Nos habíamos enterado de que en el día de hoy se celebraba un homenaje al Batallón Alpino y se inauguraba en el collado de la Peña Citores una fuente con su nombre. Estaba incluso prevista la presencia de un veteranísimo superviviente del Batallón, que iba a desplazarse desde Valencia para la ocasión. Y para allá que nos fuimos.
Subiendo por la Senda del Batallón Alpino
En el Collado de la Peña Citores coincidimos ya con la gente congregada
El acto en sí resultó francamente emotivo y contó con la presencia, tal como estaba previsto, de José Liñán Linares, uno de los cuatro supervivientes del Batallón que quedan. Era militante comunista y en el Batallón prestó servicios de enlace entre los compañeros que se hallaban en primera línea de fuego y los de la retaguardia. El bueno de Pepe, como gusta y casi exige que le llamen, fue el auténtico protagonista del día y subió al lugar desde Cotos, en compañía de su mujer y una hija. Sus noventa y tres años no parecían pesarle en demasía.
José Liñán, su esposa, su hija y nuestro AgenteBS 7035
La fuente inaugurada se ubica en la cabecera del arroyo de las Dos Hermanas, dando vistas a la llanura segoviana, y ha sido acondicionada por Paco Ruiz, uno de los que lleva la Tienda Verde, y por un tal Ezequiel, con amplia experiencia en haber rehabilitado fuentes por nuestra sierra. Una bonita y encomiable tarea la de arreglar las fuentes de nuestra sierra, merecedora del agradecimiento de la comunidad montañera.
Además de José Liñán, en el sencillo homenaje han estado también presentes hijos y familiares de miembros del Batallón Alpino. Algunos de ellos nos han dado unas pinceladas sobre este cuerpo del ejército republicano, integrado por voluntarios, que se encargaban de controlar las posiciones republicanas en las alturas de la sierra durante los meses invernales, sustituyendo a las tropas regulares. Nos han recitado algunas poesías, han entonado alguna canción y han rememorado curiosidades y anécdotas, derrochando humanidad.
Entre estos hijos y familiares se contaban:
Entre estos hijos y familiares se contaban:
- La hija de Piter, escritora y poetisa, que fue quien nos recitó las poesías.
- La hija de Rafael Bosqued.
- Conrado Martín, vecino de Valsaín e hijo también de un miembro del Batallón, que en estos últimos años se ha dedicado a acondicionar y restaurar diversas fuentes en el entorno de Valsaín y sus pinares, como el tal Ezequiel que ya hemos mencionado.
- Familiares de José Iturzaeta, Enrique Manso, Miguel Arribas, conocido como El Correas, y Miguel Oronoz.
- El hijo de Silvino Ronda, que fue escalador y uno de los fundadores de la Agrupación Deportiva Rutas, nacida en 1953. Durante muchos años organizó salidas en autobús a Gredos y a otras montañas de nuestra geografía, haciéndose muy popular y apreciado en los ambientes montañeros madrileños.
Entre los asistentes al acto se encontraban también Jacinto Arévalo, un escritor que tiene un libro entero dedicado a repasar la historia del Batallón Alpino, y el veterano montañero César Pérez de Tudela, que tuvo oportunidad de conocer en la posguerra a algunos de los exintegrantes del Batallón.
Concluido el acto, algunos estaban con ganas de estirar un poco las piernas, cosa lógicas. Eran como toros encerrados en el toril. Y nos subimos a Peñalara y comimos en la cumbre. Hubo siesta, sana costumbre.
La excelente cobertura gráfica de esta crónica ha corrido a cargo del AgenteBS 7035, un intrépido reportero y colaborador habitual de la agencia de noticias Magnum y del centenario Heraldo de Caracas, al que tenemos ahora en España. Es conocido por haber incorporado al fotorreportaje el concepto de selfie. Recientemente ha sido enviado a nuestro país en misión secreta por la República Bolivariana para cubrir labores de información y contrainformación, lo que explica su presencia aquí. Sus habilidades para moverse en los entornos más complejos quedan de manifiesto en este reportaje, en el que consiguió infiltrarse exitosamente en las filas del Batallón Alpino.
Una breve semblanza del Batallón Alpino
Para quien no haya oido nunca hablar del Batallón Alpino, diremos brevemente que fue una unidad especial del ejército republicano, que estaba adiestrada para llevar a cabo operaciones de alta montaña incluso en pleno invierno. Durante la guerra se hallaban desplegados a lo largo del cordal que se extiende entre el alto de los Leones y el puerto de Navafría, comprendiendo los puertos de la Fuenfría, Navacerrada, Cotos, Reventón y Malagosto. Sus miembros soportaron los rigores del duro invierno, patrullando sobre sus esquíes, con el fusil a la espalda, las alturas de la sierra y cobijándose en precarios chozos, construidos con piedras, ramas y matojos.
Bibliografía
El Batallón Alpino del Guadarrama. Jacinto M. Arévalo Molina. Ediciones La Librería.
Crónica del alpinismo español. César Pérez de Tudela. Escrito en 2004. En sus páginas hay referencias al Batallón Alpino.