El área recreativa de El Mirador, desde donde vamos a iniciar esta ruta, se encuentra a la altura del km. 9,5 de la carretera que asciende desde Lozoya al puerto de Navafría.
Hoy somos solo dos. Uno de nosotros, el que suscribe esta crónica, se ha dejado las botas en casa (afortunadamente, su compañero va a poder dejarle unas de repuesto que lleva en el maletero del coche). El otro lleva varios meses sin salir a andar al monte, aquejado de ciática. Los presagios, por tanto, no pueden ser más negros.
El Mirador dispone de todo lo necesario para pasar el día, mesas, bancos y una fuente, junto a la cual hay un panel informativo que da cuenta de dos paseos que parten de aquí: uno se dirige al área recreativa de Las Lagunillas y el puerto de Navafría; el otro, a la Peña del Cuervo.
Al haber prescindido del café, son solo las nueve y media de la mañana cuando nos ponemos en marcha.
Comenzamos a andar campo a través hasta salir a un camino que discurre un poco por debajo de donde nos encontramos y que discurre por la ladera oriental de la Peña Morena. Este camino encierra un tesoro botánico, un conjunto de siete árboles singulares, todos ellos coníferas, que pertecieron al vivero de la Cebadilla y fueron plantados por ingenieros forestales a finales del siglo XIX: tres abetos de Douglas o pinos de Oregón (pseudotsuga menzíesii), dos abetos rojos (picea abies), un ciprés de Lawson (chamaecyparis lawsoniana) y un pino de Lord Weymouth (pinus strobus).
A partir de aquí subiremos a la Peña Morena (1.832 m.), una cumbre secundaria desgajada del cordal principal, y de ahí nos dirigiremos a los Hoyos de Pinilla, dos pequeñas lagunas de origen glaciar, que avanzado el verano suelen llegar a secarse prácticamente del todo.
A continuación, ascenderemos al cordal de los Montes Carpetanos, haciendo cumbre en los picos de Peñacabra (2.169 m.) y El Nevero (2.209 m.), el primero de ellos bastante más solitario que el segundo.
A la bajada, pasaremos junto a la Peña del Cuervo y llegaremos casi hasta el área recreativa de Las Lagunillas, dando por finalizada la ruta en torno a las cinco menos veinte de la tarde.
Hoy somos solo dos. Uno de nosotros, el que suscribe esta crónica, se ha dejado las botas en casa (afortunadamente, su compañero va a poder dejarle unas de repuesto que lleva en el maletero del coche). El otro lleva varios meses sin salir a andar al monte, aquejado de ciática. Los presagios, por tanto, no pueden ser más negros.
El Mirador dispone de todo lo necesario para pasar el día, mesas, bancos y una fuente, junto a la cual hay un panel informativo que da cuenta de dos paseos que parten de aquí: uno se dirige al área recreativa de Las Lagunillas y el puerto de Navafría; el otro, a la Peña del Cuervo.
Al haber prescindido del café, son solo las nueve y media de la mañana cuando nos ponemos en marcha.
Comenzamos a andar campo a través hasta salir a un camino que discurre un poco por debajo de donde nos encontramos y que discurre por la ladera oriental de la Peña Morena. Este camino encierra un tesoro botánico, un conjunto de siete árboles singulares, todos ellos coníferas, que pertecieron al vivero de la Cebadilla y fueron plantados por ingenieros forestales a finales del siglo XIX: tres abetos de Douglas o pinos de Oregón (pseudotsuga menzíesii), dos abetos rojos (picea abies), un ciprés de Lawson (chamaecyparis lawsoniana) y un pino de Lord Weymouth (pinus strobus).
A partir de aquí subiremos a la Peña Morena (1.832 m.), una cumbre secundaria desgajada del cordal principal, y de ahí nos dirigiremos a los Hoyos de Pinilla, dos pequeñas lagunas de origen glaciar, que avanzado el verano suelen llegar a secarse prácticamente del todo.
El pacto entre Donald y Kim
Hoyos de Pinilla
A continuación, ascenderemos al cordal de los Montes Carpetanos, haciendo cumbre en los picos de Peñacabra (2.169 m.) y El Nevero (2.209 m.), el primero de ellos bastante más solitario que el segundo.
Peñacabra
El Nevero
Hoyos de Pinilla
A la bajada, pasaremos junto a la Peña del Cuervo y llegaremos casi hasta el área recreativa de Las Lagunillas, dando por finalizada la ruta en torno a las cinco menos veinte de la tarde.
Peña del Cuervo
Peña del Cuervo
El Mirador
A la noche toca Zebda, un grupo francoargelino que viene de Toulouse, la capital del exilio republicano español. Con este concierto en Lavapiés se clausura el festival Noches de Ramadán de este año.