A quince kilómetros de Toledo se encuentra Guadamur (1.800 habitantes), una localidad que en 1471 obtuvo el título de villa, de lo que da cuenta el rollo jurisdiccional que se levanta en su plaza principal.
Su máximo atractivo es su castillo. Se trata de una construcción de estilo renacentista, con influencias italianas, que se edificó sobre una antigua fortaleza musulmana por Pedro López de Ayala (primer Conde de Fuensalida). El proyecto fue encargado al arquitecto Juan Guas, que diseñó también el castillo de Manzanares el Real, y fue ejecutado entre 1464 y 1470. En su primera fase constructiva, a la que corresponden el foso, la barbacana, la torre del homenaje y la primera planta, el castillo tenía una función defensiva. Más adelante, en el siglo XVI, se le añadió una segunda planta, que responde a la función palaciega o residencial que pasó a desempeñar. Durante los siglos XVI y XVII funcionaría también como carcel secreta de la Inquisición (por orden de Felipe II sería recluido Miguel Piedrola). Durante la Guerra de la Independencia fue ocupado por las tropas francesas, que lo incendiaron al abandonarlo. Rehabilitado, fue vuelto a incendiar durante las guerras carlistas. A finales del siglo XIX fue adquirido y restaurado por Carlos Morenés, Conde de Asalto. Ha sido escenario del rodaje de algunas películas, siendo la más antigua de todas ellas La Leona de Castilla, basada en un relato de Francisco Villaespesa y dirigida en 1951 por Juan de Orduña, y en la que Amparo Rivelles desempañaba el papel de la heroina toledana María Pacheco. Su actual propietario es el empresario Venancio Sánchez, que lo adquirió en 1997. Desde 2011 admite visitas, pero se sigue rehabilitando su interior. De momento, solo puede visitarse el patio interior y la primera planta. Las visitas han de concertarse y cuestan cinco euros por persona, pero solo pueden realizarse los lunes, martes y miércoles por la mañana. Está previsto que próximamente el recinto sea alquilado para la celebración de bodas y banquetes.
A tres kilómetros de Guadamur se encuentra el yacimiento arqueológico de Guarrazar, en el que apareció en 1858 el conocido como Tesoro de Guarrazar, un conjunto de piezas de orfebrería visigoda, entre las que destacan las coronas votivas de los reyes Recesvinto y Suintila. En el pueblo se ha abierto un centro de interpretación en el se exponen algunas reproducciones de este famoso tesoro y algunos objetos originales procedentes de las excavaciones. La entrada a este centro cuesta un euro por persona.
Concluida la visita a Guadamur, nos acercamos a las Barrancas de Burujón o Cárcavas de Castrejón, que de las dos formas se denomina este singular paraje toledano (Burujón es el nombre del pueblo más cercano y Castrejón el nombre del embalse, construido en 1967, junto al que se encuentra). A este paraje se accede por una pista de tierra que arranca a la altura del kilómetro 26 de la CM-4000 (a mano izquierda), que va de Toledo a Talavera. Hay aparcamiento en el que dejar el coche y junto a él un sencillo bar (El Refugio). Desde el aparcamiento pueden iniciarse varias excursiones. Nosotros hicimos una modesta ruta circular de 7,5 kilómetros de longitud y 150 metros de desnivel.
Enlaces
Track de la ruta en la cuenta de Wikiloc de AlfreBS2
No hay comentarios:
Publicar un comentario