viernes, 9 de marzo de 2018

Marotti, il Ferratista, en los Dolomitas (agosto de 2017)

Apenas han transcurrido unas pocas semanas desde su anterior viaje y Marotti está de nuevo en los Dolomitas, esas montañas calizas que se extienden por la región del Alto Adigio, hoy íntegramente italiana, pero que en otro tiempo perteneció en parte a Austria. Algo tendrán las ferratas, y en particular las dolomíticas, que tanto enganchan.








Las primeras vías ferratas surgieron aquí, en el marco de la I Guerra Mundial. Fueron construidas por los italianos para defender la frontera con Austria. Equipadas con clavijas, cables, escaleras metálicas y puentes colgantes, permitían a los soldados acceder a algunas escarpadas y estratégicas montañas, desde las que era posible controlar y atacar, en su caso, los valles y pueblos circundantes.






La estructura orográfica de los Dolomitas es compleja. No forman una cordillera axial, sino núcleos independientes, a modo de castillos con apariencia inexpugnable, separados por valles verdes y profundos. Suelen distinguirse tres grandes macizos: el de Brenta, el de los Dolomitas Occidentales y el de los Dolomitas Orientales. Cada uno de estos macizos se subdivide, a su vez, en varios grupos. Numerosas cumbres superan los 3.000 metros de altura, siendo la Marmolada (3.343 m.), en los Dolomitas Occidentales, la más elevada de todas ellas.






Hasta el siglo XVIII estas montañas eran conocidas con Montes Palladi. Es a partir de entonces cuando comienzan a denominarse Dolomitas, en alusión a la dolomía, un tipo de roca calcárea que les da su característica tonalidad blanco y cuya composición química fue analizada por primera vez por el geólogo francés Déodat Tancrêde de Dolomieu (1750-1801).


En el Piz Boé, tras hacer la ferrata Cesare Piazzetta


Con una birra, en un refugio del grupo Sasso Lungo


En La Marmolada


Marotti y los suyos han hecho varias ferratas y subido a otras tantas cumbres. La ferrata Cesare Piazzeta los llevó a coronar el Piz Boé (3.152 m.), en los Dolomitas Occidentales. La Marmolada (3.343 m.), también en los Dolomitas Occidentales, tampoco se les escapó.




Entre ferrata y ferrata tocó incluso atravesar algún glaciar para lo que hubo que encordarse, calzarse los crampones y sacar el piolet y toda la pesca. Unos días de montaña muy completos.




No solo Marotti. Otros senderistas habituales de este blog han estado también este verano en los Dolomitas, no necesariamente haciendo ferratas, pero sí practicando el senderismo y/o montañismo, según prefieran. Es como una confabulación. Va a haber que constituir una comisión de investigación para estudiar el caso y ver hasta donde llegan sus ramificaciones. De ferratista a testaferro no hay más que un paso. Suiza tampoco queda muy lejos de aquí. 


Tre Cime di Lavaredo o Die Drei Zinnen (Dolomitas Orientales)


Dolomitas di Sesto (macizo oriental)



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