domingo, 18 de septiembre de 2016

En los acantilados de Moher (9 de agosto de 2016)

Los acantilados de Moher (Cliffs of Moher) son la principal atracción turística del condado de Clare y uno de los parajes naturales más visitados de Irlanda. Dicen que anualmente reciben cerca de un millón de visitantes al año. No sabemos si será así, pero sí podemos decir que el día que estuvimos nosotros había un montón de gente.





Tras pasar la noche en Galway, hemos cogido nuestro coche de alquiler y hemos puesto rumbo al sur para acercarnos hasta aquí.
De camino hemos hecho una parada en Lisdoonvarna para comprarnos algo de comida en un supermercado. Esta localidad de la comarca de los Burren (The Burren) es conocida por su festival de música y danza, que se celebra en septiembre. Tiene también una factoría en la que elaboran salmón ahumado (The Burren Smokehouse).





Al llegar a los acantilados de Moher aparcamos en el enorme aparcamiento que hay junto al centro de visitantes, aunque previo paso por la caja registradora. Se cumplen las previsiones. Hay efectivamente más gente que en la piscina del parque sindical. Y un huevo de españoles, como tendremos ocasión de comprobar.

El viento nos azota con fuerza y para sacar el picnic no nos queda otra que sentarnos en el banco corrido que hay junto a la entrada del centro de visitantes. Aquí al menos estamos a resguardo.





Daremos un modesto paseo en dirección a la torre de O'Brien (O'Brien's Tower), que fue construida en 1835.
Hace una buena tarde, aunque sople el viento, y luce el sol.














Pese a la afluencia de turistas, el paraje es espectacular. Los paredones de esquistos y areniscas, que se extienden a lo largo de 8 kms. y alcanzan una altura de 214 m. en su punto más alto, caen a plomo sobre el Océano Atlantico. Gaviotas, cormoranes y alcatraces sobrevuelan el cielo. Desde lo alto pueden verse las islas Aran y la bahía de Galway. El oleaje golpea de forma incesante la base del acantilado, en el que anidan los frailecillos, los araos o las chovas. Tales escenarios han aparecido en la película La hija de Ryan y en alguno de los relatos de Harry Potter.




















Clare
Este condado se extiende al norte de la desembocadura del río Shannon y tiene una extensión similar a la isla de Mallorca, con unos 100.000 habitantes.
Su capital es Ennis (20.000 habitantes).
El gaélico se estudia en los colegios y en algunas zonas es la lengua de uso corriente, por delante del inglés.
Entre sus atractivos turísticos tenemos los acantilados de Moher, las islas Aran, a las que zarpan los ferries desde Doolin, los paisajes kársticos de los Burren, la playa surfera de Lehinch o la Spanish Point.

Esta meseta pedregosa, situada al noroeste del condado de Clare, tiene una extensión de 40 x 25 kms. y presenta un paisaje peculiar de formas kársticas y gran interés geológico, con cuevas horadadas en la roca caliza, pequeños lagos y ríos subterráneos.
Sorprende su variada flora y cómo conviven las flores alpinas y árticas con especies propias de climas más cálidos como orquídeas y otras plantas mediterráneas. Esto se debe a la influencia de la corriente marina del Golfo, que dulcifica el clima.

Islas Aran
Son tres pintorescas islas, de suelo calizo y recortados acantilados, que por su aislamiento han sabido conservar las antiquísimas tradiciones irlandesas.
En 1934 el cineasta Robert J. Flaherty produjo un todavía mítico documental, titulado Man of Aran, en el que retrataba las duras condiciones en que vivían los habitantes de estas islas.




Archivos
Cliffs of Moher Coastal Walk. Un paseo lineal entre Liscannor y Doolin (18 kms.)

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