Nos trasladamos hasta Horcajo de la Sierra, uno de esos pequeños pueblos de nuestra Sierra Norte que resulta bastante desconocido para el vulgo. Nuestra idea era realizar una ruta circular, de unos 800 metros de desnivel sobre el mapa, con subida al pico de Cebollera Nueva por la dehesa boyal y descenso siguiendo el curso del Arroyo del Valle.
Aunque la ruta era algo larga, parecía factible para estos días todavía largos de principios de septiembre. Si casi se nos hace de noche en la bajada fue porque nos entretuvimos cogiendo moras.
Horcajo (1.067 m.) es un pueblo de tradición ganadera, con casas y otras construcciones hechas de piedra y teja curva (como establos, pajares o corrales). Tanto las antiguas escuelas como la antigua casa del médico han sido rehabilitadas y convertidas en alojamientos rurales.
Antigua Casa del Médico
Un vecino nos informa de que el bar del pueblo solo funciona en verano, así que echamos a andar en dirección a la dehesa boyal, una tierra comunal al norte del pueblo, a la que los vecinos solían sacar sus rebaños a pastar.
Una vez dentro de la dehesa boyal, llegamos al paraje llamado La Fresneda, al que acudía el ganado a beber agua. Toma su nombre del fresno que se levanta junto a un abrevadero. Hay corrales, un cobertizo y una manga ganadera, espacio destinado al manejo y saneamiento del ganado.
La Fresneda
El camino continúa ascendiendo y se interna en el Monte Hueco, paraje en que abunda el roble melojo y crecen algunos acebos. Caminaremos un rato fuera de camino, terminando por salir de nuevo a él.
Dejamos a nuestra derecha la cumbre de El Gamonoso (1.607 m.) y por pista rodearemos la Cebollera Nueva en el sentido de las agujas del reloj, andando bajo el pinar de repoblación.
Alcanzamos el cordal que desciende desde los picos Tres Provincias y Coto de Montejo. Desde aquí superamos los escasos metros que nos quedan para hacer cumbre en la Cebollera Nueva (1.834 m.), donde hay vértice geodésico y restos de posiciones militares utilizadas durante la guerra civil.
Tras comer y descansar un poco junto a la cumbre, comenzamos a bajar por el otro lado, primero por cortafuegos, luego por bosque y finalmente por pista, en busca de la cabecera del Arroyo del Valle, muy próxima a la autovía de Burgos y a la vía del ferrocarril.
El bosque, en la ladera de umbría, mantiene cierta humedad, propia de climas atlánticos, gracias a su orientación (ladera de umbría) y a las mayores precipitaciones que caen por aquí, en las proximidades del puerto de Somosierra. Hay especies como el abedul o el acebo, que son más propias de latitudes más septentrionales. Algunos comienza ya a recolectar moras, lo que ralentiza nuestro paso.
Tras un buen rato de incertidumbre, llamadas por el móvil, toques de silbato y los aspavientos que nos hacía un lugareño, conseguimos reunirnos con un congénere, que al más puro estilo Santi ha salido a nuestro encuentro a primera hora de la tarde.
El deseado encuentro
A partir de aquí continuaremos la bajada a Horcajo, siguiendo el cauce del Arroyo del Valle, afluente del río Madarquillos y a su vez subafluente del río Lozoya. Vamos apartándonos progresivamente de la autovía, amortiguándose el ruido del tráfico hasta desaparecer totalmente. Caminamos bajo un frondoso bosque de ribera, con robles, fresnos, chopos, álamos, zarzamoras, escaramujos y otras muchas especies. Y empezamos ya a ponernos morados con tanta mora.
Sobre las nueve de la noche, con las últimas luces del día, entramos en Horcajo. Nos ha salido una ruta muy bonita y muy poco transitada. En todo el día no hemos encontrado a nadie caminando.
De vuelta pararemos en La Cabrera para tomar algo allí, concretamente en el bar Mirasierra, que creo estaba en la Plaza del Corcho, junto a una estatua de San Francisco de Asís.
Folletos
Ascendiendo por el Arroyo del Valle (ruta nº 3 del municipio de Horcajo de la Sierra)
La Dehesa Boyal de Horcajo de la Sierra (ruta nº 4 del municipio de Horcajo de la Sierra)
No hay comentarios:
Publicar un comentario