Dos participantes. Mira qué majas están.
Lo que originariamente iba a ser un multitudinario pedaleo sendista por la asturiana vía verde conocida como Senda del Oso, finalmente quedó en mucho menos. Ni siquiera estuvo presente nuestra organizadora, pese a haber ella misma adelantado un buen pellizco. Así que fuimos seis las personas que nos llegamos hasta tierras asturianas. A saber: Chuso, la bala de Móstoles; Marisol, el huracán malagueño; Marta, el misil inmobiliario, J. Antonio, el suicida del Prado; Lily, la kamikaze del Prado; y yo, el caracol de Malasaña. Ya sabemos que es muy poco lo que se necesita, aparte de la bici, para practicar esta bonita actividad. Ganas de pasárselo bien, una rebequita, un poco de EPO y alguna transfusioncilla. En cuanto a la bici, las alquilaríamos en algún lugar de la comarca. Precio: 10 euros. Calidad de la bici: buena.
Las previsiones meteorológicas no eran realmente nada buenas. Cielos cubiertos, tormentas y precipitaciones de incluso gran magnitud eran previstas por nuestro querido AEMET, antiguamente conocido como INM.
Las previsiones meteorológicas no eran realmente nada buenas. Cielos cubiertos, tormentas y precipitaciones de incluso gran magnitud eran previstas por nuestro querido AEMET, antiguamente conocido como INM.
Chuso y los Ubiñas o los Ubiñas y Chuso.
A destacar, de camino, la anécdota de encontrarnos, pese a salir con horarios diferentes, en una perdida (aunque no tanto) gasolinera leonesa. No es que nos viéramos por allí, es que llegamos y aparcamos al mismo tiempo. ¡¡Qué sincronización, madre del amor hermoso¡¡
Bien, me salto la llegada al pueblo de San Martín de Teverga, donde teníamos nuestro albergue (estaba muy bien y a un precio muy razonable), tralarín, tralarán y nos situamos en la mañana del sábado. La previsión era como dicen en Zimbawe, chunga-chunga, pero el que toda la tarde del día anterior hubiera estado lloviendo a mares y el sabio pronóstico del director de nuestro albergue nos hizo albergar la esperanza de que al menos iniciáramos nuestra ruta secos.
Mapa de la Senda del Oso
Esto es la Senda del Oso
Esta es Marta por detrás. Atravesando un tunel. Metáfora de la crisis del ladrillo.
Y se obró el milagro. Día cojonudo, temperatura estupenda, a ratos incluso soleado y sin noticias del líquido elemento.
La Senda del Oso es un recorrido acondicionado para caminantes, ciclistas y sillas de ruedas, que recorre lo que sería la vía por la que circulaba un antiguo tren minero, construido en tiempos mejores para la minería local.
La vía ciclista-peatonal nos introduce en un típico paisaje asturiano. Estrechísimos valles o más bien barrancos, en los que solo cabe el río y, gracias a mucha dinamita, la propia vía e incluso la carretera. Los túneles son habituales. Mucha vegetación, verdor y frescor. Y por los montes cercanos, algunos osos, pues estamos cerca de Somiedo. Unos en libertad y otros enjaulados para el disfrute y curiosidad del personal y no sabemos si para alegría o tristeza de los osos (nada dicen) aunque doy fe de que el grandote, el macho, 300 kilos, busca compulsivamente una salida o eso me parecía a mí, nada entendido en temas oseros. Aquí tienen algunos retratos de nuestros peludos amigos:
http://www.pacaytola.com/
Nuestro recorrido por la Senda del Oso (escaso desnivel, pero haberlo, haylo) resultó ser un ir de aquí para allá muy agradable. Ida y vuelta por el mismo sitio. Bonitos esos paisajes verdes, esas montañacas y esa agua. La ruta debía de estar menos concurrida que lo habitual, debido a las previsiones meteorológicas, o al menos esto nos dijo la mujer que alquilaba las bicis.
La vía ciclista-peatonal nos introduce en un típico paisaje asturiano. Estrechísimos valles o más bien barrancos, en los que solo cabe el río y, gracias a mucha dinamita, la propia vía e incluso la carretera. Los túneles son habituales. Mucha vegetación, verdor y frescor. Y por los montes cercanos, algunos osos, pues estamos cerca de Somiedo. Unos en libertad y otros enjaulados para el disfrute y curiosidad del personal y no sabemos si para alegría o tristeza de los osos (nada dicen) aunque doy fe de que el grandote, el macho, 300 kilos, busca compulsivamente una salida o eso me parecía a mí, nada entendido en temas oseros. Aquí tienen algunos retratos de nuestros peludos amigos:
http://www.pacaytola.com/
Nuestro recorrido por la Senda del Oso (escaso desnivel, pero haberlo, haylo) resultó ser un ir de aquí para allá muy agradable. Ida y vuelta por el mismo sitio. Bonitos esos paisajes verdes, esas montañacas y esa agua. La ruta debía de estar menos concurrida que lo habitual, debido a las previsiones meteorológicas, o al menos esto nos dijo la mujer que alquilaba las bicis.
Parte del grupo
Camino de las Xanas.
Conviene señalar que la presencia de la familia de Chuso fue impresionante: hermano, novia del hermano, cuñaao, mujer del cuñaooo, hija del cuñaoo (sobrina por otra parte de Chuso, que mostró su lado más tierno, con lo que es de momento, su sobrina/-o favorita). Y un amiguete también, gente maja que compartió con nosotros el dia y que nos obsequió generosamente con varios platos locales con márchamo español (VIVA ESPAÑA¡¡), como tortilla y empanada, y otros importados, como una deliciosa mouse. ¿O era un brownie?
Total, que acabamos el pedaleo y nos volvimos a nuestro albergue.
El haber reservado pensión completa en el albergue de San Martín de Teverga, limpio, agradable, fresco y encima, supongo que cosas del tiempo, hizo que pasáramos buena parte de nuestro tiempo dentro de sus modernas (queda bien esto) instalaciones. A destacar, el don de la ubicuidad que tenía el responsable de nuestro albergue, que lo mismo nos entregaba las llaves de nuestra suite, que ejercía de cocinero, alquilaba canoas, recogía bicis o se ponía tras la barra de un bar a 20 kilometros. Y todo, eso nos parecía a nosotros, simultáneamente. ¡¡Normal que haya paro en España¡¡
A punto de entrar en un tunelillo
Lily disputándole un sprint a Marta. La competitividad por momentos fue extrema.
Marisol pasa de todo y prefiere mirar el paisaje
Lily bebe bebe hasta de los charcos. Observen cómo intenta tragar de donde no hay
Cola del Pelotón
También he de recordar que el antaño famoso juego del Monopoly, cosas de la crisis, parece que ya no resulta atractivo. Así que jugamos al mentiroso, lo que demostró que el que esto escribe era la persona menos fullera y más tonta del sexteto. Vamos, que fui el que perdí.
Dia siguiente/next day (sí, ya se que esta anecdota no tiene ningún interés). Este grupo era un poco vago. Tanto que decidimos amanecer a las 9 de la mañana y eso que tampoco nos acostamos especialmente tarde. Tras una puntual y rápida visita médica, el grupo, ya reducido a cuarteto, se dirigió a recorrer lo que es quizás el segundo punto más conocido de la comarca. La ruta o duta de las Xanas. Las xanas, como perfectamente sabéis, son un ser mitológico norteño, o al menos asturiano, mitad bruja, mitad no sé qué, que se comporta como una bruja algunos días del año, o algo así que no me acuerdo. La ruta finalmente no la completamos íntegramente, pues no era cuestión de volver a Madrid muy tarde, pero el día volvío a ser muy bueno, ya un pelín caluroso. Esta Ruta de las Xanas recorre un estrecho barranco y se encuentra muy bien acondicionada. Lo curioso es que está llena de pasamanos, por seguridad, y eso que el camino tiene una anchura notable, fácilmente de metro y medio.
Esto es todo. El que quiera, que añada más cosas.
BENDICIONES Y BUENAS NOCHES
(Sandro Rey)
Chuso acaba de descubrir un oso atropellado
La gran velocidad hace que el pelotón se estire
No nos dejemos llevar por las apariencias. La tensión se mascaba.
Marta saluda a la cámara.
Vale, vale, que ya te hemos visto, pesadita...
Pringado en primer plano.
Cuñao y amigo.
Prueba definitiva de que estuvimos en la senda del Oso.
Dos estilos muy diferentes de vestir.
Osos encerrados.
Duta de las Xanas ( si no se cura hoy, se curará mañana).
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