jueves, 22 de marzo de 2018

De Lozoya al Cerro de la Cruz y el Rebollo de la Maleza (18 de marzo de 2018)

En este último domingo de primavera hemos hecho una ruta circular con inicio en Lozoya (1.114 m.), que primeramente nos ha llevado a ascender hasta el Cerro de la Cruz para luego, tras la comida, buscar un roble centenario de enormes proporciones, que crece en las inmediaciones del arroyo de la Mata del Tirón.

Al salir del pueblo, tomamos el camino que discurre junto a la orilla del embalse de Pinilla. Un poco más adelante salimos al asfalto de la carretera M-604 para caminar por ella apenas cien metros. 






Pronto damos con una difusa trocha que asciende en dirección al monte El Chaparral (1.413 m.). Por la ladera de solana se extiende un bosque de sabinas, que es toda una rareza, no solo en el Valle del Lozoya, sino en el conjunto de nuestra sierra. 








A medida que ganamos altura, pisamos las primeras nieves del día y comprobamos cómo las sabinas comienzan a alternarse con las encinas. Superada una primera cumbre, la pendiente se suaviza un poco. Torcemos ligeramente a la derecha, siguiendo el cercado de piedra que separa los términos municipales de Lozoya y de Gargantilla, para en poco más de diez minutos alcanzar el vértice geodésico que hay en la cumbre del Cerro de la Cruz (1.514 m.).










Nos dirigimos ahora en dirección norte, rebasando primero el Alto de los Espinosos y descendiendo después hasta un collado, a unos 1.320 m. de altura, que es cruzado por la pista que va de Lozoya a Navarredonda.








Tiraremos de frente, ganando altura entre los robles y los pinos. El cercado de piedra que tenemos a nuestra derecha nos sirve de referencia. En algo más de una hora salimos a una pista de tierra que está completamente cubierta por la nieve. Nos sentamos a comer a un lado de la pista, sobre un talud despejado de nieve.






Descendemos por la pista tras reanudar la marcha. A la altura del arroyo de la Mata del Tirón abandonamos la pista para buscar un roble centenario que crece en medio del pinar, el conocido como Rebollo de la Maleza.














Una primera intentona resulta fallida. El viejo roble nos es esquivo. Veo que Juanito lleva en la redecilla de su mochila un mapa y desabrocho las correas para consultarlo. Se trata de un mapa de Copenhague que poca ayuda puede prestarnos. Nuestra insistencia nos lleva después de un buen rato a dar finalmente con el Rebollo de la Maleza, un vetusto roble, de múltiples brazos y más de 200 años de vida, que emerge de entre un mar de pinos.




Al finalizar la ruta y hacer balance, resulta que hemos caminado unos 20 kilómetros, con aproximadamente 1.000 metros de desnivel. Entramos a tomar algo en el bar El Valle del Lozoya, donde nos ponen unos pinchos de tortilla de patatas que están muy ricos y que habrá que repetir en un futuro.





1 comentario:

  1. Qué buen reportaje!
    Muchas gracias, Alfredo!

    Saludos de una compañera de esta ruta.
    Ana.

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