El Espinar es una población serrana que se asienta en el cruce de varias vías de trashumancia. Sus gentes han vivido tradicionalmente del esquileo de ovejas, la ganadería (tanto ovina como bovina), la caza y el aprovechamiento de la madera del bosque.
Después de un desayuno en el concurrido bar Rolar, en la plaza a la que da la iglesia, nos preparamos para iniciar esta ruta por la Sierra de Malagón, no sin antes pasar por la centenaria panadería Yagüe.
En los primeros kilómetros remontamos el cauce del arroyo del Boquerón, siguiendo una vía pecuaria, la Vereda de Santa Quiteria. En la cabecera del valle alcanzamos el Mojón de las Tres Provincias, donde se dan un abrazo las tierras de Segovia, Ávila y Madrid.
A continuación, caminamos unos minutos en dirección ONO para acercarnos hasta un collado que nos permite contemplar la cabecera del valle en el que nace el río Voltoya y la cabaña de la Majada de los Lobos.
Retrocedemos para iniciar la subida hasta el Peñón de la Solana (1775 m), cuya cumbre rodeamos, debido a que queda dentro de un recinto vallado. Luego bajamos al collado de las Lagunillas, donde buscamos unas rocas en las que sentarnos a comer. Solo unos metros por debajo está la fuente del Esportón, señalizada con un letrero.
Después de comer, descendemos por el pinar, siguiendo una senda bien trazada, hasta desembocar en el Camino del Ingeniero, que tomamos hacia la izquierda. Muy cerca ya del final, pasamos junto a la Peña de la Casa (con fuente y refugio que utilizaban los ingenieros forestales), entrando a El Espinar por el parque municipal y la plaza de toros.
Nos han salido casi 18,5 kilómetros, con 675 metros de desnivel, caminando en sentido contrario a las agujas del reloj. Toca un refrigerio en unos de los varios bares que hay en la Plaza de la Corredera.
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