En un sábado de mediados de mayo en que el tiempo marcea nos hemos acercado hasta Colmenar de la Sierra. Al llegar al pueblo, tras un largo trayecto en coche, el termómetro marcaba apenas dos grados. En 48 horas hemos asistido a un brusca bajada de casi quince grados en las temperaturas, lo cual no es ningún impedimento para caminar.
Desde Colmenar de la Sierra tomamos el antiguo camino que se dirige a Matallana y baja hasta el río Jarama para cruzarlo por un puente que hace pocos años se rehabilitó. Algo más adelante se pasa junto al Cuchillar del Asomante, unos espectaculares cortados rocosos desde los que se contemplan las aguas del río a vista de pájaro.
Puente de Matallana
Matallana es una aldea fantasma. Hace algo más de 40 años quedó completamente abandonada, pero hoy tras los muros de pizarra negra de sus casas vuelve a haber vida. Sin embargo, sus nuevos inquilinos apenas se dejan ver. Pero su iglesia ofrece un aspecto ruinoso, invadida por la maleza, y la espadaña amenaza venirse abajo de un momento a otro.
Volvemos a perder altura para cruzar otra vez el río Jarama, en esta ocasión por el que antiguamente se conocía como puente de los Trillos y que igualmente fue rehabilitado hace no tanto. Desde la otra margen ascendemos de frente para llegar en breve a las pozas del Aljibe, que dan lugar a sendas cascadas. Este será el punto más concurrido de una ruta solitaria en su mayor parte.
Puente de los Trillos
Pozas del Aljibe
Roblelacasa es otro pueblo negro de gran encanto, un ejemplo más de arquitectura tradicional bien conservada, con calles y casas muy cuidadas. A partir de aquí, tras un breve tramo de carretera forestal, enfilamos hacia Corralejo por un terreno rompepiernas, con subidas y bajadas, que nos llevará a cruzar el río Jaramilla por otro rústico puente.
Roblelacasa
Puente sobre el río Jaramilla
Unos metros antes de llegar a Corralejo, tomamos el sendero a mano izquierda que bordeando el monte nos lleva en tres kilómetros y medio más hasta Colmenar de la Sierra. Su bar, en la placita que preside un olmo, sigue cerrado, así que montamos en los coches para dirigirnos hasta Montejo para tomar allí las bravas y las cervezas.
Han sido 22 kilómetros y algo más de 900 metros de desnivel, en una ruta que sorprendió a propios y a extraños.
Corralejo
Colmenar de la Sierra
El bar de Colmenar sigue cerrado
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