domingo, 30 de agosto de 2015

Del puerto de la Morcuera a la Najarra por el Pinar de Aguirre (30 de agosto de 2015)

Un mano a mano entre dos líderes, cada uno a su estilo. Todo apuntaba a un enfrentamiento entre egos, a un intentar cada cual imponer su criterio a la hora de tirar por aquí o por allá. Pero no. Lamento decepcionarles pero no sucedió nada de eso. Tenemos también una faceta dialogante y civilizada, no crean. Supimos poner en juego nuestras mejores armas transaccionales y negociadoras para alcanzar un punto de entendimiento. Pero mariconadas, las justas.
 
Mi compadre me recogió en Miraflores, a donde llegué con el autobús, y de ahí subimos juntos hasta la Morcuera en su coche. Pasaban algunos minutos de las diez cuando aparcamos en el puerto.
 
 
 
 
Descendemos cerca de una hora por el Camino de la Nieve, perdiendo entre el pinar unos trescientos metros de altura. Abandonamos dicho camino a la altura de la fuente de la Parada del Rey o del Acebo, a la que se baja por unas escaleras de piedra. Nos sorprende que, pese a estar al final del verano, de la fuente mana algo más que un hilillo de agua.
 
 
En el Camino de la Nieve
 
 
Fuente de la Parada del Rey
 
 
A partir de aquí seguimos rodeando un rato más la mole de la Najarra, en el sentido de las agujas del reloj, pasando el barranco de San Blas. Unos metros antes del arroyo de los Henales comenzamos propiamente el ascenso a la cumbre, internándonos en el Pinar de Aguirre. Setecientos metros de desnivel nos aguardan desde aquí.
 
 
Estas curiosas plantas nos dejan perplejos

 
Y comienza el ascenso
 
 
El Monte o Pinar de Aguirre, como prefieran, es una masa forestal que cubre gran parte de la vertiente meridional de la Najarra, en los términos municipales de Miraflores y Soto del Real. En realidad se trata de un pinar de repoblación, aunque ya centenario. Según cuenta en su blog Julio Vías, su nombre recuerda al ingeniero de montes Joaquín Aguirre e Hidalgo de Quintana, responsable de su plantación. Este tal Aguirre acometió en las primeras décadas del siglo XX la repoblación de las peladas laderas de la solana de la Najarra con una equilibrada mezcla de pinos resineros, silvestres y laricios. Al parecer, un sencillo monumento le recuerda a las afueras de Miraflores.
 
 
Embalse de Santillana
 
 
El reencuentro con el Guadarrama me está sentando bien
 
 
En el ascenso caminaremos en algunos momentos por trochas difusas o incluso fuera de sendero, pero habrá otros en que lo hagamos por un sendero más marcado e incluso con hitos. Y es que por aquí se abrió durante la guerra civil un camino mulero que servía para suministrar vituallas a las tropas que ocupaban posiciones en los altos de la sierra. Sospecho que en este caso tales posiciones debían estar en manos de los republicanos, al menos en los inicios de la contienda. Este camino, que trazaba sucesivas zetas para superar los fuertes repechos, es aún bien visible en muchos tramos; en otros, sin embargo, se pierde un tanto.
 
 
La Pedriza: Yelmo, Pared de Santillán, alto de Matasanos, etc.
 
 



 
Esperábamos alcanzar la Najarra pasando previamente junto al risco que llaman Cuatro Calles. Pero no. Lo hacemos, siguiendo hitos, de forma más directa, remontando la loma que se descuelga hacia el sur.
 
 
Parece que llegamos ya...


... pero el vértice estaba detrás del risco anterior
 
 
Comemos al pie de la cumbre, buscando un poco de sombra, bajo unas rocas que miran hacia el norte. Son las tres menos cuarto y nada presagia, de momento, la fuerte tormenta que caerá, una vez finalizada la ruta, cuando vuelva en autobús a Madrid.
 
 
Los dos líderes casi levitando
 
 
Un bicharraco (hasta ahí llegan mis conocimientos de zoología)
 
 
En la bajada pasamos junto al pequeño refugio de la Najarra, que es ya pura ruina. Y engancharemos el sendero que baja del puerto de la Najarra al de la Morcuera un poco por debajo del primero.
 
 
 
 
Las ruinas del refugio de la Najarra

 
Es de destacar la soledad que se respiraba hoy en esta zona de Guadarrama, que habitualmente suele estar concurrida. Último domingo de agosto, día de operación retorno, previsión de calor e incluso de tormenta por la tarde son factores que pueden ayudar a explicarlo.
 
Hemos también comentado mi compadre y yo que el campo estaba bastante agostado. Parece que en esta semana entrante se prevé un fuerte descenso de las temperaturas, acompañado de algunas precipitaciones. No le vendrá nada mal al campo.
 
 
Mi compadre de espaldas
 
 
Antes de despedirnos nos tomamos una cervecilla con limón en el Bar Al-Ándalus de Miraflores (en la calle del Mercado, que desciende desde la iglesia). Y luego mi compadre me acercará en coche hasta El Molar para que tome allí el autobús. Buen tipo mi compadre. Algunos dicen incluso que tiene facciones homéricas. ¿Y ellas, qué opinarán?
 

sábado, 29 de agosto de 2015

De Ribeiro Frio a Porto da Cruz por la Levada do Furado y el mirador de Portela (18 de agosto de 2015)

Para ir hasta Ribeiro Frio hay que tomar en Funchal se llega con el autobús interurbano nº 56 de la Companhia Carros de São Gonçalo.
Desde la misma salida de Funchal el autobús comienza un ascenso interminable. Durante el viaje, que dura en torno a una hora, se pasa por Monte y por Terreiro da Luta. Y seguimos subiendo. Terminamos por introducirnos en un denso bosque de pinos y otras coníferas, por encima de los 1.000 metros, y alcanzamos la cota más alta del viaje, el Paso de Poiso (1.412 m.), cruce de carreteras en el que a mediados del siglo XIX se construyó una Casa de Abrigo, hoy transformada en restaurante, que daba cobijo a los viajeros que circulaban entre Funchal y la costa norte. Desde aquí una carretera de montaña asciende hasta el Pico do Areeiro (1.805 m.). El autobús, sin embargo, continúa de frente y comienza a descender hacia Ribeiro Frio, que queda ya próximo.
 
En Ribeiro Frio (860 m.) hay un vivero de truchas, una pequeña ermita, un restaurante y varias tiendas de recuerdos. Y poco más. No es propiamente un pueblo.
 
 
Ribeiro Frio


Ribeiro Frio
 
Un poco más abajo del restaurante Ribeiro Frio comienza, a mano derecha de la carretera, el PR-10 que hay que seguir para llegar a Portela.
 
 
 
 
Se trata de una ruta bastante conocida por la Madeira más húmeda, que inicialmente discurre siguiendo la Levada do Furado o de las Truchas, bajo una frondosa vegetación.
 
 




Estamos en el reino de la laurisilva, un bosque subtropical de montaña en el que aparecen asociados el laurel, el brezo y los helechos. Este tipo de bosque, que antes de las últimas glaciaciones se extendía por amplias regiones de Europa, ha quedado actualmente confinado en las islas de la Macaronesia (Azores, Madeira y Canarias).
 
 



 
Causa una especial fascinación el ambiente, húmedo casi todo el año. Y hoy el día se ajustó milimétricamente al guión esperable. Estuvo lloviendo casi todo el rato y la neblina impedía ver el fondo del valle. El contraste con el árido paisaje de la punta de São Lourenço, a pocos kilómetros de aquí, es impresionante.
 
 



 
Tiene todo el atractivo de un camino de levada, colgado de la ladera de la montaña. Hay que atravesar alguna brecha abierta en la roca y al pie del Cabeço Furado varios cortos túneles. Algunos tramos del sendero son estrechos, transitan al borde del precipicio  y resultan algo expuestos, pero están asegurados con vallas, lo que da confianza.
 
 
El laurel y el brezo


El helecho


Por todas partes gotean y gorgotean los regueros, los arroyuelos y las pequeñas cascadas que se precipitan por la ladera.
 
 




















En parte del recorrido me acompaña Sara, que tenía unos días de vacaciones y se ha venido sola a conocer Madeira. Y vive en Madrid aunque sea de Valencia. Me cuenta que se está haciendo una especialista en viajar a islas.
 
 




Se pasa la modesta casa de la levada de Lamaceiros, una especie de casa de peones camineros que en este caso presta apoyo a los levadeiros, los trabajadores encargados de cuidar las levadas, tenerlas limpias y retirar cualquier obstáculo que impida la circulación del agua. Y un poco más adelante se llega a un cruce señalizado, en el que ha de continuarse hacia abajo, en dirección a Portela. Los otros tres desvíos indican Pico do Suna, Santo da Serra y Faial.
 
 
 
 
 
 
Pasamos junto a la casa forestal de Lamaceiros, que está cerrada. A su lado hay un área recreativa, con mesas y bancos. Crecen las coníferas, los helechos arbóreos, varias matas de hortensias y otras flores. Pero no es tiempo de paradas. Estamos algo calados a causa de la lluvia y hay que seguir adelante.
 
 


Conectamos con la Levada da Portela y seguimos bajando por ella hasta salir al mirador y cruce de Portela (600 m.), perteneciente al municipio de Machico, donde hay un par de bares.
 
 







 
Para entonar el cuerpo tras la mojadura nos metemos a comer de mesa y mantel en uno de los dos bares que hay en Portela, el que se llama A Vista.
 
 
 
 
Al salir del bar el tiempo ha mejorado ostensiblemente. La niebla se ha disipado parcialmente y desde el mirador se ve, a nuestros pies, la costa norte de la isla y Porto da Cruz, que se recuesta al pie de la Penha de Águia, un imponente peñasco.
 
 
 
 
Me despido de Sara, que se queda esperando al bus de las cuatro de la tarde para Funchal (línea interurbana nº 53 de la compañía SAM), para afrontar la segunda parte de esta ruta, que es un descenso desde el mirador de Portela a Porto da Cruz, pasando por las aldeas de Cruz da Guarda y de Serrado.
 
 
 
 
Inicialmente se siguen las indicaciones del PR-5 (Vereda das Funduras), que desciende a Maroços, pero a los pocos metros hay que desviarse de este sendero por unos escalones a mano izquierda, que bajan hasta un camino empedrado bien conservado.
 
 
 
 
Por este camino, que en los tramos más empinados dispone de los típicos escalones redondeados que ya he visto otras veces, se baja bruscamente hasta la aldea de Cruz da Guarda (300 m.).
 
 






Pasado Cruz de Guarda se camina durante un breve rato junto a una levada, se sale a Serrado y se acomete la bajada final. Toca esperar algo más de 20 minutos hasta que llega el autobús interurbano de la línea nº 53.
 
 












El presidente del gobierno regional


Durante el trayecto de vuelta a Funchal, vía Machico, suena un día más machaconamente la que debe ser la canción del verano.
 
 
 
 
Bibliografía
Rutas 19 y 17 de la guía excursionista Las mejores rutas por levadas y montañas de Madeira, escrita en alemán por Rolf Goetz y publicada por la editorial Rother. Existe una versión traducida al español.
La primera ruta, de Ribeiro Frio al mirador de Portela, está balizada como PR-10 (Levada do Furado). Son 11 kms. y se calcula un tiempo de tres horas y media para realizarla. Tiene un desnivel de unos 260 metros en descenso.
La segunda ruta desciende de Portela a Porto da Cruz, con un desnivel negativo de 600 metros. En la guía de Rother le dan un tiempo de dos horas y cuarenta y cinco minutos, aunque yo hice la bajada en una hora y media más o menos.