Si ayer estuvimos en Sarzedas, hoy nos hemos desplazado hasta Louriçal do Campo, una localidad, y capital de las respectiva freguesía, situada a unos 25 kilómetros al norte de Castelo Branco, a la que se llega tomando primeramente la carretera EN-18, una alternativa a la autovía de pago, y luego otra de menor categoría.
Nos espera otro sendero de pequeño recorrido, señalizado con marcas de pìntura amarillas y rojas. Se trata esta vez del codificado como CTB PR-1, cuyo track puede igualmente descargarse en la página de la Câmara Municipal de Castelo Branco.
Nos espera otro sendero de pequeño recorrido, señalizado con marcas de pìntura amarillas y rojas. Se trata esta vez del codificado como CTB PR-1, cuyo track puede igualmente descargarse en la página de la Câmara Municipal de Castelo Branco.
Casa da Floresta
Tenemos por delante una ruta circular de 17,5 kilómetros, que discurre por la Serra da Gardunha, un accidente montañoso que se levanta un poco al sur de la Serra da Estrela, en la que aún subsisten los neveros en este último día de abril. Vamos a caminar en sentido contrario a las agujas del reloj.
El paisaje muestra aún las heridas de lo que ha debido ser un reciente incendio, una tragedia que lamentablemente se repite con demasiada frecuencia en Portugal. Árboles medio quemados y una tierra ennegrecida que recuerda al socarrat que se pega en el fondo de la paellera.
Pasaremos al pie de la cumbre de Castelo Velho (1.043 m.), momento en que nos detendremos a comer bajo una gran roca granítica para resguardarnos de la lluvia. Un rincón digno de la mismísima Pedriza.
En el descenso atravesaremos la pequeña aldea de Cabaco y dejaremos a nuestra derecha las localidades de Casal da Serra y de Torre. Nos sorprendió el agreste paisaje constituido por la garganta del río Ocreza, en la que quedan algunos molinos abandonados y medio en ruinas.
El paisaje muestra aún las heridas de lo que ha debido ser un reciente incendio, una tragedia que lamentablemente se repite con demasiada frecuencia en Portugal. Árboles medio quemados y una tierra ennegrecida que recuerda al socarrat que se pega en el fondo de la paellera.
Pasaremos al pie de la cumbre de Castelo Velho (1.043 m.), momento en que nos detendremos a comer bajo una gran roca granítica para resguardarnos de la lluvia. Un rincón digno de la mismísima Pedriza.
En el descenso atravesaremos la pequeña aldea de Cabaco y dejaremos a nuestra derecha las localidades de Casal da Serra y de Torre. Nos sorprendió el agreste paisaje constituido por la garganta del río Ocreza, en la que quedan algunos molinos abandonados y medio en ruinas.
Casal da Serra
Garganta de Ocreza
Louriçal do Campo
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