Tras las vacaciones estivales, se inaugura una nueva temporada senderista. Como es habitual en los reencuentros, cada uno cuenta un poco dónde ha estado y qué ha hecho:
- Yo estuve dos semanas en Punta Cana.
- Pues yo en Benidorm.
- Yo me fui a Tanganika, a hacer un safari.
- Y yo me puse morao de marisco en Sanxenxo.
- Yo me fui con la churri aquí al lado, al pueblo, en Toledo, nos tiramos todo el mes allí, que ahora con la crisis...
En fin, lo habitual.
Este hombre estuvo en Tanganika, con las orangutanas
Éramos diez. Tras encontrarnos en Canto Cochino y tomarnos un café, nos ponemos en movimiento, con idea de dirigirnos hacia el Callejón de las Abejas.
Algunas caras nuevas o casi nuevas
No acertamos a coger la subida correcta hacia el Callejón de las Abejas y durante un rato caminamos un poco a tientas, sorteando los obstáculos que la Naturaleza nos plantea en forma de rocas, pinos, etc. Pero muy equivocados no andamos, pues se siente próximo el zumbido de las abejas. Y efectivamente, terminamos por salir al sendero principal, balizado con hitos, que asciende por el Callejón de las Abejas.
Ascenso por el Callejón de las Abejas
Al llegar a la altura del Cocodrilo, en el que vemos a algún escalador, abandonamos el Corredor de las Abejas por otro sendero que sale hacia la izquierda y va rodeando la Aguja del Sultán.
Los hombres de negro (men in black)
Estamos en una zona de la Pedriza poco transitada. Nuestra idea es acercarnos hasta el pie de los Tres Hermanitos.
Los Tres Hermanitos asoman por encima de los pinos
Hay algunos hitos, pero hay que andarse con cuidado pues el sendero está poco pateado y es fácil perderlos. Lamentablemente nos echamos demasiado hacia arriba, perdemos los hitos y no llegamos hasta los Tres Hermanitos. Estamos subiendo por lo que creemos es el Callejón de la Esfinge. A partir de aquí, viendo que no vamos a cumplir el plan inicial, decidimos improvisar, caminamos un poco en horizontal y descendemos hasta unas rocas desde las que echamos un último vistazo a los Tres Hermanitos, que quedan un poco más abajo.
Ahora el objetivo son las Torres, por lo que volvemos a ascender hasta enlazar con el PR que señaliza la Integral de la Pedriza.
Rumbo a las Torres
Paisaje pedricero
Obsérvese a la derecha la roca plana en curioso equilibrio
Dejamos a un lado el risco del Ventanillo, llegamos al pie de las Torres y nos sentamos a comer allí mismo. Todavía habrá quienes, tras un corto descanso, se planteen el reto de trepar hasta una de las Torres.
Los más cañeros en la Torre del fondo
Reanudamos todos la marcha y caminamos por el vistoso tramo que, por detrás de las Torres, nos conduce hacia el collado del Miradero.
Se intuyen algo los perfiles de las Cabezas de Hierro
En dirección al collado del Miradero
Desde el collado del Miradero bajamos, como tantas veces hemos hecho, por el sendero que se dirige hacia Los Llanillos y Cuatro Caminos. El resto no tiene mayor historia.
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