Durante la semana nos visitó una densa nube de arena procedente del desierto del Sáhara. Y llegó el día de los papis, los Pepes, las Pepas, los Peppinos y las Peppinas, pero ello no fue impedimento para que hiciéramos una ruta más, en este caso por la comarca segoviana de Tierras de Riaza.
Hicimos un recorrido circular, partiendo de Madriguera, un pueblo rojo al que podríamos por tanto denominar la Marrakech segoviana y en el que, atención a los inversores, hay varias casas en venta en estos momentos.
En nuestro recorrido pasamos por otros dos pueblos, Becerril y Serracín, ambos negros, debido a que tradicionalmente se empleaba la pizarra para levantar las paredes de sus casas. Y tuvimos que cruzar un par de veces el cauce del río Cambrones o Valdecarrasca y otra más el río Vadillo.
Vadeando el río Cambrones
Iglesia de Serracín
Caminamos unos 14 kilómetros, con unos 350 metros de desnivel. Resultó una ruta bastante asequible, tal como esperamos, y con unos paisajes que podríamos calificar de notable alto, a lo que habría que sumar el pintoresquismo de la arquitectura tradicional de los pueblos por los que pasamos.