Era julio y Marotti viajó a los Alpes Julianos, en Eslovenia, lo cual parece absolutamente lógico. Es como si en enero nos vamos a Río de Janeiro o en mayo a los Mallos de Riglos.
Allí, Marotti hizo algunas ferratas al estilo dolomítico y subió al Triglav (2.864 m), que es el pico más alto del país. Disfrutó también de alguna sesión de terapia cervecera, necesaria para recuperarse del esfuerzo realizado. Hubo algún día en que el plan previsto se malogró por la lluvia.
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