En esta salida le dimos algunos la bienvenida al 2011. Tuvimos de todo, tiempo espléndido y lluvia pertinaz. Balance, en todo caso, formidable. Unas tierras de agreste belleza y unas gentes sencillas, campechanas y agradables. Además, cruzar a la vecina Portugal nunca defrauda. A continuación vienen una serie de apuntes sobre este entrañable viaje.
VILLAMIEL
Unos 750 habitantes.
Se ha conservado el juego de dar el choqui, en el que una bola más grande golpea a otra más pequeña.
ALBERGUE DE CÁRITAS
Situado en un robledal, a más de dos kilómetros de Villamiel, es un sitio perfecto para montar una buena juerga. Salimos a una media de casi una juerga por día, cosa de mucho mérito teniendo en cuenta las bajas sensibles que tuvimos. De haber estado al completo, el desmadre podía haber sido histórico.
El centro de las juergas era el salón con chimenea, la pieza estelar de la casa; el lugar donde más se curró fue, sin duda, la cocina; los dormitorios se usaron poco, pues la inmensa mayoría prefirió coger los colchones y acomodarse cerca de la chimenea, aprovechando el rescoldo que soltaban las brasas.
Exterior del albergue
Saliendo del albergue
Thiago Martins se sumerge en la lectura
José Vermelho dando el callo
El Senhor Vermelho e Inés Almeida destapan la cacerola; Ana Nunes se relame
Una ensaladilla rusa muy especial
El albergue se halla enclavado en un precioso robledal
COTILLÓN DE FIN DE AÑO
Pelucas, orejas de soplillo, narices, cornetas, espantasuegras, etc. En fin, lo habitual.
Seguimos por Radiotelevisión Macuto el Especial Nochevieja, con actuaciones estelares:
la Jurado, las Spice Girls, Camarón y Paco de Lucía, Tina Turner, El Cigala,
La Quinta Estación. Un auténtico lujo, señores.
CINEMANÍA
Fueron unos días muy cinéfilos en los que se proyectaron varios cortos de jóvenes realizadores que vienen pisando fuerte, como Marta Calleja o la factoría San Diego. Acción, suspense y terror psicológico a partes iguales. Actores aún un poco verdes, que precisan de tiempo para ir puliéndose.
BAILES REGIONALES
Las chavalas rescataron las danzas tradicionales de la tierra y le pusieron la sal, efectuando bonitas figuras de baile que utilizaban elementos como sombreros, frutos del campo, cestas, etc.
Con sus 1.493 metros es la máxima altura de la sierra de Gata y dicen que ya era considerada una montaña sagrada por los celtas.
En la lengua local se le conoce como Xâlima.
Subimos a él echando a andar desde el mismo albergue y cogiendo un camino tradicional que lleva a El Payo (Salamanca) a través de la sierra.
En el tramo final de la ascensión se pasa junto a unas minas abandonadas y unas antiguas neveras en las que se fabricaba hielo con la nieve caída (y que no son más que unas oquedades naturales abiertas en los bloques graníticos).
En la cumbre, vértice geodésico y un curioso belén navideño, dentro de una pequeña mochila, que podía verse a través de un ventanuco transparente.
Marta Fidalgo y Eva Martosinho
Todo estaba encharcado
João Moreirinha avanza impasible entre la niebla
Una nevera en la ladera del Jálama
Otra nevera
El Senhor Vasques y Marisol Dodeiro en la cumbre del Jálama
Vistas hacia Hoyos y los embalses del Borbollón y Rivera de Gata
Descenso del Jálama
MONSANTO
Se asienta en la ladera del escarpado Cabeço de Monsanto (758 m.).
El lugar ya estaba habitado desde tiempos antiguos y, por ejemplo, se levantaba en él un castro lusitano.
Fue la ganadora en un concurso celebrado en 1938 para elegir
la aldea “mais portuguesa de Portugal” y recibió por ello un
gallo de plata, que luce en lo alto de
la Torre del Reloj o de Lucano
.
El 3 de mayo se celebra
la Fiesta de
la Santa Cruz
, que conmemora la resistencia a los invasores, no se sabe si romanos o árabes. Cuenta la tradición que la población resistió el asedio gracias a una estratagema. Cebaron con trigo en abundancia a un ternero y lo hicieron rodar cuesta abajo desde el castillo. Al caer, el animal se despedazó y de su vientre se fueron desparramando los granos de cereal. Al verlo, los invasores pensaron que la población contaba aún con víveres en abundancia, se desanimaron y levantaron el cerco. En las celebraciones las mujeres del pueblo suben hasta el castillo llevando en sus brazos unas tradicionales muñecas de trapo llamadas
marafonas. Se canta y baila al son de los
adufes, que son unos panderos de forma cuadrangular.
Llaman la atención los enormes
bolos graníticos que se hallan desperdigados entre el caserío del pueblo, haciendo increíbles equilibrios. Nos regala una imagen inverosímil la casa construida debajo de un enorme tolmo, que llegará a pesar varios miles o incluso cientos de miles de toneladas, y que llaman
la Casa de Uma Só Telha
.
En lo alto del cabezo se levanta un
castillo templario, parcialmente destruido en una explosión que hubo en el s. XIX, al caer un rayo sobre el depósito de pólvora. Desde el castillo se disfruta de unas vistas preciosas, con
la Serra da Estrela
hacia el norte y el
Jálama hacia el noreste. Al pie del cabezo, en todas las direcciones, se extienden varias pequeñas aldeas, como
Relva, Eugénia, Devesa, Louredo, Maria Martins, Adingeiro y Carroqueiro. Enfrente, la modesta
sierra de Moreirinha.
En la cima del cabezo hay otros restos de interés, como las ruinas de la capilla de San Miguel (a cuyo abrigo se levantaba un pequeño poblado que fue destruido) y de un campanario, varias sepulturas antropomorfas excavadas en la roca y As Treze Tigelas (o los Trece Cuencos), que son unos cuencos excavados en la roca, en los que una tradición cuenta que una hidalga servía la sopa boba a los pobres de solemnidad.
Muchas de estas cosas nos las contó Eliseu, un señor que ha trabajado como taxista por media Europa.
A la bajada del cabezo pasamos junto a dos grandes peñascos conocidos como Os Penedos Juntos.
Nunca se sabe en Monsanto
(que as águias roçam com a asa)
se a casa nasce da rocha,
se a rocha nasce da casa
A Casa de Uma Só Telha
Subiendo al Cabeço de Monsanto
Desde la fortaleza templaria
As Treze Tigelas
ADUFE
Este pandero cuadrado es un verdadero símbolo de identidad de los pueblos que integran el concejo de Idanha-a-Nova.
Consta de dos membranas, fabricadas en piel de oveja o cabra, que crean una caja de resonancia estrecha, dentro de la cual se colocan semillas, arena, sonajas o incluso chapas para enriquecer su sonido. Es tocado mayormente por mujeres, las adufeiras.
IDANHA-A-VELHA
Es de origen romano. Su existencia se menciona ya en el año 16 a. C. De esta época quedan vestigios como murallas, torres, puertas o el pódium de un templo sobre el que se levanta una torre templaria, el puente de Alcántara sobre el río Pônsul y multitud de lápidas y estelas con inscripciones grabadas.
Durante el periodo visigodo se llamaba Egitânea.
Fue arrasada por los árabes.
Tras su reconquista pasó a manos templarias.
En 1881 pasó a depender de Idanha-a-Nova.
Pelourinho de Idanha-a-Velha
A FALA
Es el idioma propio de la comarca de Sierra de Gata, lengua romance que se conoce como xâlimegu y que hoy día se ha perdido casi totalmente, aunque todavía pervive en los tres pueblos más occidentales y más próximos a Portugal, San Martín de Trevejo (San Martiñu), Eljas (As Elhas) y Valverde del Fresno (Valverdi), que en conjunto suman unos 5.000 habitantes. Ha sido declarada Bien de Interés Cultural en 2001.
Sus orígenes son difíciles de precisar, aunque algunos estudiosos lo consideran cruce de leonés y de galaico-portugués, con influencias de repobladores asturleoneses, principalmente del Bierzo, llegados en
la Edad Media. Es fruto de la situación geográfica de esta zona con respecto a Portugal y del habla que trajeron consigo los primeros repobladores de la comarca.
Presenta variedades, lo que hace que podamos hablar de as falas, como el valverdeiru en Valverde del Fresno, el chapurriau o lagarteiru en Eljas y el mañegu o manhegu en San Martín de Trevejo. Es muy habitual escucharla al pasear por estas poblaciones o entrar en sus bares.
Está balizada como sendero de pequeño recorrido (PR-CC 184) y es una ruta lineal de 17 km. de longitud, que une los tres pueblos en los que aún se habla “a fala”. Nosotros la hicimos empezando en San Martín de Trevejo y terminando en Valverde del Fresno.
Salimos de
la Plaza Mayor de San Martín por la calle de
la Iglesia, tomando luego la calle del Puerto (
Calli do Portu) y entroncando con
la Calzada Romana (
Calzà Romana). Se abandona el pueblo a la altura de las pistas polideportivas de
As Hortas.
La calzada, que está empedrada, asciende fuertemente por entre olivares, viñas y huertos, dejando a nuestras espaldas el pueblo. Enseguida disfrutamos de hermosas vistas del pueblo de San Martín y del convento de San Miguel.
Tras dejar a la izquierda una pradera nos introducimos en el castañar de Ojesto (o de los Ojestos), considerado uno de los más extensos de Extremadura. Musgo en abundancia. Acebos. La hiedra cubre los troncos de muchos árboles. Pasamos junto a dos centenarios castaños, conocidos como Los Abuelitos.
Se alcanza finalmente el puerto de Santa Clara (1.027 m.) por el que pasa la carretera que lleva a El Payo.
Pasamos a la otra margen del valle, la de solana, y el paisaje cambia violentamente. No hay ningún vestigio del frondoso y húmedo bosque atlántico que nos acompañó en la subida. En lugar de ello tenemos canchos de granito y pastos en los que descansan las vacas. Un típico paisaje guadarrameño o gredense, con buenas vistas del Jálama, que dejamos a nuestra espalda. A la derecha quedan unas curiosas formaciones graníticas, las Torres de Hernán Centeno, en memoria de un famoso bandolero al que se conocía como el Travieso, que en el s. XVI se construyó aquí un pequeño castillo, el de Rapapelo, y que desde aquí saqueó otras fortalezas, como las de Eljas y Trevejo.
Tras un largo tramo en el que llaneamos, comenzamos a bajar a Eljas por el viejo y empedrado Camino del Puerto (Caminu du Portu) y tras pasar unos zahurdones, a la izquierda, nos introducimos en un robledal.
Tras una curva, aparecen bruscamente los dos pueblos, Eljas y Valverde. Al primero de ellos se llega enseguida tras un zigzagueo.
Salimos de
Eljas por
la Calli de Valverdi
y
Calli da Costa, y ponemos rumbo a
Valverde descendiendo entre olivos y frutales. Se baja por el conocido como
Camino del Maíz, donde nos topamos con unos lugareños que se arrancan a hablar en la lengua local. Al decirles que vamos a
Valverde y teniendo en cuenta que aún nos faltan tres kilómetros y medio y que ya queda poco de luz, el más locuaz de ellos nos suelta aquello de
Se vus faite de noiti.
Salimos a una pista de tierra, en la que torcemos a la derecha, y un poco más adelante se salva el arroyo de Argiles por un puente. Seguimos las señales de PR y entramos a Valverde por la parte del polideportivo y el cementerio.
En Valverde visitamos un pequeño Museo Erótico-Etnográfico que ha montado Martín, un rústico hombrecillo de origen portugués, que ha trabajado en Alemania durante 30 años. La entrada es gratuita, menudo chollo. El museo no tiene nada que envidiar a algunos sex-shops del Barrio Rojo de Ámsterdam. Muchos de los objetos y piezas expuestas denotan un evidente trauma sexual: bragas, un calabacín que recuerda a una sugestiva polla, un azulejo en el que pone “El ciervo saltarín pone cuernos sin fin” y un sinfín más de artículos, a cuál más disparatado. Dándose importancia, Martín nos comentó, en un momento dado, aquello de “También me dedico a la moneda”.
Plaza de San Martín de Trevejo
Cómo se lo montan los mañegus
Dejando atrás San Martín
Castañar de Ojesto
Jorge Simoes
Los Abuelitos
Pisando la hojarasca
El Jálama
Thiago Martins oteando el panorama
Pasando bajo las torres de Hernán Centeno
A Orelha de Deus
Eljas y Valverde del Fresno
Eljas
Vista de Eljas desde el camino a Valverde
Inés Almeida un poco movida
El ciervo saltarín pone cuernos sin fin
A la entrada del pueblo nos topamos con un antiguo carro de combate.
Junto al castillo templario y la iglesia de Nossa Senhora do Leite hay un mirador desde el que se tienen buenas vistas del Vale Feitoso, las paredes de rocas cuarcíticas, el río Pônsul, el embalse y un pequeño complejo molinero (Mohínos de Rodizios). Desgraciadamente el día neblinoso que hace apenas nos deja ver nada de todo esto.
Cuenta el pueblo con una escuela de escalada que tiene unas 40 vías.
En sus alrededores se han encontrado numerosos fósiles (trilobites), que demuestran la presencia de un lecho marino durante el Paleozoico. Algunos de ellos pueden contemplarse en el Museo del Paleozoico, que está en medio del pueblo, junto al pelourinho (picota), y en el que la entrada es gratuita. Pero también nos encontramos el museo cerrado. Si es que no damos pie con bolo.
Al menos nos pudimos pegar una abundante y sabrosa comida en un restaurante que hay abajo, junto a la carretera y que se llama O Javali. Al ser martes y día de diario, servían un menú por 7 euros con todo incluido, bebida, postre y café, e incluso unas aceitunas para picar.
CILLEROS
Se halla rodeada de olivares y viñas, y es famosa por su vino blanco.
Su nombre romano, Cellarium, significaba bodega.
Destaca su ayuntamiento porticado, con un gran escudo borbónico, en el que un cerdo sustituye al toisón de oro.
Tiene varias
casas solariegas con blasones en sus fachadas, como
la Casa Grande
, levantada en estilo renacentista.
Su antiguo pósito de grano es hoy el centro médico.
Hasta
Cilleros nos acercamos sólo los cuatro que nos quedamos hasta el final. Un señor con el que hablamos en
la Plaza de los Caños
nos indicó por dónde subir al ayuntamiento y nos comentó la existencia de un Museo Etnológico. Tenía una particular forma de hablar y nos preguntó:
¿De donde seis? Ah, sei de Madrid.
Ayuntamiento de Cilleros
SANTIBÁÑEZ EL ALTO
Se dice que el pueblo fue fundado por la condesa Teudosinda.
Sus casitas bajas de sillería de granito y tejado de pizarra lo convierten en uno de los más bellos de la comarca.
Guarda un peculiar coso o plaza de toros con gradas de piedra, en la que tienen lugar las fiestas del pueblo.
Desde el castillo musulmán (s. IX), administrado luego por las órdenes del Temple y de Alcántara, hay unas espléndidas vistas del embalse de Borbollón.
Ya de vuelta a Madrid, paramos en Santibáñez, pero poco se pudo hacer. Un breve paseo bajo los paraguas. Llovía y llovía. Las espléndidas vistas brillaron por su ausencia. Lo mejor, el rato pasado en el
bar La Portuguesa, donde su simpática propietaria nos dio conversación.
Pila la Zorra (Santibáñez el Alto)
Los protagonistas de esta salida han sido:
Marta Fidalgo
João Moreirinha
Thiago Martins
Eva Martosinho
Marisol Dodeiro
Senhor Vasques
Jorge Simoes, alias Senhor Costa
Inés Almeida
Ana Nunes
José Vermelho
Nos despedimos de todos con un
Felí Naviai en x
ãlimegu, aunque ya sea un poco tarde.
Casa da María (Monsanto)
Av. Fernando Rocha, 11.
TF (Eliseu, que trabajó como taxista por media Europa): 00351-965624607; 00351-966443663.
Un hermano de Domingo, el encargado del albergue de Villamiel, tiene una chocolatería en Madrid, que se llama Chocolat y está en la calle Santa María, 30 (junto a Huertas), abre de 7:30 a 21:00 y a mediodía sirven cocina casera.
Miel y Polen Val de Xálima (Valverde del Fresno)
Carretera de Portugal, km. 1,800
TF: 927-51.05.62; 689.319.518
SIERRA DE GATA:
Mancomunidad Municipios Sierra de Gata
Web de Sierra de Gata
Portal Sierra de Gata Joven
Turismo Rural en Sierra de Gata
Sierra de Gata, el paraíso virgen
El GR-10 a su paso por Sierra de Gata, en la web de ASIDER
Cadalso
Coria
Descargamaría
Vídeo de Eljas
Gata
Hoyos
Moraleja
Robledillo de Gata
San Martín de Trevejo
Vídeo de Santibáñez el Alto
Vídeo de Torre de Don Miguel
Vídeo de Trevejo
Vídeo de Valverde del Fresno
Villamiel