras apearnos del tren y tomar el café en el bar Hernando, salimos de San Rafael por la calle Arroyo Mayo (a la altura de la ermita de Nuestra Señora del Carmen), que pronto se transforma en pista forestal asfaltada.
Pasamos por las fuentes de la Virgen y de la Yedra. Por detrás de la segunda hay una cancela metálica que hemos de atravesar. Una corta subida nos permite alcanzar una senda horizontal que seguiremos hacia la derecha. 
Estamos ya en el Camino del Ingeniero, que discurre en todo momento por el pinar, obviando los ramales que se abren a ambos lados. Se cruzan los arroyos de la Gargantilla o de Prado Goyato. Se pasa por parajes como la Mata de San Blas o la Majada del Brezo. En este último lugar, en el que quedan las ruinas de un chozo, nos sentaremos a comer.
Continuamos la marcha hasta llegar a la altura del valle que surca el arroyo del Boquerón. Nuestro camino tuerce entonces bruscamente a la derecha para iniciar el descenso a El Espinar, atravesando los prados de la Vieja y del Coteo.
A las cinco de la tarde tomaremos un bus de vuelta a Moncloa y de ahí algunos nos iremos a tomar unas cervezas por los aledaños de la Plaza del Dos de Mayo.






Fuente de la Yedra





















Majada del Brezo









Cruz de Santa Quiteria



El Espinar





Bibliografía
50 rutas por el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y su entorno. Alfredo Merino. Editorial Desnivel. Ver ruta nº 5 (páginas 33-38).
Especial Sierra de Guadarrama: 15 excursiones imprescindibles. Revista Grandes Espacios, nº 251, año 2019. Editorial Desnivel.

Enlaces

La Escuela de Prácticas de Ingenieros de Montes
En 1859, en la Dehesa de la Garganta (Valle del río Moros), perteneciente al término municipal de El Espinar, se fundó este centro, cuyo objetivo era completar la educación académica de los alumnos de la Escuela Especial de Ingenieros de Montes de Villaviciosa de Odón. Hasta aquí venían los ingenieros de montes para hacer estudios sobre el terreno (trabajos topográficos, inventarios del bosque, etc.).
Su existencia fue, sin embargo, efímera, siendo cerrada en 1862. De ese corto pero fructífero periodo nos ha llegado el primer inventario completo de un monte que se realizó en España, así como el Camino del Ingeniero, que abrieron los estudiantes para llevar a cabo sus prácticas.

jueves, 5 de septiembre de 2019

Un día ichigo-ichie en Siete Picos (1 de septiembre de 2019)

La expresión japonesa ichigo-ichie, que procede de la ceremonia del té, hace referencia al momento o encuentro que solo sucede una vez en la vida y que por tanto es irrepetible. Por ello, dicha expresión puede utilizarse para caracterizar el día que hemos pasado hoy en Siete Picos, en el sentido de que lo que hemos vivido no se repetirá nunca más.




Esta clásica excursión tiene su punto de inicio en el puerto de Navacerrada (1.860 m.). Pasando por el alto del Telégrafo, nos dirigimos hacia los Siete Picos y trepamos hasta el más alto de ellos, el Séptimo Pico (2.138 m.), que es el primero que encontramos al hacer el recorrido en este sentido. Su vértice geodésico ha sido pintado recientemente de rojo por algún gracioso.






En el Séptimo Pico










La reportera




Bajamos a comer al collado Ventoso (1.893 m.). Durante la parada nos enteramos de que se ha iniciado la búsqueda de la esquiadora y medallista desaparecida. Y efectivamente así es. Un helicóptero sobrevuela los Siete Picos en busca de algún rastro.


Bajando del Séptimo Pico


En el collado Ventoso




Un helicóptero


Tras el parón, descendemos por el Camino Schmid, que nos lleva de vuelta hasta el puerto de Navacerrada. La cerveza caerá en la Venta Arias. En total, hoy hemos hecho algo más de 8 kilómetros, pero no lo aireen por ahí para no estropear nuestra reputación. Con esta ruta Marotti ha completado su puesta a punto para intentar subir en breve al Illimani boliviano.


Venta Arias