Es una montaña de 1.288 metros de altitud que, dicen, goza de muy buenas vistas: los Picos de Europa, por un lado, Santander y su bahía, por otro. Nosotros no llegamos a ver tanto, pues el día de la ascensión había bastante nubosidad.
Está coronada por varias antenas y un vértice geodésico.
El recorrido
Se trata de un subida fácil, que además está balizada como sendero de pequeño recorrido (PR-S41), aunque hay que advertir que las balizas brillan por su ausencia. A pesar de ello, no resulta nada complicado completar el circuito, al menos para alguien que tenga dos dedos de frente. Que nadie se sienta molesto por el comentario.
Iniciando la subida por el Camino Real
Se comienza la subida por el antiguo Camino Real, que durante los siglos XVII a XIX fue la principal vía de comunicación de Santander con la Meseta.
Nos encontramos en el camino con un mastín juguetón y otro perrito que durante un rato nos siguen. El mastín, con ganas de guerra, nos salta y nos entorpece la marcha. Pero como no le hacemos mucho caso, termina por aburrirse y dejarnos en paz.
El mastín
Un vistazo hacia atrás
Se ignora un primer desvío a la izquierda y a unos 40-45 minutos del comienzo se abandona el Camino Real por una pista a mano izquierda (señalizado con una marca amarilla y blanca de PR, quizá la única que vimos en todo el recorrido).
Media hora más adelante se llega a la fuente de los Cuadros, donde se presenta una bifurcación.
Lo que hacemos es seguir por el camino de la derecha, que asciende hasta la braña del Cubanón; y a la bajada apareceremos por el camino de la izquierda, cerrando aquí el bucle.
Durante un buen rato la pendiente se endurece un tanto y caminamos, entre la niebla, bajo un hermoso bosque atlántico, muy bien conservado, con hayas, avellanos, etc.
Durante un buen rato la pendiente se endurece un tanto y caminamos, entre la niebla, bajo un hermoso bosque atlántico, muy bien conservado, con hayas, avellanos, etc.
En algunos momentos cae una fina llovizna, que obliga a sacar sus paraguas a aquellos afortunados que los han traido.
Se sale del bosque y se alcanza una zona más plana, con prados en los que pastan las vacas. Esto debe ser lo que llaman la braña del Cubanón. La niebla se dispersa un tanto, el sol pugna por salir y comenzamos a avistar algunos de los montes de los alrededores. Estamos casi a 1.000 metros de altura.
Un poco más adelante empieza incluso a lucir el sol, mientras la niebla se retira y es empujada hacia abajo, hacia el fondo del valle.
Mirando de frente, se ve ya al fondo el pico Jano, coronado por varias antenas, y a su derecha, más cerca, un talud artificial que hace de muro y da forma al embalse de Mediajo, aunque desde aquí no vemos las aguas remansadas, pues estamos aún bastante bajos.
El pico Jano, a la izquierda, y el talud, a la derecha
Hay ganado por todas partes y en gran número, como bien observa Santi. Vacas, caballos, cabras, de todo.
El objetivo está ya cerca
En la subida final al pico, vamos ganando altura con respecto a las aguas del embalse de Mediajo y podemos contemplar este en casi su totalidad, aunque la niebla, que sube y baja, lo tapa parcialmente en algunos momentos.
Es un embalse de forma alargada, desde el que se precipita el agua hasta una central hidroeléctrica que hay 400 metros por debajo.
Es un embalse de forma alargada, desde el que se precipita el agua hasta una central hidroeléctrica que hay 400 metros por debajo.
Desde la cumbre se llega a ver también el embalse del Ebro. No estamos arriba mucho tiempo, aunque nos da para comer un poco, sentados sobre las rocas.
Al bajar del pico, torcemos a la derecha e iniciamos la bajada por el otro lado.
Es una bajada directa, en la que el camino discurre un buen rato muy recto, sin trazar curva alguna. La niebla no nos permite ver gran cosa.
Algunos acebos
Nos llama la atención el tamaño considerable de algunos acebos solitarios.
Otro acebo
La bajada se nos hace corta y pronto, tras cruzarnos con otros tres senderistas, alcanzamos nuevamente la fuente de los Cuadros.
Ahora toca un haya
Fue un día fresco de verano (no más de 20-22 grados), con niebla en gran parte del recorrido, salvo al llegar a la cumbre. Llovió débilmente en algunos momentos. A nadie le importó. Con días así se puede salir a caminar en pleno verano, sin riesgo de achicharrarse.
Punto de partida y llegada: Bárcena de Pie de Concha (295 m. de altitud).
Distancia: 17 km. (aproximadamente uno más si se sube y baja al pico Jano).
Tiempo: 5 horas (media hora más si se incluye la subida y bajada del Jano). Nosotros tardamos algo más, pero no mucho más, quizá porque esta vez no éramos multitud.
Desnivel: 870 m. (unos 1.000 m. con la ascensión al Jano).
ENLACES:
Al día siguiente, domingo, nos acercamos a Fontibre, donde se encuentra el nacimiento del Ebro.
Tradicionalmente se ha considerado que el nacimiento de Ebro se ubicaba aquí, en este manantial. La realidad es que las aguas que resurgen aquí son parte de las del río Híjar, que nace al pie del pico Tres Mares.
Visitamos también la iglesia de Santa María la Real, en Villacantid, donde se ha instalado un Centro de Interpretación del Románico, y la iglesia románica de San Pedro de Cervatos.
Iglesia románica de Santa María la Real (Villacantid)
Por último, nos acercamos hasta Retortillo, que reune un centro de interpretación dedicado a las Guerras Cántabras, las ruinas de la ciudad romana de Julióbriga y otra iglesia románica dedicada a Santa María.
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