martes, 3 de julio de 2012

Ranas Folk en Roblelacasa y ruta circular de Tamajón a Almiruete (16 y 17 de junio de 2012)

El IX Ranas Folk se celebró este año en Roblelacasa y fue un megaconcierto en el que tocaron nada menos que cinco bandas. Este ya consolidado festival lo organiza de forma desinteresada un tal Álvaro, que tengo entendido que vive en Majaelrayo.



La hora de inicio estaba prevista para las ocho y media de la tarde. Debieron ser bastante puntuales, pues para cuando llegamos, cierto es que con un cuarto de hora de retraso, ya estaban tocando los de "La Rondalla del Ocejón". A este grupo local ya lo vimos el año pasado y no se salieron de su repertorio de joticas con aires maños y alusiones al Moncayo, a Zaragoza y al Ebro.

La Rondalla del Ocejón

Algunos de los integrantes de La Rondalla

"El Yugo" es un grupo bastante numeroso que hace música tradicional de raíces castellanas, nada extraño teniendo en cuenta que vienen del Centro Castellano Leonés de Alcalá de Henares. En su actuación hacen alguna que otra referencia a los novillos de Medina del Campo y al vino que nos da la tierra. Se despiden de la concurrencia con un pasodoble o copla dedicado a la ciudad de León y a su Barrio Húmedo.

El Yugo

Entre concierto y concierto nos acercamos a la barra al aire libre que han montado. Cervezas y vinos a euro. Bocatas y montados de lomo y de otras gaitas, con suplemento de queso. No solo eso. La organización acabaría por invitarnos a los presentes a panceta a la brasa con pan, lo que suelen llamar por aquí el somarro, y de esto repetimos hasta tres veces, si la memoria no me falla.


"Americana" es una banda cordobesa formada en 2006 para recuperar canciones clásicas de raíces americanas (Hank Williams, Johnny Cash, Flying Burrito Brothers, Grateful Dead, etc.). En representación de la banda viene únicamente el escocés Robert Ross, guitarra y voz, conocido como Rob, quien sube al escenario con su guitarra, se sienta en una silla y comienza a desgranar toda una serie de tranquilas canciones de indudables aires escoceses e irlandeses. Una amiga que tiene entre el público se le suma en la interpretación de "Thousands are sailing", una canción sobre la emigración irlandesa a América que hace años popularizaron los Pogues.

Robert Ross

"Arándano", grupo que ya había tocado en alguna edición anterior del Ranas Folk, recoge el folklore de la provincia de Guadalajara. En 2003 grabaron "En cada pueblo", que incluía temas míticos como "A una buena moza", "El borrego", "Me he comprao unas alpargatas" y "Baile del cerezo".
Un excelente grupo de música folk, que personalmente me gustó mucho y que interpretó diversas canciones recogidas por los pueblos de Guadalajara, como Caspueñas, Irueste, Bustares, Solanillos del Extremo y otro pueblo cercano a Sigüenza que no soy capaz de recordar. También hicieron un divertido popurrí de coplas y rimas dedicadas a las novias.

Arándano

Y los de "Arándano", nada ver con los Cranberries, se fueron con otra canción en tono de chanza, en la que nos hacen participar a los asistentes, con un estribillo que decía:
- Que te tumbo, niña, que te tumbaré.
Y contesta la picarona:
- No me tumbes, que yo me echaré.

De los "Pata de Elefante", que clausuraron el concierto, no teníamos referencias. Había un grupo brasileño que se llamaba así, pero dudábamos que fueran ellos. Y efectivamente no lo eran. El presentador se refirió a ellos como un grupo de aquí, del Valle, o sea, que eran de la zona. Al subir al escenario con sus guitarras, comprendimos que llegaba el momento de los sonidos más rockeros y más duros. Tras romper el hielo a ritmo de reggae con un tema que sonaba muy a lo Bob Marley, continuaron versionando a Jimmy Hendrix, a Henry Mancini, el clásico Johnny B. Goode y aquel tema titulado "Frío" que hace muchos años tocaban los de Alarma. Y es que estamos ya hechos unos carrozas. 

Pata de Elefante

Pasadas las dos y media de la madrugada cesaron los últimos acordes. El presentador nos da las gracias por la asistencia y se despide recordándonos que el año que viene el Ranas Folk, en lo que será su décima edición, tendrá lugar en Campillo de Ranas. Y, como ya es costumbre, será en el tercer sábado de junio. 

Es la hora de ir al coche, coger la mochila y los trastos, y buscar a las afueras de Roblelacasa un lugar apto para el vivaqueo. Mi idea es tomar el camino que lleva a Matallana, pero me equivoco de calle y hay que volver para atrás. Son momentos de titubeos y de una cierta empanada mental, en los que probablemente tienen algo que ver la cerveza y el vino de más. Un lugareño, atónito ante nuestra determinación, nos saca del atolladero y nos indica por dónde hemos de tirar.

A la mañana siguiente, después de una tranquila noche en la que Rayo ha hecho de centinela, nos acercaremos en coche a Tamajón para desayunar en uno de sus bares.
La villa de Tamajón se extiende en un llano a más de 1.000 metros de altura. Fue repoblada por monjes tras su reconquista en el siglo XI y pasó a depender del linaje de los Mendoza a comienzos del siglo XV, alcanzando de mano de ellos su máximo esplendor en los siglos XVI y XVII. Llegó a tener una fábrica de vidrio (siglo XVIII), hoy en ruinas.
Su edificio más emblemático es el antiguo Palacio de los Mendoza, construido en estilo plateresco en el siglo XVI y hoy sede del ayuntamiento.
Celebra su día de mercado los martes.
La jornada se presenta algo calurosa, pero no por ello vamos a renunciar a hacer una ruta circular entre los pueblos de Tamajón y Almiruete.







Atravesamos un pequeño sector de lo que se conoce como la Ciudad Encantada de Tamajón, caminando junto a los tormos, las oquedades y los arcos que el agua ha ido labrando durante millones de años en la piedra caliza.



Abunda por aquí la sabina, un árbol austero que se adapta bien al riguroso clima de estas tierras y al que los lugareños llaman enebro, lo que puede llevarle a confusión a más de uno.




Salimos pronto a la ermita de la Virgen de los Enebrales, patrona de Tamajón, que se encuentra junto a la carretera de Majaelrayo. Sus puertas se encuentran permanentemente abiertas, no así la reja interior, que se mantiene cerrada.


Nos desviamos un poco del camino que conduce a Almiruete, señalizado con marcas de GR, para acercarnos hasta el cauce seco del arroyo de la Virgen o de Valdelapuerta, y así conocer la Cueva Zangola, que parece haber sido usada en el pasado como aprisco en el que encerrar el ganado.

Llegamos a Almiruete un poco antes de las dos de la tarde, recargamos nuestras cantimploras en la fuente y nos sentamos a comer a las afueras del pueblo, bajo una frondosa encina.

La vuelta a Tamajón la haremos por un camino alternativo, por aquello de variar un poco el repertorio.


Enlaces


El cura de Tamajón
Matías Vinuesa era párroco de Tamajón cuando se produjo en 1808 la invasión de los franceses.
Ni corto ni perezoso, reclutó una partida de guerrilleros y se levantó en armas contra Napoleón, uniendo sus fuerzas a las de El Empecinado.
Tras finalizar la guerra, don Matías se trasladó a Madrid y allí defendió con denuedo el Absolutismo en sus escritos y en sus prédicas. El rey Fernando VII, en reconocimiento a su labor, lo nombró Capellán de Honor y posteriormente Arcediano de Tarazona.
Durante el Trienio Liberal siguió escribiendo sus furibundos panfletos de contenido político, comenzando a pedirse su cabeza en las manifestaciones callejeras, al grito de muera el cura de Tamajón. Fue finalmente detenido y condenado a prisión hasta que un grupo de exaltados liberales lo sacó de la cárcel y lo asesinó a golpes, siendo su cadáver arrastrado por las calles de Madrid.
Galdós, en uno de sus episodios nacionales, el titulado El Grande Oriente, rememora su historia.
Estos datos han sido extraidos del libro Veredas y Caminos de la Ribera, escrito por el cordobés Francisco Martín, que gestiona un alojamiento rural en Puebla de Vallés,



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