miércoles, 11 de mayo de 2011

Picos de Urbión (29 de abril de 2011)

En el puente del 2 de mayo, algunos de Sendas de Madrid-low cost, hemos estado en los Picos de Urbión y no ha faltado un poco de imaginación para combinarla con las rutas. En esta ocasión el tema principal fue la última boda real inglesa, a la que al final fuimos invitados y tuvimos que compaginar con la ascensión al Pico Urbión.

Nos fuimos en coches a Covaleda, ocho personas. Durante el viaje, los de nuestro coche paramos, antes de llegar a Calatañazor, a comprar patatas Ruffles sabor jamón y bebidas.

Después la vida se ve de otra manera hasta el punto de despistarnos y pasarnos el desvío de Abejar. Por lo que llegamos a Soria sin pretenderlo. Bueno, más exactamente, a la rotonda que hay a la entrada de Soria. Rotonda maravillosa, cual ruleta rusa, que nos hizo dar tres vueltas hasta que se paró en la señal que indicaba “a Burgos”. Y menos mal que acertó…

Ya en el refugio, Refugio y collado de Bocalprado ( 1.571 m) , nos encontramos con el resto de compañeros, también invitados de la Boda Real: Marisol, Juanito, Seche y Rubén.

Se trata de una confortable construcción dividida en tres estancias. En la planta baja se encuentra el comedor con chimenea y lo que llamamos “el dormitorio de Alfredo” . En la planta superior un dormitorio diáfano todo de madera en el que dormimos el resto de expedicionarios.

La cena en el refugio fue suculenta, como no se podía esperar menos de un festejo real. Las Volantinas con queso fueron el plato estrella, delicadísima pasta servida en una emulsión de crema de queso parmesano, que despierta los paladares más exigentes.

En los postres nos sorprendieron con un chocolate al aroma de arándanos, que aún conservo en la memoria. No me quiero olvidar de mencionar que la cena fue regada con excepcional vino afrutado, modesto pero redondo en boca.

Nos fuimos a dormir en seguida porque al día siguiente nos esperaba una jornada muy intensa. Teníamos que llegar a Buckinham Palace pasando por el Pico de Urbión, para llegar al cóctel que la Reina Isabel II nos iba a ofrecer en las dependencias de su palacio.

Amaneció un espectacular sábado y, tras un frugal desayuno, iniciamos nuestra marcha hacia Buckingham Palace pasado por el Pico de Urbión. Era una mañana preciosa de abril. Y el pajarito “carbonero” amenizaba nuestra ruta con su pitipiti-pitipiti.



No se podía pedir más al campo. Todo estaba en su justo sitio, en su justo color y en su justo aroma.

Desde el refugio y collado de Bocalprado ( 1.571 m ) partimos por una pista hacia el pico Urbión por una loma boscosa hasta que nos desviamos a la derecha por un camino que indicaba "Mirador de la Laguna Negra", que no vimos por la niebla y que permite aproximarse a las lagunas Larga y Helada, además de a la fuente del Duero y al pico Urbión ( 2.229 mts).



Una vez superadas las lagunas nos encaramamos al cordal, de nuevo, donde ya aparecía entre la niebla las redondeadas y, casi antropomórficas, rocas de conglomerado del Pico. El panorama es impresionante, desde la cima podemos ver, por la derecha el puerto de Santa Inés y el Río Revinuesa, hacia la izquierda el Río Urbión y el gran valle que nos lleva hasta a la Sierra de la Demanda - más lejos El Ezcaray, un poco más a la izquierda la Laguna de Urbión y el cordal del Camperón hasta el Pico Las Tres Provincias - más lejos Neila, finalmente intuimos el Duero bajando hasta Duruelo de la Sierra a los pies de Sierra Umbría.



Después de las fotos de rigor, y un rezo al santo, cuyo nombre desconocemos, continuamos por el cordal de Santa Inés, en dirección al Alto de las Tres Mojoneras para descender al valle de Revinuesa, internándonos, de nuevo, en el bosque, hasta el refugio de Cebrían.



Los pajarillos pastaban alegremente y los ciervos piaban... digo, uy, al revés.









Por el suelo rodaban los “tocados” que a cada paso nos recordaban que no deberíamos descuidarnos de nuestro atuendo para el cóctel de la tarde.




La llegada a palacio fue a eso de las siete de la tarde.



Ya llevábamos nuestros tocados y mejores galas para celebrar los fastos.



Nos alojaron en una preciosa casita de campo a las afueras de palacio, cuyo único inconveniente era que el agua corriente salía de una fuente a 30 metros de la cabaña. Por lo demás nada que objetar. Una chimenea enorme dominaba la estancia de decoración inglesa, con paredes naranjas y muebles en tonos granates. Amplios ventanales, confeccionados con climalit de última generación, proporcionaban un ambiente muy confortable.
La mesa estaba dispuesta perpendicularmente a la gran chimenea, con un mantel de la firma Rooks & Castles de color gris marengo.




El menú, no se repitió con las afamadas volantinas, pero si que contó con la consabida lenteja roja, alimento que no falta en ninguna ruta montañera, por lo menos cuando viene Alfredo, que en cualquier guiso echa un buen zarpón de lentejas, pegue o no pegue.

La fiesta fue espectacular todo el mundo con sus mejores galas. Vease.



 
La reina, aunque al principio fué muy atenta con nosotros, se distrajo el resto de la noche con David Beckham y descuidó a sus invitados.
Después de una noche lluviosa amaneció con niebla y con los recuerdos de Marisol de la Guerra Mundial... ¡Que mayores somos!


La fiesta real había terminado y teníamos que regresar a casa. La Reina se despidió de nosostros, no sin antes desearnos buen viaje y comunicándonos que había puesto a nuestra disposición los servicios del Guardabosques de palacio para no perdernos. El guardabosques, que habia sido un mito entre nosotras, idealizado quizás, no se dió a ver hasta última hora de la tarde, y no tenía el aspecto que pensabamos, más bien se parecía a Van Gogh. Emprendimos la marcha acercándonos al mismo río Revinuesa y por sendero remontamos el valle hasta la laguna Larga.





Desde aquí tomamos el sendero hacia la Laguna
Negra, pero sin bajar a ella continuamos por la "
senda mala" hasta el refugio
del Muchachón
.

Cuando hacia Urbión alarguemos
se puede acortar de vuelta,
tomando por el atajo,
hacia la Laguna Negra,
y bajando por el puerto
de Santa Inés a Vinuesa.
Mala tierra y peor camino.
Decía Antonio Machado...

El día trascurrió entre lluvias, claros y nieblas, chaparrones breves, quita y pon de capas de agua y abre-cierra de paragüas, pero en el momento más inesperado surgió el sol cegador, momento en el que Juanito y Ana lo celebraron fundiéndose en un abrazo.



Las vistas de la Laguna Negra desde arriba eran mágicas.




...y en la laguna sin fondo,
que guarda bien los secretos,
con una piedra amarrada
a los pies, tumba le dieron.


Y aprovechando que era todo maravilloso decidimos comer en un romántico rincón de la Laguna de la Senda Mala. La que emprendimos al terminar nuestras viandas.


La Senda Mala trascurre por encima de los cortados de piedra del valle y recuerda a las fajetas del Pirineo.

De repente, nos internamos en un bosque encantado, en las inmediaciones del chozo del tío Periquillo. Muy pequeño apoyado en un enorme pino, con capacidad para tres personas, pero con chimenea y paredes de piedra bien trabada. El sitio ideal para una noche romántica (sniff)... En los alrededores había ejemplares de pino silvestre, impresionante por el tamaño y la edad, dignos de ser reflejados en un catálogo de árboles singulares.

El pinar crece y se eleva,
y las rocas se aborrascan,
al par que el valle se estrecha.
Los fuertes pinos del bosque
con sus copas gigantescas,
y sus desnudas raíces
amarradas a las piedras;
Los de troncos plateados
cuyas frondas azulean,
pinos jóvenes; los viejos,
cubiertos de blanca lepra,
musgos y líquenes canos
que el grueso tronco rodean,
colman el valle y se pierden
rebasando ambas laderas.

Al salir del bosque el paisaje cambió bruscamente, nos dió la impresión de estar en un video juego cambiando de pantalla. Nos encontramos ahora en prados entre lagunas y riachuelos, buscando hitos desesperadamente. Descendimos y nos perdimos un poco, y tuvimos que remontar más de la cuenta en un momento de verdadero desanimo, hasta llegar a la pista, en donde estaba el Guardabosques de la Reina,


el cual nos indicó el camino que nos llevaría por el cordal al camino que tomamos el día anterior desde los coches. Festejamos la hazaña en un bar de Calatañazor comiendo unos torreznos sin ningún rubor.

Enseñanza del viaje: La que tuvo, retuvo...


El mapa con el itinerario seguido por la Comitiva Real con su "Carroza", la que tuvo, retuvo...




4 comentarios:

  1. Un bocanada de aire fresco... Puro, inmaculado y virginal

    Don Santiago.

    ResponderEliminar
  2. jajajaja, la foto con la Realeza es buenísima.
    La mejor crónica que he visto en mi vida!!! Toma ya!

    ResponderEliminar
  3. Magnífica la foto de la Boda Real, todavía me estoy riendo.........Hay que ver como prosperan algunos ladrones de bicicletas.....
    A Elton John le debieron sentar mal las lentejas rojas.........

    El Conde

    ResponderEliminar
  4. Me he emocionado, reido y llorado con el relato,,,,¡¡ que bien ecribis leñe!!

    ResponderEliminar