Unos cuantos, más que cinco o seis, se fueron al valle del Jerte en este primer fin de semana de marzo, alojándose en Casas del Castañar, su localidad más meridional.
El sábado tocó caminar y hacer la clásica ruta que sale del pueblo de Jerte (605 m), que se asienta en la vega del río del mismo nombre y es atravesada por la carretera N-110.
El recorrido sube al collado de las Losas y luego inicia el descenso por la garganta de los Tres Cerros, la garganta de las Yeguas y la garganta de los Infiernos. Esta última garganta va poco a poco encajonándose hasta formar un espectacular cañón en el que abundan las pozas o pilones que la acción del agua ha ido excavando en la roca.
El domingo se hizo un plan más tranquilo, con paseo por dos de las localidades del valle: El Torno y Cabezuela del Valle. Y es que luego, como es lógico, había que volver a Madrid.
El Torno (795 m) es una población serrana que se asienta en la ladera oriental de Traslasierra y que fue fundada por familias ganaderas, una actividad que ha ido dejándose en beneficio del cultivo del cerezo. En su núcleo urbano, de trazado anárquico, destaca la iglesia de la Piedad (siglo XVI).
Cabezuela del Valle (515 m) es una villa histórica que se extiende a orillas del río Jerte y supera los 2.500 habitantes. Se trata del centro de servicios más importante del valle y cabeza de su mancomunidad de municipios. Su núcleo urbano conserva en su interior un barrio judío con casas hechas del típico entramado de madera y adobe. En la parte más vieja se levanta la iglesia de San Miguel (siglo XVI).
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