sábado, 25 de febrero de 2017

De Horche al Picuzo (11 de febrero de 2017)

Horche, ubicada al borde mismo de la meseta alcarreña, con vistas a la vega del río Ungría, es la población más importante de las ocho que conforman la Mancomunidad Villas Alcarreñas.




Tras entrar a desayunar en el Bar Poli, situado en la Plaza Mayor (o del Ayuntamiento), los dos protagonistas del día de hoy nos ponemos en marcha, pese a que llueve débilmente, con el modesto propósito de acercarnos hasta la Sierra de Horche, que se levanta al otro lado del valle del río Ungría y que los del pueblo llaman simplemente el Picuzo




Desde la misma Plaza Mayor tomamos la calle Mayor, pasamos junto a la Fuente Nueva (construida en 1570), próxima al lavadero, y conectamos con el antiguo camino de Armuña, que desciende hacia la vega del río Ungría, un río plenamente alcarreño, que nace a los pies de Fuentes de la Alcarria y, tras un recorrido de poco más de 30 kms., desemboca en el Tajuña a la altura de Armuña. Al cabo de una media hora deja de llover. No volverá a hacerlo en el resto de la ruta. En algunos momentos incluso lucirá tímidamente el sol.


Fuente Nueva


Vega del río Ungría




Cruzamos el río Ungría a la altura de un molino y a partir de entonces nuestro camino comienza un suave ascenso hacia la Sierra de Horche, que se halla cubierta de pinares. Algunas manchas de quejigos dan algo de variedad cromática entre tanto pino.








Tras un rodeo, alcanzamos la ermita de la Virgen de la Dulce Alcarria, un mirador sobre los valles del Ungría y del Tajuña, construida en 1982, con ocasión de la primera visita que hizo el papa Juan Pablo II a España. Es hora de comer. Lo tenemos fácil para elegir sitio. Entre los pinos que hay alrededor de la ermita se hallan diseminadas varias mesas y bancos. No hay nadie por aquí. Al no haber competencia, elegimos la mesa que más nos place.










La vuelta al pueblo se hace corta. No son ni las cuatro de la tarde cuando estamos de vuelta en el bar Poli. Hemos recorrido casi 15 kms., con unos 300 metros de desnivel.


Olivos


Algo de historia sobre Horche
La población fue fundada a finales del siglo XI por Alvar Fáñez, lugarteniente y primo del Cid, tras ser reconquistadas estas tierras a los musulmanes, en el marco de una campaña militar que dirigió Alfonso VI y que culminaría con la toma de Toledo.
Es de destacar que en 1570, tras la sublevación de las Alpujarras, un contingente de unas 50 familias moriscas fueron realojadas en un barrio de Horche, todavía conocido como el Albaicín, pese a que apenas 40 años después serían expulsados de España, junto con todos los demás moriscos.

Folletos
Ruta por Horche: El Picuzo (Henares al Día)
Sendero al Picuzo (Mancomunidad Villas Alcarreñas)

domingo, 5 de febrero de 2017

Una circular desde el puerto de la Morcuera (4 de enero de 2017)

Malas previsiones de tiempo. Pero no por eso hay que quedarse en casa. Siempre puede hacerse algo un poco moderado, pensaron algunos. Dicho y hecho. Tras tomar el café en Miraflores, en el bar ya habitual de las tortillas, suben hasta el puerto de la Morcuera para hacer desde allí una ruta circular de unos 10 kilómetros de longitud y 350 metros de desnivel, con parada en el refugio del Pinganillo para comer.
















Refugio del Pinganillo








Refugio del Aguilón










Una circular desde Colmenar Viejo (29 de enero de 2017)

Nuestros compañeros se han acercado hasta Colmenar Viejo para realizar una de las rutas de senderismo que se han señalizado en el municipio, concretamente la nº 8, bautizada con el nombre de Sierra Blanca.




Es una ruta circular de 16 kilómetros de longitud y baja dificultad, que pasa junto a la ermita de Nuestra Señora de los Remedios y el yacimiento arqueológico de Los Remedios, transitando en parte por cañadas y vías pecuarias. Su desnivel es escaso, como corresponde a estas tierras ganaderas del piedemonte serrano.




La burrocracia al poder








Ermita de Nuestra Señora de los Remedios



Una circular por La Pedriza desde Manzanares (22 de enero de 2017)

Nuestros compañeros se acercaron nuevamente a La Pedriza para hacer una ruta circular partiendo desde el mismo pueblo de Manzanares.

Desde la urbanización El Alcornocal tomaron el sendero de pequeño recorrido PR-M1 (Senda Maeso), que lleva a los collados de la Cueva y de la Dehesilla. Antes de llegar al segundo de ellos, abandonan el sendero para tomar una senda algo borrosa a mano derecha, que desde los riscos de La Cara y de las Cuatro Damas desciende en dirección a la Torre Inclinada, pasando un poco después por el Hueco de las Higueras y enlazando finalmente con la Gran Cañada. Remontando por esta última, vuelve a salirse a la Senda Maeso, retornando al punto de partida por el collado de la Cueva.

Una ruta de unos 15 kms. y 500 metros de desnivel.

















De Valdemanco al Mondalindo (21 de enero de 2017)

Valdemanco (1.128 m.), al pie del Mondalindo y el Cancho Gordo (sierra de la Cabrera), es una localidad serrana de alrededor de un millar de habitantes.
En el Libro de la Montería del rey Alfonso XI se menciona la existencia de la Venta del Manco, en torno a la cual surgiría posteriormente la aldea de Valdemanco, dependiente de Bustarviejo, cuyos vecinos se dedicaban fundamentalmente a la ganadería. Esto último no es de extrañar, dado que la población se encontraba junto a la Cañada Real Segoviana, vigilando el paso de la misma por el collado del Medio Celemín. No sería hasta 1841 cuando Valdemanco se constituye como ayuntamiento independiente.

Las canteras de Valdemanco comenzaron a explotarse en los años 50, trabajando en ellas canteros venidos de Colmenar Viejo. Su granito se ha empleado en la fabricación de adoquines con que pavimentar las calles de Madrid y ha abastecido distintas obras públicas de la capital. También se ha exportado al extranjero.



Monumento a los canteros de Valdemanco




Bar La Alegría


Tras tomar el café en el bar-estanco La Alegría, echamos a andar. Nuestro objetivo, el Mondalindo, se ve desde aquí. Vamos a ir ascendiendo, en dirección oeste, por las faldas de la montaña.







































Junto al Cancho de la Fuente del Moro (1.480 m.) se extiende una pradera con una piedra hincada en el centro. Es un curioso paraje, cubierto por una fina película de nieve caida ayer.






















Pasamos junto al Cancho de Mondalindo (1.620 m.), un mogote rocoso bajo la cima principal, y nos encontramos con la valla que separa los términos de Valdemanco y Bustarviejo. Las amplias vistas alcanzan hasta Peñalara.
















Cruzamos al otro lado de la valla de alambre y remontamos la loma del Cervunal. Un ligero giro hacia la izquierda y alcanzamos la cumbre del Mondalindo (1.833 m.), en la que se levanta un mojón geodésico.




















Sobre el topónimo Mondalindo se manejan varias teorías. Unos lo hacen derivar de Monte de la Linde, en referencia a que hace de linde o divisoria entre los términos de Canencia, Bustarviejo, Valdemanco y Garganta. Pero lo cierto es que en el Libro de la Montería (siglo XIV) aparece mencionado como Peña de don Galindo, lo cual no parece concordar con lo anterior.














Desde aquí caminamos por el cordal hacia levante, dirigiéndonos a la Peña Negra o Peña del Viso (1.837 m.), en la que se levantan varios repetidores. Nos sentamos a comer en unas rocas junto a la cumbre.


























Ahora perdemos altura por el cordal, en dirección a otros repetidores, los del Regajo del Álamo (1.737 m.). Un poco antes de llegar a ellos, un hito nos indica que hay que girar 90 grados para iniciar la bajada.






















Nos toca ahora un brusco descenso por el pinar hasta salir a un cortafuegos, que tomamos a mano derecha para enseguida volver a girar a la izquierda.













Salimos al collado del Medio Celemín (1.300), por el que pasa la cañada de ganados que antaño unía el valle del Lozoya con las tierras de Bustarviejo y el Real de Manzanares. Desde aquí nos quedan poco más de veinte minutos hasta el pueblo.













Han sido en total unos 13 kilómetros, con aproximadamente 800 metros de desnivel, en un día que no ha resultado tan frío como algunos esperaban. Aquellos que estuvieron tentados de quedarse en casa se han alegrado de venir.












Bibliografía
Andanzas por las sierras de Madrid: Literatura, toponimia y montañismo. Por Guillermo García Pérez. Ediciones la Tienda Verde. En las páginas 331 a 355 se describen catorce subidas al Mondalindo, entre ellas los itinerarios que hoy hemos seguido en la subida y en la bajada.