viernes, 26 de enero de 2018

En la sierra de Ojos Albos (20 de enero de 2018)

Hoy hemos hecho una ruta circular por la sierra de Ojos Albos, que se levanta a escasa distancia de la amurallada ciudad de Ávila. Es esta una sierra fácil de reconocer, debido a que se halla coronada por varios parques eólicos, el primero de los cuales se instaló en 1999.

Para iniciar la ruta nos hemos desplazado hasta Ojos Albos (1.220 m.), un pueblo de tradición ganadera y una cincuentena de vecinos, que se encuentra a medio camino entre Villacastín y Ávila. Su pequeño bar se encuentra aún cerrado a las nueve y media de la mañana, por lo que hemos de ponernos a andar sin echar nada al coleto.










Salimos por la calle de la Iglesia y a continuación por la calle de las Procesiones para enlazar con la pista que trepa hacia el parque eólico, dejando a nuestra derecha el cerro del Coloco (1.457 m.).







Toda la primera parte de la ruta la vamos a hacer siguiendo la pista que da servicio a los parques eólicos de Ojos Albos, de Aldeavieja y de la Cruz de Hierro, a ratos asfaltada y a ratos de tierra. Caminamos al pie de estos gigantes cervantinos, de 25 metros de altura, que son los aerogeneradores, cuyas aspas giran sin cesar, salvo alguno que debe andar averiado. A ambos lados de la pista aún se acumula algo de la nieve caida en Reyes y en los días posteriores.


































Vamos sucesivamente alcanzando las suaves cumbres de la Atalaya (1.586 m.) y Coto Redondo (1.591 m.), dirigiéndonos a continuación hacia la Cruz de Hierro (1.662 m.), coronada por vértice geodésico, que es la máxima altura de esta sierra. A muy corta distancia de nosotros queda Guadarrama completamente nevado, pudiendo distinguirse al menos la Mujer Muerta, el Montón de Trigo, las cumbres de Malagón, Cabeza Líjar, la Peñota, Siete Picos, la Bola, la Maliciosa, etc. En dirección contraria, se divisa Gredos, desde su extremo más oriental hasta un poco más allá del puerto del Pico.










































En la Cruz de Hierro















Retrocedemos ligeramente por donde vinimos para comenzar a descender siguiendo la suave vaguada que dibuja el arroyo de Valdeláguila, un afluente del río Voltoya. Este será el tramo más disfrutón de la ruta, en el que vamos abriendo huella en el manto blanco. Tenemos de telón de fondo los relieves de la sierra del Zapatero (o de la Paramera) y de la Serrota.
















Al fondo, la Sierra del Zapatero y la Serrota




































Un poco después, tras la unión del arroyo de Valdeláguila con el de Corral Hondo, nos sentamos a comer junto a unas rocas. Al no soplar el viento, la temperatura al sol es bastante templada, casi primaveral.









Nos queda ya poco. En lugar de seguir el camino, preferimos caminar a media ladera, fuera de sendero, lo que nos obligará a saltar algún vallado.




















Han sido en total unos 15 kilómetros y cerca de 500 metros de desnivel. De regreso a Madrid, pararemos en Villacastín, en un bar a pie de carretera, a tomar un refrigerio.




Bibliografía
Las mejores excursiones por las sierras desconocidas de Ávila. José Manuel Martín. Ediciones El Senderista. Ver ruta nº 7.

Enlaces
Sierra de Ojos Albos (por Andrés Campos)

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