Nos fuimos a pasar el fin de año a Ventrosa, un pueblillo de la Demanda riojana que se levanta a un poco más de 1.000 metros de altura y que aún mantiene su sabor ganadero de antaño.
Oigan, no me creerán lo que voy a decirles, pero estuvimos cuatro noches en el pueblo y no fuimos ni una al bar. Y lo teníamos a 100 metros. Inconcebible.
Vista de conjunto
La Torre del Reloj corona un risco
El pueblo en la madrugada de la Nochevieja
El albergue
Ocupa el edificio de las antiguas escuelas, que se encuentra junto al frontón cubierto del pueblo.
En palabras de Ortega Cano, estuvimos muy a gustito, acompañados de buenas viandas y elaboradas cenorras, generosamente regadas con tinto.
Marga se lució en la cocina y se atrevió hasta con el horno. Paté de mejillones, hummus, pollo al curry, quesada,... Los cocinillas tomaron buena nota del recetario.
No se agotó con ello el despliegue culinario. Recuerdo también unos boquerones en vinagre y una empanada de espinacas. Fuimos también obsequiados con algunos productos expresamente traidos de Suecia: unas galletas de nombre impronunciable y una botella de vino especiado, al estilo del Glühwein que se toma en Alemania.
No hubo horas muertas, ni tiempo para el aburrimiento gracias a un completo programa de actividades. Salieron los naipes a la palestra, con el juego del Uno. Fuimos todos al psicólogo. Hubo uvas del 28 para desearnos un Feliz 1992. Hasta adornamos un arbolito que bajamos del monte en la excursión de los Pancrudos. Y también hubo tiempo de abrir una hucha, empleando la caja de una botella de Chivas Regal que trajo Juan, y de comenzar a ahorrar para darle una sorpresa a Valentina.
De entre los chistes que se contaron aún perdura en el recuerdo aquel de la psoriasis y la morcilla de Burgos.
De entre los chistes que se contaron aún perdura en el recuerdo aquel de la psoriasis y la morcilla de Burgos.
Vista aérea del frontón y el albergue
El dormitorio
El salón-comedor
Programa de actividades
Uvas del 28
El arbolito
Peña Urbaña desde Ventrosa
Nuestra primera ruta fue a Peña Urbaña (1.671 m.) en un día que salió ventoso.
Salimos del pueblo por la calle Revilla y la antigua cañada de las Siete Villas (hoy balizada como GR 190 o Altos Valles Ibéricos) y en dirección este ascendimos hasta el collado de El Palo (1.280 m.), llamado así por una piedra apuntada o mojón que hay hincado en el herbazal.
Tirando hacia el norte por una ladera bastante despejada alcanzamos sin dificultad la cima del Cerro Tajariñas (1.464 m.) para a continuación descender al cercano collado de Tajariñas (1.425 m.).
Remontamos después la ladera que teníamos en frente, cubierta parcialmente por escobas, y en ligera diagonal hacia la izquierda desembocamos en la pista de acceso a la cumbre, en la que hay una estación meteorológica y una antena.
Collado El Palo
Subiendo al cerro Tajariñas
Se divisa a lo lejos Brieva de Cameros
Embalse de Mansilla
Junto a la antena cimera de Peña Urbaña
Un poco más abajo hay una antena de televisión
Los Pancrudos y el San Lorenzo
Ventrosa
Entrando en el pueblo
De Anguiano al San Quirico
Anguiano es famoso por sus Danzantes, que durante las fiestas veraniegas de la Magdalena se lanzan calle abajo con sus zancos.
El río Najerilla parte en dos el pueblo. A un lado quedan los barrios de Mediavilla y de las Eras; al otro, el barrio de las Cuevas.
Tras comprar pan, queso, sobadas y otros caprichos en la Panadería Tres Fuentes, cruzamos el río por el puente de la Madre de Dios e iniciamos la subida desde el barrio de las Cuevas.
La ruta se hizo bastante más larga que lo que parecía sobre el papel. Solo unos pocos subimos al San Quiles o San Quirico (1.342 m.). Los demás, a los que dejamos en un collado, comerían en una campa y bajarían al pueblo por la Peña Reló (1.039 m.).
La ruta se hizo bastante más larga que lo que parecía sobre el papel. Solo unos pocos subimos al San Quiles o San Quirico (1.342 m.). Los demás, a los que dejamos en un collado, comerían en una campa y bajarían al pueblo por la Peña Reló (1.039 m.).
En la plazoleta donde aparcamos
Nada más cruzar el puente de la Madre de Dios emprendemos una fuerte subida
El barrio de las Cuevas y el río
Anguiano queda ya lejos
A la cumbre del San Quirico llegamos solo unos pocos
Vértice geodésico, buzón de cumbre y ermita
De vuelta a Anguiano
Al calor del amor en un bar
De Valvanera a los Pancrudos
Espectacular ruta en el corazón de la Demanda, con inicio en el Santuario de Nuestra Señora de Valvanera, patrona de La Rioja, que está rodeado de frondosos bosques de hayas, coníferas y otras especies.
Los Pancrudos son cuatro cumbres que superan los 2.000 metros y que, vistas desde abajo, conforman un bonito y atrayente cordal. Solo ascendimos a la más alta (2.079 m.), aunque la mitad de los expedicionarios claudicaron por el fuerte viento y otras circunstancias. Algunos de ellos se volvieron al collado del Biezo y tomaron desde allí el cordal que conduce hasta el pico La Rioja (1.563 m.), que se llama como la región.
Los Pancrudos son cuatro cumbres que superan los 2.000 metros y que, vistas desde abajo, conforman un bonito y atrayente cordal. Solo ascendimos a la más alta (2.079 m.), aunque la mitad de los expedicionarios claudicaron por el fuerte viento y otras circunstancias. Algunos de ellos se volvieron al collado del Biezo y tomaron desde allí el cordal que conduce hasta el pico La Rioja (1.563 m.), que se llama como la región.
Realizamos el ascenso, siguiendo las marcas blancas y rojas del GR 93.1 (Sierras de La Rioja) en dirección a Ezcaray, pasando por los collados de El Biezo (1.507 m.) y de Saleguillas (1.633 m.). En el tramo comprendido entre ambos collados encontramos gran acumulación de nieve, que estaba muy dura y hacía pendiente, aprovechando el desnivel de la ladera, lo que nos obligó a calzarnos los crampones muchísimo antes de lo que imaginábamos.
En el collado de Saleguillas, que se abre entre los Pancrudos y los Randos, abandonamos el GR y remontamos la ladera totalmente nevada para superar los últimos 450 m. de desnivel y alcanzar la cumbre (existe la opción, más suave, de hacerlo dando un rodeo por el collado de Artaza). Aquí el viento, que nos pega de cara, se hace cada vez más insoportable, lo que no impide que siga portando el arbolito que hemos cogido, bien amarrado a la mochila con las correas.
En la cumbre, con buzón instalado por el club Bilibio de Haro, nos hacemos las fotos de rigor. El molesto ventarrón nos obliga a ponernos todo el abrigo que llevamos encima.
A la vuelta paramos en la Venta de Goyo, que se encuentra junto a la carretera LR-113, para tomarnos la cervecita.
En el collado de Saleguillas, que se abre entre los Pancrudos y los Randos, abandonamos el GR y remontamos la ladera totalmente nevada para superar los últimos 450 m. de desnivel y alcanzar la cumbre (existe la opción, más suave, de hacerlo dando un rodeo por el collado de Artaza). Aquí el viento, que nos pega de cara, se hace cada vez más insoportable, lo que no impide que siga portando el arbolito que hemos cogido, bien amarrado a la mochila con las correas.
En la cumbre, con buzón instalado por el club Bilibio de Haro, nos hacemos las fotos de rigor. El molesto ventarrón nos obliga a ponernos todo el abrigo que llevamos encima.
A la vuelta paramos en la Venta de Goyo, que se encuentra junto a la carretera LR-113, para tomarnos la cervecita.
Monasterio de Valvanera
En el collado del Biezo
Las onduladas cumbres de los Pancrudos
En la cumbre
David llega a nosotros tocando el silbato
Junto al buzón
Un trío de chorbos
Muy orgulloso con mi arbolito, que también hizo cumbre
Un fantástico paisaje desde la loma nevada
Circular desde Ventrosa por el Encinar de Vallejoco
Esta fue la ruta más concurrida, gracias a que a la víspera nos llegaron nuevos refuerzos.
Aunque el día salió pocho y chispeó en algún momento, podemos decir que salimos casi indemnes.
Echamos a andar por el camino de Irallana y un poco de chiripa alcanzamos el cerro Somillos, donde nos separamos de David y Raquel, que tenían que volverse a Madrid para pasar allí la Nochevieja.
En la bajada hacia Viniegra de Abajo nos topamos con las marcas blancas y azules de un sendero local balizado por la asociación Las Viniegras, que seguimos en dirección al encinar de Vallejoco, un bosquecillo singular. En algunos momentos se veía al fondo del valle el cauce sinuoso del río Urbión.
Para el retorno de Viniegra de Abajo a nuestro pueblo seguimos las indicaciones del GR 99 (Altos Valles Ibéricos).
Pilar, de azul, subiendo y vistas desde el cerro Somillos hacia Ventrosa
Bajada hacia Viniegra
Contemplando las encinas de Vallejoco
Atravesando Viniegra de Abajo
La Nochevieja
La cena, como siempre sucede en estas ocasiones, hubiera valido para dar de comer a todo un regimeinto.
Con el apoyo de la tele vivimos en directo las campanadas que dieron paso al 2014. Baile, marcha y a darle al güisquito, dentro del comedimiento general que nos ha caracterizado siempre.
Covarrubias
Se estropeó el tiempo en este primer día del 2014 y no quedó otra que comer de mesa y mantel en Covarrubias. Un corto paseo de sobremesa para estirar las piernas y continuamos el viaje de vuelta a casa.
Bibliografía
Bibliografía
La subida al San Quirico desde Anguiano se describe, con pequeñas variantes, en la ruta nº 25 de Las mejores excursiones por la Sierra de la Demanda (Editorial El Senderista), escrito por Rufo Ganuza y Alicia Sanz de Acedo, y en la ruta nº 27 de Montes de La Rioja (Editorial Sua), escrito por Juanjo Hidalgo.
Para la subida a los Pancrudos desde Valvanera puede consultarse la ruta nº 24 del libro de Sua.
Cartografía
Mapa de Urbión, Viniegras y Sierra de Castejón, a escala 1:25.000. Editorial Piolet. Resultó útil para las dos rutas realizadas desde Ventrosa (Peña Urbaña y Encinas de Vallejoco).
Otros archivos
Folleto de Ventrosa de la Sierra
De Valvanera a los Pancrudos
Senderos de Las Viniegras
Encinas de Vallejoco
Las recetas de Marga
Enlaces
Los preparativos y más información sobre la zona
Las actividades
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