sábado, 5 de noviembre de 2016

Al Cueto Fontún desde Villamanín (30 de octubre de 2016)

Hoy vamos a subir al Cueto Fontún (1.948 m.), una peña de blanca caliza que en algunos mapas se denomina Machacao y que resulta imponente vista desde Villamanín.

Al levantarnos la niebla cubre aún el pueblo. Bajamos a desayunar a la cocina, donde Rosa nos ha dejado pan de molde, galletas, margarina, mermelada y algo de café ya preparado. Hay también bolsas de té en un estante. Durante el desayuno coincidimos con Sven, un estudiante alemán que está cursando este semestre en la universidad de Valladolid gracias al programa Erasmus y que se ha acercado también hasta aquí para pasar el fin de semana. Casualmente subió ayer al Fontún.

Al salir del albergue nos pasamos por el coche para coger nuestros bastones y ponernos las botas. El coche se va a quedar ahí durante todo el día, ya que vamos a echar a andar desde el mismo Villamanín, tomando la calle principal en dirección sur.


La silueta del Cueto Fontún


La niebla va rápidamente disipándose. Llegamos enseguida al punto en que arranca una pista asfaltada, que asciende hasta las antenas que hay en la cima del Cerro de la Mata. Los arbustos que flanquean el camino están plagados de telarañas, observa Josete.




Al fondo, Peña Laza




Las Tres Marías


Como a una media hora del inicio, la pista traza un brusco giro a la izquierda para dirigirse a las antenas. Nosotros seguimos de frente por un cómodo camino de tierra que se interna enseguida en un robledal y que nos va a permitir remontar el valle de Formigoso.






Al cabo de un rato llegamos a un refugio libre en muy buen estado, con chimenea, mesa y sillas. Al parecer, el ayuntamiento de Villamanín se ocupa de su mantenimiento. Tiene también abrevadero con fuente al lado.










Nuestra intención era ascender por este camino hasta el collado de Formigoso pero acabamos por salir a otro collado algo más al sur que el anterior. Hemos debido confundirnos en una bifurcación. Este error nos va a obligar a dar un largo rodeo para situarnos al pie del Fontún, dejando a nuestra izquierda el Cotil de Fierro y el Alto de Salguerón. Habrá momentos algo incómodos, en los que tendremos que sortear los piornos.










Pero rendirnos, ya saben, no entra en nuestro decálogo. Alcanzamos por fin el collado de Gete (1.598 m.) pasadas las tres. Frente a nosotros el Cueto Fontún, nuestro objetivo de hoy. Nos resta aún una hora de empinada subida para superar los últimos 350 metros de desnivel. Una vez llegados hasta aquí, no hay ya vuelta atrás.


Al pie del Cueto Fontún


En esta subida final nos cruzaremos con una pareja que baja de la cumbre. Serán los únicos excursionistas que veamos en todo el día. Qué solitaria esta montaña leonesa. Javier, nuestra gran esperanza, va progresando paso a paso y empieza a creérselo.




Alcanzamos finalmente la cresta cimera, doblamos a la izquierda y remontamos un último hombro rocoso para plantarnos en la cumbre del Cueto Fontún (1.948 m.), en la que hay un buzón montañero. Hacia poniente, Peña Ubiña, el Cirbanal, Las Tres Marías y muchos picos más. Lo mismo que hacia el norte. Hacia levante, el Machamedio, separado del Fontún por una delicada arista rocosa. Más allá, al otro lado de las Hoces de Vegacervera pero próximo también, el redondeado pico Correcillas. En lontananza se aprecian incluso el Espigüete y el macizo de Picos de Europa. Nos sentamos a comer algo antes de emprender la bajada.














Descendemos de nuevo al collado de Gete y a partir de aquí no tenemos más que seguir la pista de tierra que se dirige al pueblo de Fontún, que está a apenas un kilómetro de Villamanín.


La gran esperanza blanca








Un belén




El sol está ya muy bajo y es que hoy anochece una hora antes que ayer. La visión del Cueto Fontún en esta hora del atardecer, teñido de una espectacular tonalidad naranja, resulta cautivadora.




Es una bajada rápida y directa, nada que ver con la larga aproximación que hicimos por la mañana, lo que no impide que lleguemos a Villamanín con las últimas luces del día. 
Nos encontramos con Sven, que está sentado en un banco, y entramos juntos a tomarnos una cerveza en el bar del Hogar del Pensionista, que está al lado del albergue. Después de la cerveza nos ducharemos y saldremos de nuevo para irnos a cenar al bar Ezequiel. No queda otra que cruzar las vías del tren y la N-630. Emociones fuertes. No se lo pierdan.








Nos queda por decir que puede también subirse al Cueto Fontún desde Velilla, desde Gete o desde la collada de Cármenes. Repetiremos. No lo duden.

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