sábado, 17 de enero de 2015

De Miraflores a la mina El Cubero y los picos La Genciana y El Marraz (17 de enero de 2015)

Nuestro objetivo principal era acercarnos desde Miraflores a la mina abandonada de El Cubero, que se localiza junto al arroyo del Gargantón, en la Sierra de la Morcuera. La débil nevada caída ayer y el tiempo soleado del que hemos disfrutado hoy le han dado un especial atractivo a esta ruta circular.
 
Echamos a andar por la carretera de Canencia y enseguida torcemos a la izquierda por la calle de la Reina Victoria, caminando más o menos en paralelo a la carretera de la Morcuera, que discurre por debajo de nosotros.
 
 

 
La Najarra
 
 


Alcanzamos el arroyo del Gargantón en el punto en que la carretera lo cruza por un puente, trazando una curva muy pronunciada. Desde este punto tomamos un caminito que remonta el barranco por su margen derecha. Un pastor nos obliga a cambiarnos de orilla y a partir de aquí volvemos a vadear la corriente un par de veces más. Con un poco de chiripa damos con la bocamina de El Cubero, abierta en los gneises. Un cercado de piedra semiderruido y una escombrera con restos de escorias nos hacen intuir su presencia. El túnel excavado en la roca tendrá una profundidad de unos 20 metros y de su techo cuelgan algunos murciélagos. Esta mina estuvo en explotación a mediados del XIX y parece que de ella se extraía arsenopirita, un mineral que contiene fundamentalmente arsénico.
 
 
 
 
 
 
 
 




Tras la parada remontamos la ladera que se levanta por encima de la bocamina en busca de un camino que aparece en el mapa de Santi. Y efectivamente salimos a él. Se trata de un viejo camino mulero, con muro de contención, que fue abandonado y que asciende trazando zetas. Más arriba se irá perdiendo un tanto, dando paso a un tenue sendero.
 
 






La carretera a la Morcuera zigzaguea en ascenso


Atrochando por la ladera nevada, que está bastante despejada de vegetación, alcanzamos el cerro de la Genciana (1.871 m.). A medida que ganábamos altura se iban ampliando las vistas de las montañas del Guadarrama y de fuera de él (Peñalara, Cabezas, Montón de Trigo, Mujer Muerta, Nevero, Lobo, Sierra de la Puebla, Ocejón, etc.).


 La Najarra


 En el cerro de la Genciana






 Peñalara


 En el cerro de la Genciana


Tras un corto parón que nos permite reagruparnos, salimos al cortafuegos que discurre por lo alto del cordal nos conduce en menos de un cuarto de hora al pico El Marraz (1.866), erróneamente denominado Perdiguera en los mapas (esta cumbre se encuentra en realidad a unos 2 km. en dirección noreste y es unos 100 m. más baja) en el que además de vértice geodésico y antena de radio hay varios grupos de senderistas sentados a comer. Nosotros también les imitamos, pero en unas rocas un poco más abajo.
 
 
 El Marraz






A partir de aquí descenderemos por la cuerda de la Vaqueriza, siguiendo téoricamente el SL-01, aunque sus marcas verdes y blancas brillen prácticamente por su ausencia. Este tramo es muy vistoso y nos ofrece unas preciosas panorámicas. A la derecha tenemos los cerros Cabeza Arcón y Pendón, el Mondalindo y la sierra de la Cabrera; a la izquierda, La Najarra; y de frente, el embalse de Guadalix y el cerro de San Pedro.
 
 
 
 
 Cerros de Cabeza Arcón y Pendón


 Cerro de San Pedro


Tras rebasar el pico de la Pala (1.542 m.) se pierde altura considerablemente hasta salir a la carretera de Canencia, a algo más de un kilómetro de su inicio en Miraflores. En total, unos 13 km., según el GPS que llevaba Pablo. Y un desnivel de unos 800 metros, calculado a ojo y sin contrastar.
 
 



 
Tomaremos la cerveza ni más ni menos que en el bar Miraflores, que se encuentra en el Paseo de los Álamos. Un recorte de prensa pinchado en la pared elogia la tortilla de patatas que preparan aquí. Habrá que probarla en la próxima ocasión.
 
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