Vamos a hacer una breve descripción de esta ruta que nos propuso Santi. A Santi el cuerpo le pedía una ración de deshielo y nuevamente nos llevó a la Majada Hambrienta, echando a andar, como otras veces, desde el aserradero de madera que hay en la Pradera de Navalhorno.
Antes de llegar a la Cueva del Monje, nos desviamos por un sendero a mano izquierda que baja hasta la Fuente de Marcos, que ha debido rehabilitar recientemente un vecino de Valsaín, Conrado Martín, al igual que ha hecho con otras muchas fuentes de esta zona.
Fuente de Marcos
Pararemos unos minutos en la Cueva del Monje, unas piedras dispuestas de forma que recuerdan a un dolmen, en torno a las cuales hay una trágica leyenda de un monje que hizo un trato con el Diablo. En este paraje hay también un vivero forestal rodeado por una sencilla empalizada.
Alcanzamos el arroyo de la Chorranca, uno de los arroyos que se descuelgan por la ladera segoviana de Peñalara y cuyas aguas contribuyen a alimentar las fuentes del Palacio de La Granja. Remontando este arroyo, que tiene su nacimiento en el puerto de los Neveros, llegamos a La Chorranca, una cascada a 1.600 metros de altura.
Pararemos a comer junto al chozo Aránguez, al pie de la pared de Peñalara, en la que todavía subsisten algunos neveros, pero no muy grandes.
Chozo Aránguez
A la vuelta nos desviaremos un instante para localizar el chozo de la Majada Hambrienta, más precario aún que el chozo Aránguez y que no muchos conocen. A continuación dejaremos a un lado la fuente del Tío Levita.
Chozo de la Majada Hambrienta
Perdiendo altura por los pinares saldremos a la pista por la que ascendimos por la mañana. Descendiendo por ella, pasaremos de nuevo junto a la Cueva del Monje. Un poco más adelante la abandonaremos tomando un senderito que sale a mano izquierda y que en una corta subida nos permite coronar el Cerro del Puerco (1.424 m.). Nos sorprenden los restos de trincheras de la Guerra Civil, en bastante buen estado, que aún quedan aquí, con sus nidos de ametralladoras y todo. Por su situación, cabría suponer que quedarían dentro del sector bajo control del bando nacional.
Enlaces
Arroyo de la Chorranca (por Andrés Campos)
La Leyenda de la Cueva del Monje (extraída de Crónicas Gabarreras)
Lecturas
En su novela gótica La sombra blanca de Casarás, publicada en 1931, aunque parece que escrita unos años antes, Jesús de Aragón se refiere a la leyenda de la Cueva del Monje. Según esta versión un caballero templario, Hugo de Marignac, se enamoró locamente de Blanca de Torrenuño, una de las damas de la corte de Sancho IV, que por entonces se hallaba pasando una temporada en el Palacio de Valsaín. Al no verse correspondido en su amor, el caballero acudió a un hechicero o ermitaño, que vivía en una cueva próxima, para que invocara al Diablo y trocara la indiferencia de la dama en pasión.
La Leyenda de la Cueva del Monje (extraída de Crónicas Gabarreras)
Lecturas
En su novela gótica La sombra blanca de Casarás, publicada en 1931, aunque parece que escrita unos años antes, Jesús de Aragón se refiere a la leyenda de la Cueva del Monje. Según esta versión un caballero templario, Hugo de Marignac, se enamoró locamente de Blanca de Torrenuño, una de las damas de la corte de Sancho IV, que por entonces se hallaba pasando una temporada en el Palacio de Valsaín. Al no verse correspondido en su amor, el caballero acudió a un hechicero o ermitaño, que vivía en una cueva próxima, para que invocara al Diablo y trocara la indiferencia de la dama en pasión.
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