El sedentarismo no está hecho para Marotti. Toca ahora Innsbruck, la capital del Tirol austriaco, una ciudad de 130.000 habitantes, rodeada de cumbres alpinas. Toma su nombre del puente que se construyó para poder vadear el río Inn, un afluente del Danubio. El reto, como no podía ser de otra manera, es hacer una vía ferrata, la Innsbrucker Klettersteig.
Un cachopo tirolés
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