lunes, 2 de febrero de 2015

De Tablada a Cabeza Líjar y San Rafael (1 de febrero de 2015)

Tic-tac, suena el reloj y se acerca la hora de ponerse en pie. Tic-tac, se te va a acabar el chollo, Mariano. Pi-pí, pi-pí, pi-pí,... Son las siete. Me levanto como un resorte y empiezo a ponerme la ropa técnica. Ducha y a la cocina para un desayuno rápido. Un plátano, un dátil y dos medias nueces peladas, una taza de kéfir con frambuesas y dos tazas y media de té verde. Aún me da tiempo a prepararme un bocata de tortilla con jamón que echaré a la mochila, junto al termo bien cargado de té. Y salir escopetado para Atocha, no puede uno perder el tren regional a Segovia de las 8:30. Luego me sobrará casi media hora pero mejor así.
 
El tren me deja en el apeadero de Tablada, que es la siguiente parada a Cercedilla, anterior al túnel que atraviesa la sierra para salir a la vertiente segoviana. En un panel veo que hay desde aquí una ruta balizada como sendero local (marcas blancas y verdes) que permite alcanzar la Peña del Arcipreste. Pero no entra en mis planes, que consisten en hacer una ruta lineal subiendo a Cabeza Líjar y bajando luego a San Rafael.


 
 
Comienzo la subida por la calle asfaltada que bordea el hostal y restaurante Casa Tere por su izquierda. Pronto se llega a una cancela que impide el paso de vehículos y da paso a una pista de tierra, cubierta ahora por la nieve.



 
Tras media hora de ascenso llego al paraje en que se ubica la fuente de las Hondillas. Un nutrido grupo de chavales tiene montada toda una guerra con bolas de nieve, pero logro sortear los proyectiles con habilidad. Aquí se conecta con la carretera asfaltada que viene del alto del León y se dirige a Peguerinos.
 
 
Fuente de las Hondillas
 
 
Siguiendo la carretera a Peguerinos, una pista helada cubierta de nieve, se llega en suave ascenso hasta el collado de Lagasca.
 
 


Es el momento de tomar el cordal y guiarse por las marcas de pintura blanca y roja del GR-10. Los pinos, con sus acículas cubiertas de nieve helada, tienen ese aspecto fantasmal de los días invernales, más en un día algo nuboso que apenas dejará ver las cumbres.
 
 
 
 
A las doce estoy en Cabeza Líjar (1.824 m.), con su vértice geodésico y mirador circular bajo el cual se abre un refugio-búnker, que me viene de perlas para resguardarme un rato de la gélida temperatura y tomarme una barrita energética. Esta cumbre hace de límite provincial entre Madrid, Segovia y Ávila.
 
 



Bajo por el GR-10, que traza varias revueltas y desemboca enseguida en el collado de la Mina o de la Cierva (1.710 m.), donde vuelvo a salir a la carreterita a Peguerinos. Por esta última continuaré, entrando en tierras abulenses, durante algo más de un kilómetro hasta el collado del Hornillo. En este tramo pega fuerte el aire del norte, que se hace molesto, y por momentos el paisaje adquiere tintes nórdicos. Me imagino ser adelantado en cualquier momento por un trineo tirado por perros.
 
 
Llegando al collado del Hornillo


Se divisan algunas cumbres hacia El Escorial

 
En el collado del Hornillo (1.634 m.), que separa (o conecta, según queramos verlo) el cerro de la Salamanca del pico de Cueva Valiente, abandono la carretera e inicio el descenso hacia San Rafael por el GR-88 (Cañada Real Soriana Occidental), que se abre paso entre el pinar. Son momentos memorables, en los que el sol hace tímidos intentos por salir y proporciona una luz mágica. La preciosa bajada discurre en buena medida a la orilla del arroyo Mayo. En un momento dado, sin que exista ninguna indicación precisa, se abandona Ávila y se entra en tierras segovianas.


 
 
Con San Rafael a tiro de piedra, se pasa junto al Prado de Juan Llanos, donde curiosamente se rodó hace unos años la película El Laberinto del Fauno. Un poco más adelante me encuentro con la cerca de piedra que delimita la Finca de las Monjas y desemboco en la carretera de montaña que conecta San Rafael con El Espinar por el pinar.


 
 
Antes de tomar el tren de vuelta a Madrid, entraré en el bar La Brasería, donde por un euro me tomaré una cerveza acompañada de una estupenda tapa, una sartencita con un huevo escalfado sobre pisto y una rodajita de chorizo. Qué más se puede pedir por un euro. Un interesante sitio de tapeo.


 
 
En definitiva, una estupenda ruta lineal, que transita por tres provincias. Se escaparon algunos copos en algún momento, pero fue algo casi anecdótico. Sí que hizo frío y en algunos momentos pegó el viento con algo de fuerza. Recorrido muy solitario, sin duda debido al pronóstico del tiempo. De las fuente de las Hondillas para arriba solo me topé con cinco senderistas (2 + 1 + 2) y dos dándole a la bici por la carretera a Peguerinos (con el hielo que había, madre mía...). Junto a la Finca de las Monjas, a las afueras de San Rafael, me volví a encontrar con un grupo de paseantes, con críos y todo.
Habrán observado que he recuperado la sana costumbre de hacerme selfies, una técnica en la que Adolfo Durán era un auténtico maestro.
 
El Laberinto del Fauno
Esta película, ambientada en la posguerra española y dirigida en 2006 por el cineasta mejicano Guillermo del Toro, se rodó precisamente a las afueras de San Rafael, concretamente en el paraje que se conoce como Prado de Juan Llanos. En el rodaje, que se prolongó durante varias semanas, tomaron parte Ivana Baquero, Ariadna Gil, Sergi López, Maribel Verdú, Álex Angulo, Federico Luppi o Doug Jones.
 
 
 

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