domingo, 8 de abril de 2018

De El Atazar a Cabeza Antón (8 de abril de 2018)

Tras un largo tiempo sin visitarlo, volvemos a El Atazar (995 m.), un pueblo muy querido por nosotros, ubicado en uno de los confines más recónditos de Madrid. El bar El Athazar tiene una atractiva oferta de café, tostadas y máster por solo 2,10 euros, a la que Juanito y yo decidimos acogernos sin titubear ni un segundo. A Juanito le expedirán por tan módico precio un título de máster en Marketing Digital y Redes Sociales por la UAX, y a mi otro en Derecho Público del Estado Autonómico por la URJC.






Más contentos que unas pascuas, sobre todo Juanito, que está como un chico con pantalones nuevos, echamos a andar desde el pueblo siguiendo la Senda del Riato, que en este tramo coincide con la Senda del Genaro (GR-300).




Tras algo más de cinco kilómetros, llegamos al paraje conocido como El Riato, en el que las aguas aportadas por el arroyo de la Puebla y sus afluentes entran en las del embalse de El Atazar. Hay aquí un área recreativa techada, en la que nos sentamos un rato a descansar.


Cabeza Antón




El Riato




A partir de este punto abandonamos la Senda del Genaro, lo llevas claro, y tomamos la que bautizamos con Senda de Maroto, el de la moto, que asciende por el cordal que separa los barrancos de los Arredondos y del Águila. A ratos perdemos la senda y a ratos la volvemos a recuperar. Juanito tiene la impresión de que hemos subido haciendo eses y no anda muy desencaminado.






Peña La Cabra








Ya en el último tramo de subida desembocamos en un cortafuegos y por él superamos los últimos metros de desnivel hasta alcanzar la cumbre de Cabeza Antón (1.396 m.), señalizada con vértice geodésico. Al pie de ella nos sentaremos a comer. Son las dos y pico.


Cabeza Antón


La bajada es cómoda, más si la comparamos con algunos tramos de la subida. Acabaremos desembocando en GR-88, que viene de La Puebla, y siguiéndolo entraremos en El Atazar por la parte antigua del pueblo, a la altura de las antiguas eras.












Torrejón








Embalse de El Atazar


Han sido unos 15-16 kilómetros y 700 metros de desnivel. Pero no todo acaba aquí. Viene ahora una ración de terraza, con cerveza y bravas, en la que nos chispeará ligeramente, lo que no había pasado en todo el día.





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