Después de la travesía de dos días por la sierra de Mágina, nos fuimos a Larva, un pueblo jienense rodeado, como tantos otros, de olivares. Pasamos noche en su albergue municipal, que se encuentra en el mismo edificio del ayuntamiento.
A la mañana siguiente nos acercamos a la sierra de Cazorla, que está bastante próxima, y ascendimos al pico del Gilillo (1.847 m.). Iniciamos la subida en el punto de control de Riogazas, al que se llega desde Cazorla e Iruela por carretera y pista forestal.
Es esta una excursión serrana bastante popular. En su primer tramo discurre por el camino de la Cerecera, un viejo camino de herradura bien trazado. Tras superarse el collado de Cagahierro, se alcanza la loma de los Castellotes, salpicada de rocas de curiosas formas. Por esta última se llega al pie de la cumbre. Se salva un desnivel total de unos 700 metros.
Cazorla
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