Hicimos en esta ocasión una ruta circular desde las Dehesas de Cercedilla, uno de esos rincones de nuestra sierra, que aunque muy conocidos, ofrece más posibilidades para la práctica del excursiomismo.
Tras el café en Casa Cirilo, nos movilizamos en busca de una senda señalizada con topos naranjas (Vereda de los Encuentros), que en zig-zag nos lleva hasta la Carretera de la República, un poco por debajo de la pradera de Navarrulaque.
Desde Navarrulaque tomamos una vereda de topos amarillos que asciende hasta la pradera de Majalasna y luego continúa por el tramo que se llama Senda de los Alevines hasta el collado Ventoso, un lugar propicio para comer y sestear, aunque a la sombra de los pinos hacía un poco de frío.
A continuación, decidimos subir al Cerro Ventoso, que ofrece grandes vistas en todas las direcciones, y bajamos al puerto de la Fuenfría, donde es difícil no encontrar gente. Tomamos después la Senda del Infante (marcas blancas y rojas del GR-10) hasta alcanzar el collado de Marichiva.
Desde este collado bajamos hasta las Dehesas de Cercedilla por la Vereda del Poyal de la Garganta (topos rojos). Caminamos bajo un tupido y maduro pinar, pues no en vano estamos en el corazón del valle de la Fuenfría. El recorrido, realizado en sentido antihorario. sumó un total de 13,5 kilómetros de longitud, con 700 metros de desnivel.
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