Hay quien ha descubierto la comodidad de tomar el tren para acercarse hasta El Escorial a pasar el día. Y es cierto, es todo un invento, uno de los grandes avances de la moderna civilización.
Nuestro propósito era ascender al pico de Abantos (1.753 m.). Desde la estación de ferrocarril cruzamos los jardines que rodean la Casita del Príncipe para desembocar en el Monasterio, el emblema de la Contrarreforma apadrinada por Felipe II.
Salimos por la parte alta de la localidad en busca de la calle Fray Luis de León y del camino que asciende hasta el área recreativa de La Penosilla.
Una antigua senda de herradura nos va a permitir ascender cómodamente en zig-zag, primero por el pinar y en el tramo final por terreno despejado hasta salir a un rellano a escasos metros de la cumbre del Abantos, señalizada con vértice geodésico y en la que los monjes de El Escorial instalaron en los años 50 una cruz blanca que se asoma al abismo.
Tras comer y reposar plácidamente un rato, reanudamos la marcha. Desde la fuente del Cervunal bajamos por el GR-10 hasta el embalse de El Romeral, dando por finalizada la ruta en El Escorial.
En total, hicimos 14 kilómetros, con casi 900 metros de desnivel. Un día de tiempo primaveral, más propio de abril que de marzo. Nos sentamos en la terraza de la cafetería Alaska (plaza de San Lorenzo) a tomar la espuela.
Recuerdo a los Chocolates Matías López
Jardines de la Casita del Príncipe
Área recreativa de La Penosilla
Una preocupante boina sobre Madrid
Fuente del Cervunal
Artículos de prensa
De El Escorial a los Alpes (por Andrés Campos, publicado en El País en septiembre de 2001).
Al Monasterio en coche eléctrico (El País, febrero de 2013)
Descifrando El Escorial (El País, febrero de 2020)
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