domingo, 21 de febrero de 2016

Una circular desde La Granja, pasando a los pies del cerro Morete (20 de febrero de 2016)

La Junta Gestora que se ha constituido esta semana, tras la dimisión de varios moderadores del grupo, que están siendo investigados judicialmente por su presunta implicación en una trama de financiación ilegal, se ha estrenado proponiendo una ruta circular desde La Granja.
 
La idea inicial consistía en ascender al cerro Morete (2.130 m.), subiendo por el alto de los Poyales (2.020 m.) y descendiendo por el puerto del Reventón (2.040 m.).
 
Finalmente no lograríamos completar la totalidad de la ruta, haciendo 12,2 kms., en lugar de los 15 kms. previstos, y alcanzando una cota máxima de 1.990 metros, quedándonos a poco más de 100 metros de la cumbre del cerro Morete.
 
 
Urbanización Caserío de Urgel
 
 
El inicio de la ruta fue un tanto caótico. El que hacía de guía se separó del resto del grupo y a la altura del Esquinazo tuvo que contactar con ellos por medio del móvil, mientras otro reconocido moderador extraviaba su cámara de fotos, que lograría recuperar gracias a la ayuda de otros excursionistas que venían por detrás.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Montón de Trigo y Mujer Muerta
 
 
 
 
 
 
 
 
Tras cruzar el puentecillo sobre el arroyo Morete, el grueso del grupo tiró de frente, despreciando la trocha que a mano izquierda ascendía en zigzag por el pinar. Es verdad que el terreno nevado propicia estos despistes, pero lo cierto es que la Junta Gestora no estaba dando muestras de solvencia y competencia.
 
 
Arroyo Morete
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El sendero salva el repecho y desemboca en una pista maderera por la que se continúa, pasando junto a la fuente del Montañero y dejando a un lado la característica silueta redondeada del cerro del Moño de la Tía Andrea.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


 
Continuamos ascendiendo por fuerte pendiente, abriendo huella en la nieve y dejando a nuestra derecha el cauce del arroyo Carneros. A cada paso nos cae encima la nieve depositada en las ramas de los pinos, que va deshaciéndose conforme aprieta el sol.
 
 
 
 
 
 
En algún punto nos introducimos, sin ser conscientes de ello, en la vaguada formada por el arroyo de Hoyo Espeso, que desciende de la izquierda. Cruzamos finalmente este último arroyo y seguimos ascendiendo por entre nieve y piornos. El grupo va paulatinamente estirándose y disgregándose, en un auténtico sálvese quién pueda, pero las espléndidas vistas de la mole de Peñalara nos recompensan y nos hacen olvidarnos de la aspereza del terreno.
 
 
 
 
 
 
Peñalara
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Nos cruzamos con otro grupo de excursionistas, que andan sobre raquetas y vienen del chozo que hay junto a la fuente del Infante, en el camino que asciende de La Granja al puerto del Reventón.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Alcanzamos el cordal que se desgaja desde el cerro Morete en dirección suroeste y, pasadas las dos y media, nos sentamos a comer junto a unas rocas. Estamos a casi dos mil metros de altura y probablemente no lejos de la cumbre del cerro Morete.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Tras dar cuenta de nuestras viandas y pegarle unos tientos al ponche caballero y al fra angélico, nos ponemos nuevamente en movimiento. Descartamos hacer cumbre, dado que hay que ir abriendo huella en la nieve, algo siempre fatigoso, y puede hacérsenos muy tarde, optando por seguir la huella que nos han abierto los de las raquetas.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Hacemos un faldeo a media ladera y descendemos hasta el rellano en el que se encuentra la fuente del Infante, junto a la que se levanta un pequeño chozo circular.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Chozo de la Fuente del Infante
 
 
En este punto se conecta con el ancho camino que desciende a La Granja desde el puerto del Reventón, siguiéndolo cómodamente hasta la urbanización Caserío de Urgel, en la que dejamos aparcados nuestros coches.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Sobre las seis y media concluimos la ruta, momento en que el sol, próximo ya a la línea del horizonte, teñía de tintes rosáceos la blanca silueta del Peñalara. La Junta Gestora acertó a salvar los muebles. Nadie daba un duro por ella.
 
 
 
 
Bar Segovia
 
 
Reyes y Jefes de Estado desde Don Pelayo
 

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