Para hacer esta ruta eché mano de mi guía de la editorial Rother y opté por combinar dos rutas, la 13 (de Maroços al túnel del Caniçal) y la 11 (por el Pico do Facho a Caniçal).
Salió una preciosa ruta que me dejó un muy buen sabor de boca, terminando con la sensación de estar cogiéndole el punto a esta isla.
Para desplazarme desde Funchal a Maroços tuve que tomar dos autobuses, en primer lugar el que sale los domingos a las 9:00 de Funchal a Caniçal y Baia d'Abra (línea nº 113 de la compañía SAM). Con este primer autobús fui hasta Machico, donde tengo una espera de unos 40 minutos hasta que salga el otro autobús y me dedico a dar un paseo.
Tras la espera tomo a las 10:30 en Machico el autobús que sube hasta Maroços (línea nº 156 de la compañía SAM), bajándome en la parada que hay junto al bar A Calçadinha, en la parte alta de Maroços, que es el punto de inicio de esta ruta.
Bar A Calçadinha
Inicio de la ruta
Frente al bar sale la Levada do Caniçal, que en esta primera parte de la ruta, que tiene 12 kilómetros de longitud, vamos a seguir hasta el túnel del Caniçal.
Se trata de un cómodo camino que se mantiene todo el rato en la cota de los 220 metros de altitud sobre el nivel del mar, atravesando sucesivamente varios valles y vaguadas (como la Ribeira Grande, la Ribeira da Noia y la Ribeira Seca), en los que se cultivan el banano y la vid en bancales o, como se les llama en la isla, poios. En el último tercio del recorrido se pasará junto al bar O Jacaré.
La Levada do Caniçal, que en los primeros metros aparece cubierta de losas, es el único canal de riego en el relativamente seco noreste de Madeira. Su construcción en 1949 exigió perforar un túnel de 750 metros de largo a los pies del Pico do Facho.
Un selfie y dos intentonas
La levada cruza el PR-5, bautizado como Vereda das Funduras, que asciende desde Maroços a Portela, un mirador desde el que se divisan las costas norte y sur de la isla.
En las laderas aterrazadas se cultivan los frutales, destacando sobremanera el banano y en menor medida la vid. Es la única manera de aprovechar las pendientes de estas fértiles tierras para el cultivo.
Los campesinos de las tierras circundantes, sabiendo que los excursionistas pasamos por aquí caminando, suelen instalar puestecillos sin vigilancia en los que ofrecen sus frutas a cambio del precio escrito, en la confianza de que el honrado senderista se rascará el bolsillo y depositará las monedas correspondientes en un cestito. Esta bonita práctica ya la vi el otro día en la Levada de los Tornos. En uno de los puestos me aprovisiono de un par de plátanos, que son pequeñitos, como los que vienen de Canarias.
Se ven el Pico do Facho, próximo objetivo, y las Ilhas Desertas
Pelotazo a la vista
Tras algo más de dos intensas horas y de mucho disfrutar, llego finalmente al Bar O Jacaré. Dado que el sol castiga un poquito, prefiero meterme dentro a sentarme en la terraza exterior y me pido un refrigerante de maracuyá, que me refresca el ya seco gaznate.
En la Ribeira Seca se enlaza con el camino que sube desde Machico hasta la Boca do Risco y continúa hasta Porto da Cruz, en la costa norte de la isla. Debe ser un camino precioso pero en esta ocasión no toca.
Y desemboco en el túnel del Caniçal, punto final de esta primera parte. Por aquí atraviesa la montaña la carretera ER 109, que va de Machico a Caniçal.
La segunda parte de la ruta, que es más corta, asciende inicialmente al Pico de Facho, coronado por antenas, descendiéndose luego desciende hasta el pueblo de Caniçal, que se encuentra a nivel del mar.
Situados frente al túnel del Caniçal, hay que tomar la carretera asfaltada que sube hasta el Pico do Facho, cobrándose enseguida buenas vistas de Machico, a nuestros pies.
Machico
Cruzamos un poco después un sendero balizado que desciende precisamente al pueblo de Machico, en el que cambié de autobús esta mañana.
Cerca de la cumbre comienzo a divisar la estrecha península de São Lourenço, el extremo más oriental de la isla de Madeira, a la que tengo previsto acercarme mañana.
Península de Saõ Lourenço
El Pico de Facho (322 m.) es la montaña de las antorchas. En el pasado servía de atalaya desde la que detectar la aproximación de los piratas. En cuanto se divisaba un barco, se encendía una antorcha para dar aviso del inminente peligro a las fuerzas de defensa.
Existen noticias de ataques de corsarios desde el siglo XVI, primero franceses, después ingleses, holandeses y argelinos. Uno de los más famosos ataques tuvo lugar en 1566, cuando una expedición francesa, al mando de Peyrot de Monluc, saqueó Funchal. En 1617 la isla de Porto Santo fue víctima de otro ataque a manos de una flota de corsarios argelinos, que raptó a toda su población, unas 900 personas, llevándolas cautivas a Argel para exigir un rescate por su liberación. Muchos de los raptados no regresarían nunca.
Al pie de la cumbre hay un área recreativa con mesas y bancos de piedra; en verano funciona también un chiringuito que sirve bocatas y bebidas;
Existen noticias de ataques de corsarios desde el siglo XVI, primero franceses, después ingleses, holandeses y argelinos. Uno de los más famosos ataques tuvo lugar en 1566, cuando una expedición francesa, al mando de Peyrot de Monluc, saqueó Funchal. En 1617 la isla de Porto Santo fue víctima de otro ataque a manos de una flota de corsarios argelinos, que raptó a toda su población, unas 900 personas, llevándolas cautivas a Argel para exigir un rescate por su liberación. Muchos de los raptados no regresarían nunca.
Al pie de la cumbre hay un área recreativa con mesas y bancos de piedra; en verano funciona también un chiringuito que sirve bocatas y bebidas;
Desde la cima se tienen buenas vistas del aeropuerto de Madeira, Machico, las Ilhas Desertas, Caniçal, la península de São Lourenço y la isla de Porto Santo.
Vistas desde la cumbre: hacia Machico y hacia Caniçal y la península de São Lourenço
El posterior descenso a Caniçal se hace por un sendero costero sin sombra. En la bajada me cruzo con un grupo de senderistas que podrían ser alemanes, holandeses o de por ahí cerca.
Las antenas del Pico do Facho
Caniçal tiene una playa de cantos rodados, la de Ribeira Natal, y un museo dedicado a delfines y ballenas, el Museu da Baleia, que documenta la emocionante historia de los balleneros.
En mi caso, qué quieren que les diga, me decanto por la playa y me doy en ella un baño glorioso. Convendrán conmigo en que finalizar una ruta con un buen chapuzón en el mar es casi mejor que hacerlo con una cerveza. Pero como tampoco estoy dispuesto a renunciar a lo segundo, me tomo después del baño un par de botellines en una terraza, dándole tiempo de llegar al autobús que me llevará de vuelta a Funchal.
Playa de Ribeira Natal
Bibliografía
Rutas 13 y 11 de la guía excursionista Las mejores rutas por levadas y montañas de Madeira, escrita en alemán por Rolf Goetz y publicada por la editorial Rother. Existe una versión traducida al español.
Datos técnicos
Punto de inicio: Bar A Calçadinha, en la parte alta de Maroços (junto a la parada de la carreira nº 156 de la compañía SAM, que hace el servicio Funchal-Machico-Maroços).
Punto final: Caniçal (puede volverse a Funchal con la carreira nº 113 de la compañía SAM, que hace el servicio Funchal-Baia d'Abra).
Duración: cinco horas (tres horas para la primera parte y otras dos horas para la segunda).
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