Hoy llegaba Filomena y un cazaborrascas quiso salir a su encuentro. Para ello tomó el tren de cercanías hasta Colmenar Viejo.
Junto a la iglesia de la Asunción comenzó a grabar la ruta. Al final le salieron unos 16 kilómetros, con alrededor de 400 metros de desnivel.
El objetivo de la ruta, además de experimentar la llegada de Filomena, era conocer la Dehesa de Navalvillar, una finca municipal de más de mil hectáreas de superficie, que en los años 50 y 60 sirvió como escenario para el rodaje de algunas producciones hollywoodenses, tanto westerns (La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo) como películas históricas (Alejandro Magno y Espartaco).
A eso del mediodía, Filomena, que venía desde el sur, hizo por fin acto de presencia y empezaron a caer los primeros copos de nieve. Poco a poco, la nevada iría cobrando intensidad.
Tras acceder a la Dehesa de Navalvillar por la Talanquera de San Pedro, junto a la que se encuentran los Estudios de Cine Aróztegui (antes Estudios Tablada), el cazaborrascas se dirigió al Alto de Peña Gorda (1.014 m.), en el que se ha instalado un mirador que ofrece una panorámica de 360º grados del entorno, si bien es cierto que para entonces se había perdido bastante visibilidad. La subida hasta el mirador se podría calificar de heroica, más con este tiempo tan invernal, pero no es cuestión de exagerar. Tampoco quisiera arrebatarles la Gloria a los que anteayer ascendieron a Peñalara.
Tras salir del recinto de la Dehesa de Navalvillar me acerco a la ermita de la Virgen de los Remedios, donde se guarda la imagen de la patrona de Colmenar. Desde aquí quedan unos cinco kilómetros para retornar al punto de partida. Para comer a salvo de las inclemencias me resguardaré en la terraza cubierta del bar La Cabaña del Vettón.
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