martes, 18 de octubre de 2016

Al pico de Pasapán y la peña del Oso desde La Panera (15 de octubre de 2016)

En esta semana de júbilo para los dylanianos nos hemos acercado hasta el área recreativa de La Panera, en el valle del río Moros o Garganta de El Espinar, para ascender desde allí al pico de Pasapán, que es una de las cumbres que forman el conjunto de la Mujer Muerta. Hace más o menos un año ya quise hacer esta misma ruta con Chente pero nos encontramos con que había una montería por la zona, lo que nos obligó a improvisar una ruta alternativa por la otra margen del valle. Hoy, sin embargo, hemos conseguido completarla sin incidencias. Hasta ha habido quien quería más y ha alargado la ruta hasta hacer cumbre en la Peña del Oso (2.192 m.).

Y también hubo quien se fue solo desde Madrid en su coche y se presentó en el pueblo de El Espinar en lugar de la estación de tren de El Espinar, que es donde habíamos quedado en juntarnos y tomar el café. Y no son lo mismo. Hay una pequeña diferencia de unos seis kilómetros. Y es que hay algunos que no sé de dónde han salido. Se comportan como si fueran guiris.

El aparcamiento de La Panera, desde el que echamos a andar, está a una altura de unos 1.260 m.
Tras cruzar el río Moros por un puente y continuar remontando el valle por la orilla opuesta, llegamos a la altura del refugio de Puente Negro.

















En este punto abandonamos la pista que discurre por el fondo del valle y doblamos a la izquierda para tomar el camino que asciende sin tregua por el pinar y que pronto desemboca en un cortafuegos.














Seguimos las marcas blancas y rojas del GR-88. Su trazado se corresponde con una antigua cañada o vía pecuaria, la cañada real de la Vera de la Sierra, que conectaba el valle del río Moros con los pueblos de Revenga, La Losa y Ortigosa del Monte a través del puerto de Pasapán.





Desde el Alto del Castejón (1.728 m.) ya se contempla el amplio cordal que desciende de la Mujer Muerta y se prolonga por la sierra del Quintanar. A partir de aquí la pendiente se suaviza y nuestra pista hace un zigzag para superar los últimos desniveles.
























Peña del Águila y La Peñota







Alcanzamos finalmente el puerto o puerta de Pasapán (1.843 m.), donde coincidimos con un par de ciclistas y paramos un rato para echar un bocado y un trago. 














Continuamos remontando el cordal a mano derecha hasta alcanzar el pico de Pasapán (2.003 m.), como estaba programado. No somos ni mucho menos los únicos que hoy se han acercado hasta aquí.














Decidimos ahora bajar al collado que separa el pico del Pasapán y la peña de la Apretura, y que se encuentra a una altura de 1.946 m. Aquí se sentarán algunos a comer mientras otros seguiremos para arriba.





Los más forofos alcanzamos en otra media hora, tras rebasar la peña de la Apretura,  la cumbre de la Peña del Oso (2.192 m.), con vértice geodésico y un par de figuras en piedra de osos u oseznos. Hacemos las fotos de rigor y descendemos hasta donde nos esperan nuestros compañeros, que se están echando una siesta de las buenas. A nosotros nos toca ahora comer.

















Nos ponemos de nuevo en marcha y bajamos en plan kamikaze, entre los piornos, hasta salir a la pista que discurre unos 200 metros por debajo de donde estamos. Pero no es para tanto. Hemos hecho cosas bastante peores.









Ya en la pista, nos dirigimos por ella en dirección al cerro Pajoso (1.715 m.). Desde esta cumbre secundaria que domina el valle seguimos descendiendo por un muy borroso sendero que cruza otra pista y alcanza por fin la que transita por el fondo de la Garganta del Espinar.






Embalse de las Tabladillas













Por esta última pista, que alcanzamos ligeramente por debajo del embalse de las Tabladillas, retornamos al punto de partida, pasando junto a los refugios del Raso, de la Fuente de los Guijos y de Puente Negro.











Concluimos la ruta con buena nota, de notable como mínimo, en este espléndido día otoñal de temperaturas tibias y entramos en el bar y local de la asociación San Antonio a tomarnos la ronda.








Es de reseñar que uno de los últimos románticos que nos quedaban en el grupo se ha pasado al smartphone, aunque de segunda mano, y al inocente de él se le veía como chico con zapatos nuevos. Se había hasta descargado el Orus Maps en el dispositivo. No cabe duda de que es mente inquieta y les auguro que llegará lejos, fíjense lo que les digo.



La crème del senderismo


La Mujer Muerta
Su alargada cresta, que semeja una figura humana tumbada, es bien visible desde la ciudad de Segovia y se compone de las cimas de la Pinareja, el Oso, la Peña de la Apretura y el Alto de Pasapán. Al ser la Pinareja la más alta de todas ellas, quien sube a ella suele decir que ha estado en la Mujer Muerta.




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