Nosotros, los de Sendas, no somos un refresco de moda. De hecho, llevamos más de diez años en el candelabro, como ingeniosamente solía decir la Mazagatos.
En nuestra caminata de hoy, iniciada en Bocígano, hemos pasado por otros dos pueblos casi deshabitados, Cabida y Peñalba, hemos ascendido al cerro de Cabeza de Cabida y nos hemos acercado también al pie de la cascada de Cañamar. Durante parte de la ruta hemos seguido unos postes de madera con marcas amarillas que han colocado hará unos dos años.
Bocígano (1.366 m.), que se recuesta a la solana en una ladera, es el pueblo más alto de todo el macizo de Ayllón. Su amplia plazoleta, junto a la iglesia, tiene un viejo olmo, fuente con pilón y algunos bancos para sentarse. Sus fiestas de La Machada o La Machá, celebradas en agosto, están catalogadas de interés turístico.
Desde el pueblo comenzamos a descender hacia el río Berbellido. Por momentos coincidimos con la ruta verde que se dirige hacia Colmenar, aunque pronto la dejamos a nuestra derecha para seguir la balizada de amarillo.
Desde el pueblo comenzamos a descender hacia el río Berbellido. Por momentos coincidimos con la ruta verde que se dirige hacia Colmenar, aunque pronto la dejamos a nuestra derecha para seguir la balizada de amarillo.
Cruzamos el río Berbellido por un puentecillo de hormigón y comenzamos a remontar por la margen opuesta por la senda que lleva a Peñalba, pero tomamos el segundo de los desvíos que a mano derecha llevan a Cabida, el que lo hace por la Era del Lizal (1.420 m.).
Río Berbellido
Bocígano en alto
Llegamos a Cabida (1.350 m.) tras algo más de tres kilómetros. Se cuenta que el pueblo fue fundado por cabreros. Su iglesia, dedicada a San Miguel Arcángel, es de factura rústica, sin que por ello deje de ser encantadora.
Bajada hacia Cabida
Iglesia de San Miguel Arcángel
Ascendemos por el jaral hasta el collado que separa la Peña de Carrasquilla (1.547 m.), al norte, de la Cabeza de Cabida (1.599 m.), al sur. Nos desviamos remontando el cordal hasta la segunda de estas cumbres, con vértice geodésico.
Desandamos nuevamente hasta el collado anterior, desde donde bajamos hacia el río Jaramilla por un encinar, dejando a nuestra izquierda la Peña de Carrasquilla.
Dejamos Cabida a nuestra izquierda
Por el encinar
Cruzamos el arroyo de Cañamar, un afluente del río Jaramilla, al que se une algo más abajo, y salimos al camino que asciende hacia la izquierda hasta Peñalba. No obstante, nos desviamos brevemente hacia la derecha para acercarnos hasta la cascada de Cañamar. El descenso final se hace por una estrecha, empinada y resbaladiza senda, abierta entre las zarzas y los brezos. Al pie de la cascada, que tiene una altura de unos 12 metros, nos sentamos a comer.
Cascada de Cañamar
En la subida a Peñalba nos cruzaremos con los únicos senderistas que vimos durante la jornada. Alrededor del pueblo se extiende una bonita dehesa de rebollos en la que pastan apaciblemente algunas vacas.
Peñalba (1.278 m.) es un pueblo bastante aislado, que se asienta en el fondo del valle que surca el arroyo de Cañamar, en lo más recóndito de la sierra. Sus vecinos siguen aún practicando la Quema del Judas en Semana Santa.
Peñalba (1.278 m.) es un pueblo bastante aislado, que se asienta en el fondo del valle que surca el arroyo de Cañamar, en lo más recóndito de la sierra. Sus vecinos siguen aún practicando la Quema del Judas en Semana Santa.
Dehesa de Peñalba
Peñalba
Lo que queda de un viejo olmo
Desde Peñalba nos quedan los últimos cinco kilómetros hasta Bocígano, siguiendo los dichosos postes amarillos de madera, que nos darán algún disgusto, aunque pequeño. A falta de unos dos kilómetros encontramos a nuestra izquierda el desvío que seguimos por la mañana. A partir de aquí caminamos por terreno conocido para volver a cruzar el río Berbellido por el puentecillo de hormigón.
Nos alejamos de Peñalba
Piedra hincada
Dorados otoñales en la bajada hacia el río Berbellido
Cococo... corral
Las cervezas cayeron en el bar Casa Vito, en el que ya entramos hará mes y medio. Nos ponen de tapa unos torreznos, un poco de pan con ajo y tomate, y unos mejillones a la vinagreta.
Enlaces
Cascada de Cañamar (por Andrés Campos)
Os vais a quedar sin caminos de tanto andar!
ResponderEliminarGracias, José Luis. Hay que estar activos. De eso también sabes tú un rato. Un abrazo. Alfredo.
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