sábado, 22 de enero de 2011

Sierra del Quintanar y Peñas de la Majada (15 de enero de 2011)

Día soleado e inusualmente templado de mediados de enero.
Quedamos en la estación de tren de Otero de Herreros, un lugar de reunión también inusual.
Desde Madrid venimos Josete, José Antonio (un amigo de José Manuel, que no aparecía desde que hace dos meses o más subimos a Peña Citores). Llegamos los primeros. La estación de Otero tiene un aire fantasmal. Su interior está cerrado a cal y canto. No obstante, se advierte que la vivienda, situada en la parte superior, está habitada.

La fantasmagórica estación de Otero de Herreros

Un ruido de motor suena. Tienen que ser ellos, los Serranos. Nadie más puede acercarse hasta la fantasmal estación a estas horas. Son efectivamente ellos, los Serranos. Es el bólido de Carmen, a la que acompañan Seche y Maite.

Algunos se ponen las botas y, sin más dilación, nos disponemos a echar a andar. Así tal cual, a palo seco, prescindiendo del consabido café.

Nos resulta curiosa una fábrica de cerámica que hay junto a la estación y que incluso tiene su pequeña capilla adyacente.

La fábrica de cerámica y su capilla

Bello trabajo de azulejería

Nos cuesta un poco encontrar el camino adecuado. Estamos un tanto espesos. Probablemente a más de uno le falte un café.

Pero finalmente estamos en la buena senda. Superamos un talud y, sin darnos cuenta, cruzamos por encima la línea del ferrocarril, que en este tramo atraviesa un túnel abierto en la colina sobre la que estamos.

La subida no tiene mayor misterio. Se trata de alcanzar lo alto del cordal y progresar por él, superando algunos incómodos muros de piedra.

Tenemos buenas vistas sobre las torres y urbanizaciones de Los Ángeles de San Rafael, lo que fue un emporio del gilismo. Creo que el Atleti sigue teniendo aquí algunas instalaciones para el entrenamiento de sus equipos.

Los Ángeles de San Rafael y, en primer plano, el Charlie

Divisamos también las localidades de San Rafael y de El Espinar, las dos cumbres de Cueva Valiente y el cordal de la Sierra de Malagón.

Más adelante, una torreta nos sirve de referencia para saber dónde estamos.

Camino del pico del Quintanar

Algo más de dos horas y media nos cuesta alcanzar el pico del Quintanar (1.932 m.). A pesar del día tan templado, sopla un viento algo molesto.

Desde aquí hasta las dos Peñas de la Majada, ya visibles, nos queda algo más de una hora. Detrás de ellas se ven las cumbres de la Mujer Muerta, que no tienen mucha nieve.

Seguimos avanzando por el cordal. En el Collado Mesado tratamos infructuosamente de buscar el caño de una fuente que debería de estar allí. La descripción no es muy precisa y lo damos por imposible.

Llegamos a la primera de las Peñas de la Majada (2.002). Desde aquí se ve la segunda de ellas (1.995 m.), de la que nos separa un suave collado. Las vistas se amplían y también aparecen los Siete Picos, Peña del Águila, la Peñota, la Maliciosa, la Bola, las Cabezas de Hierro, etc.

Refugio en ruinas y, detrás, la Maliciosa

En la segunda de las Peñas de la Majada hay una pequeña caseta o refugio en ruinas, en un lamentable estado. Comemos en este lugar, pero dejándonos caer un poco hacia la vertiente norte, donde sopla menos aire.

Tras el papeo, bajamos hasta el cercano collado del Pasapán (1.843 m.) y allí tomamos la pista, balizada como GR-88, que desciende hacia Segovia por el valle del río Milanillos.
En una fuerte curva que el GR hace a la derecha, lo abandonamos y seguimos por la pista que sale hacia la izquierda.
Seguimos esta pista un buen rato y atravesamos el Barranco de la Majada Pielera.
Más adelante se nos presenta una bifurcación, en la que tomamos la pista de la izquierda, que empieza a ascender un poco. Desechamos un par de alternativas que surgen a la izquierda y la pista se transforma enseguida en sendero.
Se atraviesa el arroyo de la Beceda y se va torciendo poco a poco hacia la derecha, en dirección a las Peñas del Hombre, que dejaremos ligeramente a nuestra izquierda, justo donde nuestro sendero ya desaparece. Empieza el drama. Pero no.

La Mujer Muerta y dos vivas muy vivas

Seguimos avanzando, descendiendo un poco hacia la izquierda y pronto encontramos un nuevo sendero, que acabará transformándose en camino.
Más adelante llegamos a una bifurcación en la que hay dudas. Hacia la derecha baja un camino más despejado. Pero acertadamente decidimos seguir por el de frente, a pesar de estar algo invadido por los piornos. Probablemente se trata de un viejo camino que ha dejado de usarse.
Hay tramos en que se camina bien y otros en los que hay que sortear los piornos, pero se ve que vamos descendiendo suavemente en la buena dirección, hacia unas majadas llanas en las que destaca una charca un poco a la derecha.
Desde este rellano descendemos, por la vaguada de la izquierda, de las dos que se nos presentan, y más adelante nos vemos obligados a atravesar una portilla.
El camino nos lleva hasta la cabecera de un vallecillo que desciende hacia la izquierda. Bajamos por aquí teniendo ya de frente una gran balsa de agua, que ya habíamos visto por la mañana, mientras subíamos. Detrás de esta balsa se divisa la estación de tren en la que dejamos los coches y la curiosa fábrica de loza.
No llegamos hasta la balsa, torcemos hacia la derecha, pasamos junto a un viejo encerradero para el ganado, el sendero se transforma en camino y de frente se dirige hacia el barrio de la estación de Otero, cruzando las vías del tren por un paso a nivel.

Como venga el tren...

Para seguir las indicaciones de la bajada se recomienda el mapa de la Tienda Verde a 1:50.000.
Menudo ladrillo.

jueves, 6 de enero de 2011

Sierra de Gata y Portugal - Nochevieja 2010

En esta salida le dimos algunos la bienvenida al 2011. Tuvimos de todo, tiempo espléndido y lluvia pertinaz. Balance, en todo caso, formidable. Unas tierras de agreste belleza y unas gentes sencillas, campechanas y agradables. Además, cruzar a la vecina Portugal nunca defrauda. A continuación vienen una serie de apuntes sobre este entrañable viaje.

VILLAMIEL
Unos 750 habitantes.
Se ha conservado el juego de dar el choqui, en el que una bola más grande golpea a otra más pequeña.

ALBERGUE DE CÁRITAS
Situado en un robledal, a más de dos kilómetros de Villamiel, es un sitio perfecto para montar una buena juerga. Salimos a una media de casi una juerga por día, cosa de mucho mérito teniendo en cuenta las bajas sensibles que tuvimos. De haber estado al completo, el desmadre podía haber sido histórico.
El centro de las juergas era el salón con chimenea, la pieza estelar de la casa; el lugar donde más se curró fue, sin duda, la cocina; los dormitorios se usaron poco, pues la inmensa mayoría prefirió coger los colchones y acomodarse cerca de la chimenea, aprovechando el rescoldo que soltaban las brasas.

Exterior del albergue 

Saliendo del albergue

Thiago Martins se sumerge en la lectura

José Vermelho dando el callo

El Senhor Vermelho e Inés Almeida destapan la cacerola; Ana Nunes se relame

Una ensaladilla rusa muy especial

El albergue se halla enclavado en un precioso robledal

COTILLÓN DE FIN DE AÑO
Pelucas, orejas de soplillo, narices, cornetas, espantasuegras, etc. En fin, lo habitual.
Seguimos por Radiotelevisión Macuto el Especial Nochevieja, con actuaciones estelares: la Jurado, las Spice Girls, Camarón y Paco de Lucía, Tina Turner, El Cigala, La Quinta Estación. Un auténtico lujo, señores.

CINEMANÍA
Fueron unos días muy cinéfilos en los que se proyectaron varios cortos de jóvenes realizadores que vienen pisando fuerte, como Marta Calleja o la factoría San Diego. Acción, suspense y terror psicológico a partes iguales. Actores aún un poco verdes, que precisan de tiempo para ir puliéndose.

BAILES REGIONALES
Las chavalas rescataron las danzas tradicionales de la tierra y le pusieron la sal, efectuando bonitas figuras de baile que utilizaban elementos como sombreros, frutos del campo, cestas, etc.










JÁLAMA
Con sus 1.493 metros es la máxima altura de la sierra de Gata y dicen que ya era considerada una montaña sagrada por los celtas.
En la lengua local se le conoce como Xâlima.
Subimos a él echando a andar desde el mismo albergue y cogiendo un camino tradicional que lleva a El Payo (Salamanca) a través de la sierra.
En el tramo final de la ascensión se pasa junto a unas minas abandonadas y unas antiguas neveras en las que se fabricaba hielo con la nieve caída (y que no son más que unas oquedades naturales abiertas en los bloques graníticos).
En la cumbre, vértice geodésico y un curioso belén navideño, dentro de una pequeña mochila, que podía verse a través de un ventanuco transparente.


Marta Fidalgo y Eva Martosinho


Todo estaba encharcado


João Moreirinha avanza impasible entre la niebla


Una nevera en la ladera del Jálama


Otra nevera


El Senhor Vasques y Marisol Dodeiro en la cumbre del Jálama


Vistas hacia Hoyos y los embalses del Borbollón y Rivera de Gata


Descenso del Jálama


MONSANTO
Se asienta en la ladera del escarpado Cabeço de Monsanto (758 m.).
El lugar ya estaba habitado desde tiempos antiguos y, por ejemplo, se levantaba en él un castro lusitano.
Fue la ganadora en un concurso celebrado en 1938 para elegir la aldea “mais portuguesa de Portugal” y recibió por ello un gallo de plata, que luce en lo alto de la Torre del Reloj o de Lucano
.
El 3 de mayo se celebra la Fiesta de la Santa Cruz
, que conmemora la resistencia a los invasores, no se sabe si romanos o árabes. Cuenta la tradición que la población resistió el asedio gracias a una estratagema. Cebaron con trigo en abundancia a un ternero y lo hicieron rodar cuesta abajo desde el castillo. Al caer, el animal se despedazó y de su vientre se fueron desparramando los granos de cereal. Al verlo, los invasores pensaron que la población contaba aún con víveres en abundancia, se desanimaron y levantaron el cerco. En las celebraciones las mujeres del pueblo suben hasta el castillo llevando en sus brazos unas tradicionales muñecas de trapo llamadas marafonas. Se canta y baila al son de los adufes, que son unos panderos de forma cuadrangular.
Llaman la atención los enormes bolos graníticos que se hallan desperdigados entre el caserío del pueblo, haciendo increíbles equilibrios. Nos regala una imagen inverosímil la casa construida debajo de un enorme tolmo, que llegará a pesar varios miles o incluso cientos de miles de toneladas, y que llaman la Casa de Uma Só Telha
.
En lo alto del cabezo se levanta un castillo templario, parcialmente destruido en una explosión que hubo en el s. XIX, al caer un rayo sobre el depósito de pólvora. Desde el castillo se disfruta de unas vistas preciosas, con la Serra da Estrela
hacia el norte y el Jálama hacia el noreste. Al pie del cabezo, en todas las direcciones, se extienden varias pequeñas aldeas, como Relva, Eugénia, Devesa, Louredo, Maria Martins, Adingeiro y Carroqueiro. Enfrente, la modesta sierra de Moreirinha.
En la cima del cabezo hay otros restos de interés, como las ruinas de la capilla de San Miguel (a cuyo abrigo se levantaba un pequeño poblado que fue destruido) y de un campanario, varias sepulturas antropomorfas excavadas en la roca y As Treze Tigelas (o los Trece Cuencos), que son unos cuencos excavados en la roca, en los que una tradición cuenta que una hidalga servía la sopa boba a los pobres de solemnidad.
Muchas de estas cosas nos las contó Eliseu, un señor que ha trabajado como taxista por media Europa.
A la bajada del cabezo pasamos junto a dos grandes peñascos conocidos como Os Penedos Juntos.

Nunca se sabe en Monsanto
(que as águias roçam com a asa)
se a casa nasce da rocha,
se a rocha nasce da casa


A Casa de Uma Só Telha


Subiendo al Cabeço de Monsanto


Desde la fortaleza templaria


As Treze Tigelas


ADUFE
Este pandero cuadrado es un verdadero símbolo de identidad de los pueblos que integran el concejo de Idanha-a-Nova.
Consta de dos membranas, fabricadas en piel de oveja o cabra, que crean una caja de resonancia estrecha, dentro de la cual se colocan semillas, arena, sonajas o incluso chapas para enriquecer su sonido. Es tocado mayormente por mujeres, las adufeiras.

IDANHA-A-VELHA
Es de origen romano. Su existencia se menciona ya en el año 16 a. C. De esta época quedan vestigios como murallas, torres, puertas o el pódium de un templo sobre el que se levanta una torre templaria, el puente de Alcántara sobre el río Pônsul y multitud de lápidas y estelas con inscripciones grabadas.
Durante el periodo visigodo se llamaba Egitânea.
Fue arrasada por los árabes.
Tras su reconquista pasó a manos templarias.
En 1881 pasó a depender de Idanha-a-Nova.

Pelourinho de Idanha-a-Velha

A FALA
Es el idioma propio de la comarca de Sierra de Gata, lengua romance que se conoce como xâlimegu y que hoy día se ha perdido casi totalmente, aunque todavía pervive en los tres pueblos más occidentales y más próximos a Portugal, San Martín de Trevejo (San Martiñu), Eljas (As Elhas) y Valverde del Fresno (Valverdi), que en conjunto suman unos 5.000 habitantes. Ha sido declarada Bien de Interés Cultural en 2001.
Sus orígenes son difíciles de precisar, aunque algunos estudiosos lo consideran cruce de leonés y de galaico-portugués, con influencias de repobladores asturleoneses, principalmente del Bierzo, llegados en la Edad Media. Es fruto de la situación geográfica de esta zona con respecto a Portugal y del habla que trajeron consigo los primeros repobladores de la comarca.
Presenta variedades, lo que hace que podamos hablar de as falas, como el valverdeiru en Valverde del Fresno, el chapurriau o lagarteiru en Eljas y el mañegu o manhegu en San Martín de Trevejo. Es muy habitual escucharla al pasear por estas poblaciones o entrar en sus bares.

RUTA DE LA FALA
Está balizada como sendero de pequeño recorrido (PR-CC 184) y es una ruta lineal de 17 km. de longitud, que une los tres pueblos en los que aún se habla “a fala”. Nosotros la hicimos empezando en San Martín de Trevejo y terminando en Valverde del Fresno.
Salimos de la Plaza Mayor de San Martín por la calle de la Iglesia, tomando luego la calle del Puerto (Calli do Portu) y entroncando con la Calzada Romana (Calzà Romana). Se abandona el pueblo a la altura de las pistas polideportivas de As Hortas.
La calzada, que está empedrada, asciende fuertemente por entre olivares, viñas y huertos, dejando a nuestras espaldas el pueblo. Enseguida disfrutamos de hermosas vistas del pueblo de San Martín y del convento de San Miguel.
Tras dejar a la izquierda una pradera nos introducimos en el castañar de Ojesto (o de los Ojestos), considerado uno de los más extensos de Extremadura. Musgo en abundancia. Acebos. La hiedra cubre los troncos de muchos árboles. Pasamos junto a dos centenarios castaños, conocidos como Los Abuelitos.
Se alcanza finalmente el puerto de Santa Clara (1.027 m.) por el que pasa la carretera que lleva a El Payo.
Pasamos a la otra margen del valle, la de solana, y el paisaje cambia violentamente. No hay ningún vestigio del frondoso y húmedo bosque atlántico que nos acompañó en la subida. En lugar de ello tenemos canchos de granito y pastos en los que descansan las vacas. Un típico paisaje guadarrameño o gredense, con buenas vistas del Jálama, que dejamos a nuestra espalda. A la derecha quedan unas curiosas formaciones graníticas, las Torres de Hernán Centeno, en memoria de un famoso bandolero al que se conocía como el Travieso, que en el s. XVI se construyó aquí un pequeño castillo, el de Rapapelo, y que desde aquí saqueó otras fortalezas, como las de Eljas y Trevejo.
Tras un largo tramo en el que llaneamos, comenzamos a bajar a Eljas por el viejo y empedrado Camino del Puerto (Caminu du Portu) y tras pasar unos zahurdones, a la izquierda, nos introducimos en un robledal.
Tras una curva, aparecen bruscamente los dos pueblos, Eljas y Valverde. Al primero de ellos se llega enseguida tras un zigzagueo.
Salimos de Eljas por la Calli de Valverdi
y Calli da Costa, y ponemos rumbo a Valverde descendiendo entre olivos y frutales. Se baja por el conocido como Camino del Maíz, donde nos topamos con unos lugareños que se arrancan a hablar en la lengua local. Al decirles que vamos a Valverde y teniendo en cuenta que aún nos faltan tres kilómetros y medio y que ya queda poco de luz, el más locuaz de ellos nos suelta aquello de Se vus faite de noiti.
Salimos a una pista de tierra, en la que torcemos a la derecha, y un poco más adelante se salva el arroyo de Argiles por un puente. Seguimos las señales de PR y entramos a Valverde por la parte del polideportivo y el cementerio.
En Valverde visitamos un pequeño Museo Erótico-Etnográfico que ha montado Martín, un rústico hombrecillo de origen portugués, que ha trabajado en Alemania durante 30 años. La entrada es gratuita, menudo chollo. El museo no tiene nada que envidiar a algunos sex-shops del Barrio Rojo de Ámsterdam. Muchos de los objetos y piezas expuestas denotan un evidente trauma sexual: bragas, un calabacín que recuerda a una sugestiva polla, un azulejo en el que pone “El ciervo saltarín pone cuernos sin fin” y un sinfín más de artículos, a cuál más disparatado. Dándose importancia, Martín nos comentó, en un momento dado, aquello de “También me dedico a la moneda”.


Plaza de San Martín de Trevejo


Cómo se lo montan los mañegus


Dejando atrás San Martín


Castañar de Ojesto


Jorge Simoes


Los Abuelitos


Pisando la hojarasca


El Jálama


Thiago Martins oteando el panorama


Pasando bajo las torres de Hernán Centeno


A Orelha de Deus


Eljas y Valverde del Fresno


Eljas


Vista de Eljas desde el camino a Valverde


Inés Almeida un poco movida


El ciervo saltarín pone cuernos sin fin





PENHA GARCIA
A la entrada del pueblo nos topamos con un antiguo carro de combate.
Junto al castillo templario y la iglesia de Nossa Senhora do Leite hay un mirador desde el que se tienen buenas vistas del Vale Feitoso, las paredes de rocas cuarcíticas, el río Pônsul, el embalse y un pequeño complejo molinero (Mohínos de Rodizios). Desgraciadamente el día neblinoso que hace apenas nos deja ver nada de todo esto.
Cuenta el pueblo con una escuela de escalada que tiene unas 40 vías.
En sus alrededores se han encontrado numerosos fósiles (trilobites), que demuestran la presencia de un lecho marino durante el Paleozoico. Algunos de ellos pueden contemplarse en el Museo del Paleozoico, que está en medio del pueblo, junto al pelourinho (picota), y en el que la entrada es gratuita. Pero también nos encontramos el museo cerrado. Si es que no damos pie con bolo.
Al menos nos pudimos pegar una abundante y sabrosa comida en un restaurante que hay abajo, junto a la carretera y que se llama O Javali. Al ser martes y día de diario, servían un menú por 7 euros con todo incluido, bebida, postre y café, e incluso unas aceitunas para picar.


Penha Garcia


CILLEROS
Se halla rodeada de olivares y viñas, y es famosa por su vino blanco.
Su nombre romano, Cellarium, significaba bodega.
Destaca su ayuntamiento porticado, con un gran escudo borbónico, en el que un cerdo sustituye al toisón de oro.
Tiene varias casas solariegas con blasones en sus fachadas, como la Casa Grande
, levantada en estilo renacentista.
Su antiguo pósito de grano es hoy el centro médico.
Hasta Cilleros nos acercamos sólo los cuatro que nos quedamos hasta el final. Un señor con el que hablamos en la Plaza de los Caños
nos indicó por dónde subir al ayuntamiento y nos comentó la existencia de un Museo Etnológico. Tenía una particular forma de hablar y nos preguntó: ¿De donde seis? Ah, sei de Madrid.

Ayuntamiento de Cilleros


SANTIBÁÑEZ EL ALTO
Se dice que el pueblo fue fundado por la condesa Teudosinda.
Sus casitas bajas de sillería de granito y tejado de pizarra lo convierten en uno de los más bellos de la comarca.
Guarda un peculiar coso o plaza de toros con gradas de piedra, en la que tienen lugar las fiestas del pueblo.
Desde el castillo musulmán (s. IX), administrado luego por las órdenes del Temple y de Alcántara, hay unas espléndidas vistas del embalse de Borbollón.
Ya de vuelta a Madrid, paramos en Santibáñez, pero poco se pudo hacer. Un breve paseo bajo los paraguas. Llovía y llovía. Las espléndidas vistas brillaron por su ausencia. Lo mejor, el rato pasado en el bar La Portuguesa, donde su simpática propietaria nos dio conversación.

Pila la Zorra (Santibáñez el Alto)


Los protagonistas de esta salida han sido:
Marta Fidalgo
João Moreirinha
Thiago Martins
Eva Martosinho
Marisol Dodeiro
Senhor Vasques
Jorge Simoes, alias Senhor Costa
Inés Almeida
Ana Nunes
José Vermelho

Nos despedimos de todos con un Felí Naviai en xãlimegu, aunque ya sea un poco tarde.


Casa da María (Monsanto)
Av. Fernando Rocha, 11.
TF (Eliseu, que trabajó como taxista por media Europa): 00351-965624607; 00351-966443663.

Un hermano de Domingo, el encargado del albergue de Villamiel, tiene una chocolatería en Madrid, que se llama Chocolat y está en la calle Santa María, 30 (junto a Huertas), abre de 7:30 a 21:00 y a mediodía sirven cocina casera.

Miel y Polen Val de Xálima (Valverde del Fresno)
Carretera de Portugal, km. 1,800
TF: 927-51.05.62; 689.319.518

SIERRA DE GATA:
Mancomunidad Municipios Sierra de Gata
Web de Sierra de Gata
Portal Sierra de Gata Joven
Turismo Rural en Sierra de Gata
Sierra de Gata, el paraíso virgen
El GR-10 a su paso por Sierra de Gata, en la web de ASIDER
Cadalso
Coria
Descargamaría
Vídeo de Eljas
Gata
Hoyos
Moraleja
Robledillo de Gata
San Martín de Trevejo
Vídeo de Santibáñez el Alto 
Vídeo de Torre de Don Miguel
Vídeo de Trevejo
Vídeo de Valverde del Fresno
Villamiel