Fue una ruta circular, en sentido de las agujas del reloj, en la que salimos a andar desde La Barranca de Navacerrada. Tras la aproximación, tomamos un sendero con pendiente bastante pronunciada, que nos deja al pie del Paso de la Cagalera, un ventano en la roca, equipado con cadena y escalera de metal.
En busca de emociones más intensas, los compis empalmaron con la Vía Cuervo, una pequeña ferrata. Como no estaba mentalizado, no la hice y les esperé un poco más arriba. A partir de ahí, continuamos un trecho por la cuerda de las Buitreras y atravesamos un segundo ventano, este sin cadena ni zarandajas.
Llevábamos un track, pero no le hicimos mucho caso, por no decir ninguno, y en lugar de descender un poco, atravesamos el cauce del arroyo de la Maliciosa por su curso alto y ascendimos hasta la cuerda de los Almorchones saltando de roca en roca por un canchal.
La idea inicial era haber llegado hasta el Dinosaurio, en la cuerda de los Asientos, pero vimos que se nos iba a hacer de noche si insistíamos en ello, así que abandonamos el plan y nos sentamos a comer, disfrutando de las vistas. Después, seguimos bajando por la cuerda de los Almorchones hasta salir a un camino de tierra que viene del embalse de la Maliciosa. Pero hubo un momento en que dejó de haber sendero y tuvimos que tirar campo a través, sorteando rocas y arbustos.
En total, 12 kilómetros y 800 metros de desnivel. Como gran parte del trayecto lo hicimos fuera de sendero, por terreno muy incómodo, no vamos a compartir el track para que nadie nos odie. Antes y después pasamos por la cafetería Lutin, la de Cerceda.