Y llegó el crudo invierno. Frío, nieve y a ratos ventisca. Caras rojas, manos temblonas a la hora de comer y sabañones en los pies. Ah, qué placer ponerse bajo el chorro templado de la ducha al llegar a casa.
Desde Mataelpino (1.075 m.), concretamente desde su Plaza de España, iniciamos esta ruta invernal, ganando progresivamente altura y pasando por debajo del collado del Fraile (1.377 m.), que dejamos ligeramente a nuestra izquierda, para encaminarnos hacia nuestro primer objetivo, el collado del Porrón (1.659 m.), donde conectamos con la Sierra o Cuerda de los Porrones, que se descuelga desde la cumbre de La Maliciosa en dirección sureste.
En el collado del Porrón
Caminamos ahora durante algunos kilómetros por lo alto del cordal, pisando algo de nieve, pisando también roca, entre fuertes ráfagas de viento por momentos. Dejamos atrás el Cancho Porrón (1.670 m.), el Cancho de las Porras (1.679 m.), el collado de los Vaqueros (1.612 m.), el collado de las Loberas (1.565 m.) y la Peña Blanca para alcanzar el collado de Valdehalcones (1.341 m.) nada más pasar la Cruz del Mierlo. En este recorrido por lo alto de las Sierra de los Porrones se tienen unas magníficas vistas de los roquedos de La Pedriza, así como de las cumbres que forman la Cuerda Larga, si bien estas últimas no eran hoy visibles, cubiertas por la nubosidad que sin cesar entraba desde el norte.
Cruz del Mierlo
Abandonamos por fin el cordal, perdiendo altura en dirección al llano que se extiende entre El Boalo y Mataelpino. Sobre una roca plana nos sentamos a comer, el tiempo justo para no quedarnos pajaritos. Caen algunos copillos de nieve. El té de los termos y la petaca de Josete nos sirven para entonarnos o al menos para no desentonar.
Reanudamos la bajada, pasando al lado del Covacho o Canto del Horno y desembocando en la ermita de San Isidro, donde conectamos con el GR-10 que viene de Manzanares el Real. Por este último sendero llegamos cómodamente a Matalelpino, concluyendo la marcha sobre las cuatro de la tarde. Han sido algo más de 11,5 kilómetros y un poco menos de 700 metros de desnivel. En el bar El Espliego, un clásico ya, nos tomamos las cervezas, acompañadas de un torrezno troceado y de unas aceitunas.
Ermita de San Isidro
En el GR-10
Bar El Espliego
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