sábado, 12 de marzo de 2011

Carnaval de Almiruete (5 de marzo de 2011)

Resultó que un viejo conocido nuestro, el checo Honza, iba a pasar por Madrid y entonces se nos ocurrió que podía estar bien acercarnos el sábado al Carnaval de Almiruete.
Honza llegó de Marruecos la víspera, acompañado de dos amigos, Přemek y Marek. Puestos todos al corriente de nuestros planes, les pareció buena la idea de vivir en directo un carnaval rural.

El sábado amaneció con solecito, después de un viernes desangelado y lluvioso. Una vez que dejamos Guadalajara atrás, pusimos rumbo al norte, en dirección a Tamajón y cerca ya de este pueblo empezamos a ver cómo la nieve caída la víspera cubría parcialmente los sembrados. La mole del Ocejón está cubierta de nubes.

Iglesia de Tamajón

En Tamajón compramos, como no podía ser de otro modo, los habituales bollos preñaos, mientras esperábamos más de media hora a los Royo y los Česke Kamarade, a los que el GPS del coche les había jugado una mala pasada, llevándolos hasta Cogolludo. Desde Tamajón continuamos todos hasta Almiruete, a solo ya 6 kilómetros.

Los del coche tardón

Algunos datos sobre Almiruete

A 1.087 metros de altitud y rodeado de un bello entorno natural, cuenta con un conjunto de casas rústicas organizado en dos barrios, separados por el barranco que forma el arroyo de las Fraguas o de las Presas: el de la calle de Atienza y el de la Fuente Vieja, llamado también de la Cerca. En el segundo de ellos se levanta la iglesia parroquial, obra románica popular de finales del siglo XII, con elementos góticos, que cuenta con una espadaña y alberga en su interior una bella pila bautismal románica, en forma de copa, y una cruz procesional del siglo XVI.
Formó parte del sexmo de transierra de la Comunidad de Villa y Tierra de Ayllón hasta que en 1833 fue asignado a la demarcación de Guadalajara en la nueva configuración provincial impulsada por el estado liberal.
En 1970 el municipio se anexionó a Tamajón y hoy día es pedanía suya.
A finales del siglo XIX llegó a contar con más de trescientos habitantes. Sin embargo, en la actualidad tiene poco más de treinta vecinos.

Foto de grupo

Debían ser las once y pico de la mañana y la celebración del Carnaval no empezaba hasta la tarde. ¿Qué hacer tantas horas de espera? Qué mejor cosa que darnos un paseito y subirnos hasta el Cerro o Cabezo de Almiruete (1.506 m.).
 
Iglesia románica de Almiruete

Salimos del pueblo por el barrio de la iglesia, tomando la que llaman calle de las Celadillas, por la que pronto vamos ganando altura.

Dejamos Almiruete atrás

Llegamos a unas curiosas rocas a las que llaman Las Celadillas, que son como unos centinelas desde los que se divisa el pueblo.

Marek en Las Celadillas

A la altura de estas rocas nos encontramos con Paco, un cordobés que hace unos años montó una casa rural en Puebla del Vallés, que se llama La Vereda de la Puebla, y que ha escrito recientemente una guía con excursiones por la zona. Hace unas semanas, antes de ir a Tortuero, Seche dio con el blog que Paco tiene en Internet y que es muy interesante.

A pesar de algunas nubes luce el sol

Seguimos ascendiendo por un sendero cubierto de nieve y enseguida el hambre empieza a apretar. Al llegar a unas rocas desde las que se divisa ya el Cerro de Almiruete, decidimos hacer una parada y tomar un tentempié, en el que la bota o botillo de Josete y los bollos preñaos son los protagonistas.

Un trago de bebida isotónica

El tiempo se nos va echando encima y hay que contar con que a las cuatro, que es la hora a la que dan inicio los Carnavales, deberíamos estar de vuelta en el pueblo.
Los cinco más sensatos deciden ir bajando por un camino que ofrece buena pinta.
Los otros cinco, incluidos Honza y sus amigos, teniendo ya a la vista el Cerro de Almiruete y la caseta de vigilancia que hay en su cima, decidimos seguir adelante y apretar algo el paso.
Poco antes de la cumbre se nos aparece por vez primera el perfil nevado del Ocejón, que contrasta poco sobre un cielo algo blanquecino.

En la cumbre, con el Ocejón al fondo

Un hombre feliz

En lugar de comportarnos como personas sensatas y bajar por donde habíamos subido, decidimos hacerlo por el otro lado. Hay huellas, sí, pero pronto descubrimos que la pista que sube por aquí da muchas vueltas y entonces optamos por abandonarla y tirar, fuera de sendero, por la calle de enmedio, sorteando rocas y piornos. Está visto que no aprendemos. A partir de ahí, pasó lo que es fácil de imaginar: unas cuantas raciones de zarzas y la búsqueda del mejor punto para vadear un pequeño arroyo. Aún me maravillo de que lográramos estar abajo en el pueblo a tiempo de que comenzara el Carnaval.

Almiruete ya está cerca

Algunos datos sobre el Carnaval de Almiruete
Tiene lugar el sábado de Carnaval y ha sido declarado fiesta de interés turístico provincial.
Parece que sus orígenes se remontan al siglo XI.
En 1964, al no quedar prácticamente jóvenes en el pueblo, a consecuencia de la emigración a la ciudad, dejó de celebrarse, recuperándose de nuevo en 1984.
Los protagonistas son los Botargas y las Mascaritas, mozos y mozas del pueblo que se reúnen en secreto para preparar los atuendos que lucirán durante la fiesta. Tradicionalmente todos ellos debían estar solteros.

Sobre las cuatro de la tarde suena el toque del cuerno y los Botargas, que se han vestido en algún lugar secreto, comienzan a bajar del monte en grupo, atraviesan los campos y entran en el pueblo bajo el ensordecedor estruendo de sus cencerros.
Los Botargas bajan del monte
Los Botargas entran en el pueblo
Los Botargas desfilan por las calles manteniendo el paso, para que los cencerros suenen acompasadamente, todos a una, y dan varias vueltas al pueblo y a la plaza. Los asistentes parece que nos hemos puesto de acuerdo en disfrazarnos de senderistas. Josete me comenta que es que los de Tierra de Fuego tienen por costumbre acercarse todos los años al Carnaval de Almiruete.


Desfilando

Una vuelta más

Es a la tercera vuelta cuando salen a buscar a las Mascaritas, que les esperan en alguna casa del pueblo solo conocida por los Botargas.

Los Botargas vuelven con las Mascaritas

Cada mascarita se empareja con un botarga y, una vez juntos, reanudan el desfile y vuelven a la plaza entre risas y alegría.

Las parejas ya se han formado

De vuelta a la plaza

En la plaza los Botargas tiran a los asistentes pelusa de junco o espadaña, como signo de fertilidad, y las Mascaritas les arrojan confetis de colores.

El botarga echándonos pelusa

Este inocentón no se escapó de la pelusa

Mozos y mozas se quitan las caretas, que ya no volverán a ponerse ni en éste ni en los carnavales venideros. En el caso de los Botargas sustituyen el gorro alto blanco por un sombrero negro con una flor blanca y llenan el botillo o bota de vino, que ofrecen a los asistentes. Siempre hay alguno que, aprovechando un despiste, intenta arrebatarles el botillo y huir a la carrera hasta que los botargas le atrapen y le lleven a la taberna, donde deberá invitarles a un vino.


Honza y los Spanielske Kamarade
La fiesta sigue con la música de los dulzaineros y con los bailes populares. No hay fiesta castellana que se precie en la que no suene la dulzaina.

Dándole a la dulzaina

Los Dulzaineros de Sigüenza

Honza y sus amigos están en su salsa. Para colmo han dado con una compatriota, Magda, que acompañada de su chico, Mario, asiste también a la fiesta. Hay veces en que el mundo es como un pañuelo.

Los senderistas se arrancan a bailar
 
Cuando llega la Charanga Tarambana, que vienen del Puente de Vallecas, la cosa ya se desmadra. Uno de ellos va ataviado como un lobo y en su gorro lleva las siglas del FMI. El que va de cuervo, con pico largo y voraz, lleva el signo del dólar en el sombrero. Empieza a sonar el carnavalero "Brasil" y luego aquello del "Ay Mamá Inés, ay Mamá Inés, todos los negros tomamos café". Apoteósico.

La Charanga Tarambana entra en escena

El de los platillos es un clásico


Aquí practico el transfuguismo

Frenético

Más adelante tiene lugar la aparición de otros personajes típicos del Carnaval, como la Vaquilla o el Oso con su Domador, que provocan sustos y risas entre los asistentes.

La Vaquilla

A la noche los Botargas invitan a los presentes a panceta y chorizo hechos a la parrilla.

Magda y Přemek

Los Botargas se ocupan de la parrilla


Honza montó este vídeo sobre el ambiente carnavalero de Almiruete:

 
Las máscaras
Es el símbolo más característico del Carnaval.
Representan motivos campestres y pastoriles.
Las máscaras de los Botargas tienen aspecto fiero, que contrasta con la dulzura de las Mascaritas.









Los Botargas
Son los mozos, que visten camisa de manga larga y calzón largo blancos, adornados con flores, rosas rojas y flecos también rojos.
Visten también una faja negra larga desde el cuello y hasta las caderas, cruzada sobre el pecho y la espalda.
Atados con una cuerda alrededor de la cintura, llevan cuatro o cinco cencerros.
Se cubren la cara con máscaras o caretas, confeccionadas por ellos mismos con materiales y elementos naturales, que representan animales, diablos o seres imaginarios, o bien imitan motivos vegetales.
Sobre la cabeza llevan un sombrero alto y blanco, acabado en punta por la parte de delante y adornado con flores, tiras de papel de colores y un capullo de rosa rojo en todo lo alto.
Su atuendo lo completan las abarcas, las polainas de cuero negro y un garrote de pastor que portan en la mano.

Las Mascaritas
Son las mozas, que visten también de blanco, con camisa de manga larga y falda larga rematada con puntillas en los bajos. Debajo de la falda visten pololos también blancos.
Sobre la camisa llevan un delantal, al que cosen flores, y por encima de camisa y delantal se cubren hombros y espalda con un mantón negro que lleva bordadas flores de vivos colores.
Adornan sus vestidos con claveles, flores de vivos colores y hiedra verde natural.
Lucen en la cabeza un sombrero blanco de jipijapa, con una flor en lo alto y cinta de color alrededor, y una máscara de tela blanca en la que dibujan caras, animales o algún otro motivo de un gran colorido.
En las manos se ponen unos guantes blancos de algodón.

El Museo de Almiruete
Fue creado en 2006 por la asociación cultural de Botargas y Mascaritas que existe en el pueblo.
En él se dan a conocer los diferentes elementos de la fiesta del Carnaval, fundamentalmente las máscaras confeccionadas por los propios vecinos.
Cuenta con una sala audiovisual.

Algunas máscaras del museo

ENLACES







1 comentario:

  1. Fue estupendo. Rutita sencilla, bollos preñaos, espectáculo bonito, baile a lo Paquito el Chocolatero, merienda-cena a base de panceta y chorizo frito, una compañia maravillosa y viejos conocidos de rutas pasadas.
    Chao

    ResponderEliminar