Hoy teníamos planteada una ruta bastante sencilla, de unos 15 kilómetros de longitud y unos 300 metros de desnivel, con inicio en Arbancón (Guadalajara), un pueblo situado a unos 4 kilómetros de Cogolludo. Al final no resultó tan sencilla, primero porque hubo algunas dudas en la primera parte del recorrido y luego porque nos descargó un fuerte chubasco en la segunda, quedándosenos el cuerpo un poquito destemplado.
Tras parar en Humanes a comprar el pan y tomarnos en Cogulludo, en el bar Saboya, el café, nos plantamos en Arbancón para realizar esta ruta circular.
En Humanes
Bar Saboya (Cogolludo)
Nuestro propósito era combinar tres rutas balizadas que parten de Arbancón, la Ruta de Carrallano, la Ruta de enlace Carrallano-Torrecilla y la Ruta Cañada Real de la Puerta del Sol, que procede de Monasterio y nos permite volver a Arbancón, haciendo el último tramo por el GR-10.
El balizamiento de estas rutas se hizo hace ya algunos años con postes. Como no se han preocupado de su mantenimiento, en algunos puntos no son fáciles de seguir. Cabe destacar también que en buena parte del itinerario se aprecian las huellas del incendio de hace dos años (arbustos calcinados). No obstante, el campo estaba hoy muy verde, gracias a las lluvias caídas en esta primavera.
Ayuntamiento de Arbancón
Echamos a andar en Arbancón junto a la Fuente Vieja. Inicialmente remontamos el barranco del Sotillo, caminando en algunos momentos por el fondo de su cauce, que estaba seco. Pasamos junto a farallones de cuarcita y afloramientos calizos.
Amapooola, lindísima amapola
Una tinaja de vino reciclada
Salimos al camino o cañada que viene de Monasterio, lo atravesamos y giramos levemente hacia el oeste para ir superando el suave desnivel que nos lleva hasta La Torrecilla, que vista desde aquí tiene más la forma de una mesa alargada.
Entre arbolitos chamuscados
En la cumbre de La Torrecilla (1.166 m.) se conserva un búnker subterráneo que data de la Guerra Civil, a la que eufemísticamente se refieren como la contienda en un panel explicativo que hay en la subida.
Al pie de este cerro, mirando hacia el oeste, quedan los escombros de lo que fue el pueblo de Jócar, abandonado en los cincuenta. Los vecinos vendieron sus casas al Estado, que las demolió y cedió las tierras al ICONA.
Las vistas desde aquí son, como no podía ser menos, estupendas y eso que hoy tenemos bastantes nubes en lontananza, que no nos permiten distinguir las cumbres más lejanas. Apenas un barranco nos separa de la Sierra Gorda. Algo más lejanas se encuentran La Centenera, La Tornera, el Ocejón, sobre el que se cierran unas nubes bastante amenazadoras, y el Alto Rey.
El Ocejón visto desde un ventanuco del búnker
De una de las mochilas sale, como por arte de magia, una pils, una Krombacher, que nos bebemos chupito a chupito entre tres. Estamos un poco huevones y con ganas de dejarnos llevar, a pesar de que sopla algo el viento. Pero hay que seguir andando. Todavía no hemos hecho casi nada.
Desandamos en parte el camino de subida hasta salir a la cañada real que viene de Monasterio, tomándola hacia la derecha. Aquí se aprecian las huellas del incendio de 2014, aunque el verdor aportado por las últimas lluvias dé al paisaje un aire amable.
Cruzamos la carretera que viene de Cogolludo y se dirige a Muriel. Seguimos de frente por una pista ancha de tierra, teniendo que hacer una parada para pertrecharnos contra la lluvia, sacando cubremochilas y chaquetas impermeables.
Terminamos por adentrarnos en un bosquete en el que se alternan los pinos resineros y los robles. Un corzo se mueve sigilosamente entre la floresta, tan sigilosamente que los perros no parecen detectarlo.
Empalmamos con el GR-10 (marcas blancas y rojas), que viene de Tamajón y Muriel. Giramos por él hacia la izquierda, dejando enseguida el bosque atrás. Pasamos junto a varias cárcavas de tierra rojiza.
Dejamos a la izquierda el desvío a un manantial, y sobre las cuatro de la tarde llegamos a la ermita de La Salceda, a apenas dos kilómetros de Arbancón. Bajo el porche de la ermita encontramos acomodo para sentarnos a comer, sacando José Antonio a los postres unas rosquillas compradas en Humanes.
Ermita de la Salceda
Maite, doblemente dogfriendly
Damos la ruta por concluida y paramos de vuelta en Cogolludo, entrando a tomarnos algo en uno de los bares de la plaza mayor, el Martínez, que está en un primer piso.
Llegando a Arbancón
Al salir del bar conseguimos acoplarnos a una visita guiada (dos euros por persona) a lo que queda del Palacio Ducal de los Medinaceli, uno de los primeros palacios renacentistas que se levantaron en España. Lo más destacable y lo mejor conservado es, sin duda, la espléndida fachada que da a la plaza. En la visita pasaremos al zaguán, subiremos a una sala del primer piso con estucos, saldremos a una balconada que da a uno de los patios y pasearemos por sus cuatro patios (los dos patios más bajos estaban bajo tierra y tuvieron que ser excavados en la rehabilitación que se hizo).
El rey emérito
Escudo de los Medinaceli, en estuco
Un león trempante, digo rampante
Panadería Somolinos (Humanes)
Se encuentra en la calle de la Soledad nº 13 y es gestionada por la familia Martínez, que van ya por la quinta generación de panaderos.
Incendio de 2014
A mediados de julio se desató un incendio que afectó a los términos municipales de Cogolludo, Arbancón, Monasterio y Semillas.
Se inició en Aleas, una pedanía que pertenece a Cogolludo. Tras las investigaciones, la versión oficial concluyó que el fuego fue causado accidentalmente por una cosechadora que trabajaba en labores agrícolas, próxima a una zona de matorral.
En total, se calcinaron unas 1.700 hectáreas, mayormente de matorral y encinar (600 en el término de Monasterio, 400 en Arbancón, otras 400 en Cogolludo y 300 en Semillas).
Palacio Ducal de Cogolludo
Fue mandado construir a mediados del siglo XV por Luis de la Cerda y Mendoza, primer duque de Medinaceli.
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JOCAR ,ROBLEDARCAS ,MURIEL ,ETC SON COTOS DE CAZA ,ADENTRARSE EN UN MONTE EN TEMPRADA DE CORZO ,PUEDE SER MUY PELIGROSO
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