lunes, 1 de noviembre de 2010

Un rato feliz con Josemi en Irati (29 de octubre a 1 de noviembre de 2010)

Tres años habían pasado desde la última vez. Tocaba hacerle de nuevo una visita al Josemi. Y ahí nos presentamos, a pesar de que las previsiones de tiempo no eran muy alentadoras. El Josemi está como siempre. El tiempo no ha pasado por él. Chaqueta de lana con botones, botas de agua, esa mirada pícara, esa forma de hablar jocosa… Como siempre. Su perra Txiki ya está hecha una adulta.


El albergue, como siempre. Apenas alguna leve reforma. La ducha de la entrada se esconde ahora detrás de unas discretas cortinillas. Un flamante frigorífico nos sorprende en la cocina. Lo mismo que un calendario con chicas bastante desprovistas de ropa. La pared del fondo del dormitorio ha sido pintada por el propio Josemi con unos dibujos geométricos y unos colores que más recuerdan a una fiesta de Halloween o a un club de carretera.

Por lo demás, todo igual, todo como siempre. A pesar de estas tímidas reformas, las tarifas han subido, aunque al final conseguimos que nos aplicara los precios de 2007. Al fin y al cabo, nosotros somos ya de toda la vida.


El tiempo se ha portado. Apenas nos hemos mojado. Por las noches ha llovido fuerte, pero durante el día incluso hemos disfrutado en algunos momentos del sol.

URKULU
El sábado subimos al Urkulu (1.425 m.), que es una de las montañas más visitadas del norte de Navarra. Su nombre vasco es una variante de “urkila” y significa “horquilla”, derivando ambos vocablos del latín “furca”. No obstante hay quien dice que el nombre deriva de "murkullu", que es un conjunto de piedras puestas en círculo. En esto de los nombres todo o casi todo son teorías.
Iniciamos la ascensión desde el refugio libre de Azpegi, al que se llega después de pasar las ruinas de la fábrica de armas de Orbaitzeta. El día se presentaba algo desapacible y el viento soplaba con fuerza en las alturas.

En la cumbre se conservan las ruinas de una torre-vigía romana (o “trophaeum”) de más de 15 metros de diámetro, erigida en el siglo I a. C. Cuentan que una calzada romana, que unía la Aquitania francesa y Burdeos con Asturica Augusta (hoy Astorga), luego conocida como "camino de Napoleón", atravesaba el Pirineo cerca de aquí.



Se dice que al atardecer, dirigiendo la mirada hacia el oeste, pueden llegar a verse el faro de Biarritz, las peñas de Aia y el monte Jaizkíbel, pues el mar se encuentra solo a 56 kilómetros.

CUEVA DE HARPEA
Situada ya en Francia, es en realidad una oquedad que se abre entre las rocas.  Puede llegarse con los coches hasta un aparcamiento situado a 10 minutos a pie. Pero la pista está en mal estado, tiene un precipicio a uno de los lados y hay que conducir con prudencia. A una California se le quedó una rueda hundida en un socavón y le costó bastante salir de la trampa.

El acceso a la cueva se hace por un barranco espectacular

Nos vamos aproximando a la cueva. Vista desde lejos, parece más obra de un arquitecto que de la Naturaleza. Dicen que ya era usada como redil para guardar el ganado en tiempos prehistóricos.


SELVA DE IRATI
Dejamos para el domingo la inevitable ruta por Irati. Esta vez iniciamos el paseo en las Casas de Irati, a donde se llega desde Otsagabia, siguiendo una estrecha carretera de 23 kms., que atraviesa la sierra de Abodi por el collado de Tapla.
La ruta en sí fue de unos 12 kms. A la ida, fuimos hasta el embalse de Koixta siguiendo las marcas blancas y verdes del sendero local NA-69. La vuelta a Casas de Irati, por otro sendero local, el NA-60A.
El bosque, soberbio y las vistas desde algunos miradores, más soberbias aún.
Este hombre se desquitó y por fin pudo sumergirse entre las hayas

Colores mágicos

A ratos, el bosque clareaba un poco

El Ori no se nos mostró entero, cubierta su cima por las nubes. Pero el sol salió a ratos y se portó especialmente bien a la hora de comer.

Deslumbrante sol

Por la tarde llegaron nubes cargadas de lluvia y hubo que sacar de todo, chubasqueros, capas, paraguas. Cada uno se protegía como podía.


Remontando la cuesta pese a la lluvia
Breve parada entre las hayas, tras un rato de subida

Raso de Akerreria

Al final de la ruta pasamos junto a la ermita de Nuestra Señora de las Nieves. Pero la puerta se hallaba cerrada con una cadena.

Ermita

A pesar de los chaparrones, no terminamos muy calados. Pero los bajos de los pantalones sí que terminaron bien cubiertos de barro.

CASAS DE IRATI
Estas ruinas pertenecen a los edificios de una explotación maderera que los Borbones fundaron en el siglo XVIII y que estuvo en funcionamiento apenas unas pocas décadas. Todas las instalaciones fueron destruidas en 1792, con motivo de la invasión francesa durante la Guerra de la Convención.
El paraje se halla situado en la confluencia de los ríos Urbeltza y Urtxuria, que dan lugar al Irati.

Al final cenamos dos noches en el albergue. Y es que en ese salón-cocina con chimenea se está en la gloria.

¿Joven? ¡Qué voy a estar joven yo, me cagüen la órdiga! ¡Ya estoy hecho un viejo! Yo ya no estoy para arriesgar. Me quedarán, qué se yo, ocho, diez años… Si sería joven, ya me buscaría una de esas…


1 comentario:

  1. Si, esperamos repetir. Cierto que el albergue es cutre; cierto que hay que andarse con cuidado para no matarse; Cierto que hace un frio del carajo. Cierto que los servicios no son de diseño. Pero esa cocinita con lumbre de leña no tiene precio. Bueno si, 10-12 euros

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