Han llegado los primeros fríos de este otoño. Hicimos hoy una ruta por territorio ya conocido, lo que suele ser habitual en unos senderistas con el culo pelao.
En la primera mitad del recorrido, con viento más fuerte del que esperábamos encontrar, seguimos el cordal que arranca del mismo alto del León (1.511 m), recorriendo las cumbres del Cerro Piñonero o de la Gamonosa (1.649 m), Cabeza Líjar (1.823) y la Salamanca (1.789 m). Desde esta última cima perdimos altura hacia la vertiente madrileña, con vistas hacia el embalse de la Jarosa, calmándose el viento casi de inmediato.
En la primera pradera que incitaba al retozo, pese a que apenas eran la una, nos sentamos a comer. Tras reanudar la marcha, seguimos bajando, por momentos con fuerte pendiente, hasta alcanzar una pista asfaltada, que tomamos a mano izquierda para seguir por ella durante un breve rato, dejando a un lado el Cerro de los Álamos Blancos. Un desvío a mano izquierda nos permitirá iniciar un suave y continuo ascenso para completar esta ruta circular, en sentido antihorario, y retornar al punto de partida. Fueron 12,5 kilómetros y 650 metros de desnivel.
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