La expresión japonesa ichigo-ichie, que procede de la ceremonia del té, hace referencia al momento o encuentro que solo sucede una vez en la vida y que por tanto es irrepetible. Por ello, dicha expresión puede utilizarse para caracterizar el día que hemos pasado hoy en Siete Picos, en el sentido de que lo que hemos vivido no se repetirá nunca más.
Esta clásica excursión tiene su punto de inicio en el puerto de Navacerrada (1.860 m.). Pasando por el alto del Telégrafo, nos dirigimos hacia los Siete Picos y trepamos hasta el más alto de ellos, el Séptimo Pico (2.138 m.), que es el primero que encontramos al hacer el recorrido en este sentido. Su vértice geodésico ha sido pintado recientemente de rojo por algún gracioso.
En el Séptimo Pico
La reportera
Bajamos a comer al collado Ventoso (1.893 m.). Durante la parada nos enteramos de que se ha iniciado la búsqueda de la esquiadora y medallista desaparecida. Y efectivamente así es. Un helicóptero sobrevuela los Siete Picos en busca de algún rastro.
Bajando del Séptimo Pico
En el collado Ventoso
Un helicóptero
Tras el parón, descendemos por el Camino Schmid, que nos lleva de vuelta hasta el puerto de Navacerrada. La cerveza caerá en la Venta Arias. En total, hoy hemos hecho algo más de 8 kilómetros, pero no lo aireen por ahí para no estropear nuestra reputación. Con esta ruta Marotti ha completado su puesta a punto para intentar subir en breve al Illimani boliviano.
Venta Arias
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