Marotti no solo hace ferratas en los Dolomitas. También practica el montañismo de altura y asciende a cumbres en las que el oxígeno escasea y el aire se enrarece.
En esta ocasión Marotti ha viajado hasta Bolivia con la agencia Tarannà Trekking. En los primeros días de estancia en el país, visitará Copacabana y la isla del Sol, en el lago Titicaca, que hace de frontera entre Bolivia y Perú. Tras esta corta aclimatación, que permite al cuerpo adaptarse a los efectos de la altitud y evitar la aparición del temido soroche, a los expedicionarios les espera una sucesión de ascensiones en la Cordillera Real. Los dos primeros objetivos serán el Alpamayo Chico (5.450 m.) y el Nevado del Condoriri (5.648 m.).
A continuación, tocará descansar un día entero en La Paz, la capital del país, cuyo centro urbano se encuentra a una altura media de 3.600 metros. Cierran el horizonte las nieves del Illimani.
Para ponerle el colofón del viaje esperan aún un par de ascensiones más, Huayna Potosí (6.088 m.) e Illimani (6.462 m.), techo de la Cordillera Real y segunda montaña más alta de Bolivia. Este Marotti ha vuelto a dejarnos boquiabiertos, como un salmonete fuera del agua.
Huayna Potosí
Illimani
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