domingo, 27 de mayo de 2018

Tres villas alcarreñas: Durón, Budia y El Olivar (26 de mayo de 2018)

Hoy hemos completado un recorrido circular que une tres villas alcarreñas: Durón, Budia y El Olivar. Las tres tienen picota o rollo jurisdiccional y por tanto las tres dispusieron de capacidad para administrar justicia en otros tiempos.

El punto de inicio de la excursión ha sido Durón, que se recuesta en la falda meridional del cerro Trascastillo. Calles desiertas. No encontramos a nadie, salvo algún foráneo, que nos sepa indicar donde está el bar que debe haber en el interior del pueblo y nos volvemos al bar El Cruce, que se encuentra fuera del casco urbano, en concreto donde se bifurcan las carreteras de Zaragoza y de Cuenca.



Iglesia de Santa María de la Cuesta (Durón)



Bar El Cruce (Durón)


Tomamos la pista de tierra que se inicia nada más pasar el barrio de El Villar y se dirige a la cercana Hoz Angosta. La mole pétrea de El Indio vigila la entrada de este corto desfiladero, flanqueado por paredes rocosas. Pero tras caminar por él apenas un kilómetro, el barranco vuelve a abrirse.



Entrada a la Hoz Angosta


Un poco más adelante nos encontramos con la desagradable sorpresa de que la pista por la que caminamos queda cortada abruptamente por la verja que da acceso a un coto de caza. Resulta imposible hacer lo previsto y llegar hasta la Fuente del Berro, que era el punto final del SL-8, balizado hace años con pintura blanca y verde por la Mancomunidad de Municipios Riberas del Tajo.
¿Qué hacer ahora? Hay que improvisar. Decidimos retroceder un poco con idea de llegar al Barranco de Durón y remontarlo en dirección noroeste. Así lo hacemos, pero pronto nos veremos obligados a separarnos de él y variar de rumbo, al perseguirnos la maldita valla del coto cinegético.





Ascendemos monte a través por una ladera aterrazada y salpicada de pinos hasta alcanzar un alto desde el que se divisa el embalse de Entrepeñas. A partir de aquí caminaremos en horizontal, por supuesto fuera de sendero, dirigiéndonos hacia una torre de alta tensión que nos sirve como referencia. Afortunadamente el avance es cómodo y el ralo matorral se sortea sin dificultad. Nos proponemos ahora llegar a Budia, cuyo caserío se ve ya desde donde estamos.



Embalse de Entrepeñas


Salimos a una pista que baja a la carretera que une Durón y Budia. Nos dirigimos a esta última localidad, que dista un par de kilómetros, caminando a ratos el arcén de la carretera y otras veces por el borde de los sembrados.








Entramos en Budia por la pista que previamente pasa junto a la ermita de Santa Ana y la picota.
Budia obtuvo el título de villa a mediados del siglo XV y alcanzó su mayor prosperidad en los siglos XVII y XVIII, gracias a la producción de cordobanes (pieles de cabra curtidas), que se exportaban a todo el reino. En 1710, en el marco de la Guerra de Sucesión, fue saqueada por las tropas de Carlos de Austria.



Iglesia de San Pedro Apóstol (Budia)


Nos sentamos un rato en el bar Escámaras, que se encuentra en la Plaza Mayor o de España, bajo los soportales del Ayuntamiento. Una placa recuerda que Cela pasó por aquí en 1946, tal como narra en su Viaje a la Alcarria



Ayuntamiento de Budia



Un oxímoron: tentempié sentao


Antes de abandonar Budia, constatamos que es una villa coqueta, que cuenta con un apreciable conjunto arquitectónico, bellas casas, algunas de ellas blasonadas, y acogedores rincones.








El Convento de los Carmelitas, desamortizado en 1835, se encuentra en la parte alta del pueblo y se halla hoy en ruinas. Junto a él se encuentra la Nevera de los Monjes, donde los carmelitas guardaban la nieve recogida en invierno para fabricar hielo con el que conservar los alimentos y refrescar las bebidas en el verano.




Convento de los Carmelitas



Nevera de los Monjes


Salimos de Budia por la ermita de Santa Lucía. Ahora nos dirigimos hacia el sur, en dirección a El Olivar, por una pista que está asfaltada. De aquí en adelante y hasta concluir la ruta, vamos a seguir el trazado de la Ruta El Garduño de Cela, balizada como sendero local, aunque las marcas blancas y verdes resultarán ser muy escasas y estar medio borrosas en la mayoría de las ocasiones.



Fuente del Cuerno



Budia


Tras hacer una pausa para comer en el área recreativa de la Fuente del Cuerno, llegamos a El Olivar, a solo 2,5 kms. de Budia. Esta otra villa se extiende sobre una meseta elevada que ofrece buenas vistas del embalse de Entrepeñas. A la entrada, pasamos junto a la ermita de la Soledad o de la Trinidad, que aparece denominada de las dos maneras, según la fuente que se consulte. Nos sorprende esta villa muy gratamente. Sus casas, hechas de tapial y de piedra del lugar, son un magnífico ejemplo de arquitectura tradicional. Además, cuenta con un par de bares con terraza, el restaurante Moranchel y el bar El Candil.



Iglesia de la Asunción de la Virgen (El Olivar)



Bar Moranchel








Volvemos a la ermita de la Soledad, pero ahora tomamos el otro camino que sale de ella y que se dirige hacia el norte. A un kilómetro, en una bifurcación, torcemos noventa grados a la izquierda. Este nuevo camino desciende hacia un pequeño valle para luego ascender a la loma de la Guijarreña y seguir por la misma.



Ermita de la Soledad



Merendero techado a las afueras de El Olivar



Las Tetas de Viana



Budia









Budia



Embalse de Entrepeñas


Tras recorrer la loma de la Guijarreña, comenzamos a descender hacia la carretera que une Budia y Durón, ya conocida, y encontramos un poste de la Ruta El Garduño de Cela, que indica la dirección a seguir para ir a Budia. Nosotros, sin embargo, continuamos hacia Durón, pasamos por el área recreativa que hay a las afueras de la villa y nos dirigimos de nuevo hacia el bar El Cruce. Han sido en total unos 15 kilómetros y 650 metros de desnivel, con una cota mínima de 730 m. y una máxima de 1.040 m., datos todos ellos proporcionados por OruxMaps. 
Llega el momento de probar la Cerveza Aurora, una cerveza artesana de tipo pale ale que se fabrica aquí, en Durón. Esta misma marca produce otra variedad que incorpora un toque de miel.






Área recreativa de Durón



Panel informativo de la Ruta El Garduño de Cela



Cifuentes, a 23 kms., no se ha ido del todo











A modo de despedida, les dejamos con la recitación del poema En abril, las aguas mil, de Antonio Machado, que leimos en El Olivar y se incluye en su poemario Campos de Castilla. La sencillez de Machado y la desnudez de su poesía logran conmover.


 

sábado, 26 de mayo de 2018

Del Hueco de San Blas al pico de Asómate de Hoyos (20 de mayo de 2018)

Unos cuantos machacas se conjuran para ascender al pico de Asómate de Hoyos (2.242 m.), una de las cumbres que forman parte de la Cuerda Larga, desde el Hueco o la Hoya de San Blas el Viejo.




Comienzan a caminar por el cordel de Prado Herrero, una antigua vía pecuaria que en su primer tramo coincide con el trazado del GR-10, empalmando más adelante con un sendero que sube de forma muy tendida, entre pinares, al solitario Hoyo Cerrado, un pequeño circo glaciar en el que se levanta un rústico chozo pastoril.


Hoyo Cerrado


A partir de aquí se acaba la tontería y la subida se endurece considerablemente hasta alcanzar el objetivo del día. Pese a quedar solo un mes para el final de la primavera, aún subsisten muchos neveros. Nada raro en un año que ha sido abundante en nieves.








Los machacas se han dado un buen jupe en el día de hoy. Encima, el tiempo no tuvo mucha piedad con ellos. A la hora de comer, que es siempre el momento más inoportuno, les cayó un fuerte aguacero. En total, fueron 21 kilómetros, con unos 1.350 metros de desnivel.






Un pitufillo pitufeando


Y apareció Zaplana, en libertad condicional, zaplaneando

sábado, 19 de mayo de 2018

De Canto Cochino a la Maliciosa Baja (15 de mayo de 2018)

Es el día de San Isidro, santo patrón de los Madriles, y nuestros compañeros prefieren hacer ruta y acercarse hasta la Pedriza, en lugar de darse un garbeo por la Pradera, junto al Manzanares, y marcarse un chotis al compás del organillo.

Desde Canto Cochino se dirigirán a la Cuerda de los Porrones y subirán por ella hasta hacer cumbre en la Maliciosa Baja (1.939 m.).
A continuación descenderán desde el collado de las Vacas (1.888 m.) al río Manzanares, que baja muy crecido, lo que les obligará a vadearlo descalzos. Este mismo río será ahora mismo, unos kilómetros más abajo, un hervidero de chulapos y chulapas que bailarán bien agarraos. Como mandan los cánones.







Del área recreativa Fuente del Collado a la Torre de la Mina, la Peña de las Grajas y la Chorrera de Mojonavalle (12 de mayo de 2018)

Hoy hemos hecho una ruta casi circular, algo heterodoxa y no apta para telecos, desde el área recreativa Fuente del Collado, que se encuentra junto a la carretera M-610, un par de kilómetros antes de llegar a Bustarviejo




Fuente del Collado


Empezamos a andar algo más tarde de lo previsto, lo que por otra parte tampoco es una novedad tratándose de nosotros. Aunque nuestro objetivo es la chorrera de Mojonavalle, decidimos subir al puerto de Canencia no de forma directa, sino dando un rodeo.












Pasamos en primer lugar por la Torre de la Mina, una construcción parcialmente restaurada hace años, ligada a la explotación de una mina de plata que hubo aquí y que se cerró definitivamente hace solo unos cuarenta años.








Bocamina


A continuación tomaremos el sendero que asciende en dirección al Collado Abierto, que se abre entre las cumbres de Cabeza de la Braña y del Mondalindo, pero un poco antes torcemos a mano izquierda para dirigirnos a la Peña de las Grajas (1.641 m.), un precioso balcón sobre el conocido como valle del Paraíso en otros tiempos.










Mondalindo




Peña de las Grajas










Aunque nos cuesta encontrarlo, damos finalmente con un sendero escondido entre los piornos, que viene indicado en el mapa y que discurre en horizontal por la vertiente septentrional de Cabeza de la Braña para acabar desembocando en la Majada del Ortegal, donde haremos una pausa para comer.


Majada del Ortegal






Reanudamos la marcha, descendiendo ahora hasta el Collado Cerrado o Hermoso (1.487 m.) y dirigiéndonos después al sombreado puerto de Canencia (1.503 m.), muy frecuentado por los excursionistas.




Puerto de Canencia




Tras esta larga aproximación, damos un último rodeo para remontar el arroyo del Sestil del Maillo y llegar por fin, sobre las cinco de la tarde, al pie de la Chorrera de Mojonavalle. Aunque lleva agua, no está ni mucho menos en su mejor momento. Y es que ha desaparecido totalmente la nieve que todavía quedaba el mes pasado en estas cumbres de la sierra de la Morcuera.








Volvemos al punto de partida, ahora sí, por el camino más directo, que no es otro que el GR-10.1 y que en la ida ya habíamos pisado en algunos tramos. 






Casa del Hornillo




Ha sido un día fresco para la época del año en que nos encontramos, casi frío, de esos en que mayo marcea o que, en palabras de Santi, preludian la otoñada. En todo caso, un día estupendo para caminar, pero desesperante para los telecos.




Fuente del Collado